El MoMA subasta obras de Picasso y Bacon para digitalizar el acervo del museo

El centro de arte moderno de Nueva York saca a la venta 29 obras, con las que espera recaudar entre USD 70 y 100 millones, para llevar adelante un proyecto de digitalización y compra de NFT

Fotografía de archivo del Museo de Arte Moderno (MoMA) en Nueva York. EFE/Andrew Gombert

El Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) anunció un cambio de paradigma en su manera de construir el acervo, con la salida a substas de 29 obras de su colección con el objetivo de realizar una transición hacia el mundo digital.

Las piezas que saldrán a la venta forman parte del legado recibido tras la muerte del fundador de la CBS William Paley, quien legó 81 obras de gran valor, pinturas y esculturas que incluyen nombres como Picasso y Francis Bacon, por las que esperan recaudar entre 70 y 100 millones de dólares.

En ese sentido, las obras del español y el británico serán las estrellas de la subasta que llevará adelante Sotheby’s de Londres el 14 de octubre. Del malagueño saldrá al mercado una de sus guitarras cubistas, de 1919 (a partir de USD 20 millones), mientras que del irlandés un tríptico de pequeño formato de 1953, titulado Three Studies for Portrait of Henrietta Moraes (35 millones).

Francis Bacon del MoMA sale a subasta

De acuerdo al Wall Street Journal, la mayor parte del dinero se destinará a ahondar en la digitalización del museo, que incluye un proyecto para lanzar un canal propio de streaming como también mejorar la colección de arte digital, posiblemente NFT.

El MoMA debe recurrir a la venta de una pequeña parte de su patrimonio debido a que desde la crisis por la pandemia, lo que ya profundizó la falta de financiamiento, no pudo recuperar su aforo anual esperado de visitantes. En la actualidad, solo el 60% de personas lo visita con respecto a antes del cierre por coronavirus.

En ese sentido, ya en 2020 el museo había anunciado una reducción de 45 millones de dólares de su presupuesto anual y un 17% menos de la planta de personal.

Durante el cierre, los museos comenzaron un proceso de digitalización profundo, con el objetivo de mantener el contacto con su público cautivo y se realizaron exposiciones online, talleres, charlas, emergieron una gran cantidad de podcasts y, aún hoy, estas prácticas continúan vigentes como marca de un cambio que llegó para quedarse.

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