El artista neerlandés Johannes Vermeer dibujó una canasta de fuego y un soporte con jarras, un primer plano que no elaboró más allá, antes de decidirse hace 350 años a pintar encima a La lechera, uno de sus cuadros más famosos, anunció este jueves el Rijksmuseum de Ámsterdam, tras una investigación con técnicas avanzadas.
En una rueda de prensa en la capital neerlandesa, el director del museo, Taco Dibbits, explicó estos nuevos descubrimientos que arrojan luz sobre esta pintura, que Vermeer elaboró hace más de 350 años, pero también sobre las técnicas del artista, de quien se creía que trabajaba despacio y con mucho cuidado -y no rápido- los bocetos de sus obras antes de trabajar los detalles.
“Ya se había trabajado tanto en esta pintura que nunca anticipamos que algo tan definitivo saldría a la luz gracias a la tecnología moderna”, admitió el director del Rijksmuseum, quien considera a Vermeer un “artista misterioso”, sobre todo tras el descubrimiento de “lo que es claramente una pintura subyacente” bajo La lechera (1657-58).
A espaldas de la figura de la mujer, se ve un estante, una repisa de madera con pomos de la que colgaban varios cántaros de cerámica, habituales en un cuarto de servicio o en las cocinas del siglo XVII. Una despensa en la propia casa de Vermeer contenía un artículo similar. Pero el maestro barroco no elaboró más allá este estante y lo eliminó de la obra final.
Mientras, la cesta, situada en la parte inferior derecha de la pintura, ya había sido descubierta antes, pero las nuevas técnicas con rayos X y los escáneres infrarrojos han permitido a los investigadores determinar que se trataba de una cesta de fuego tejida con mimbre, una pieza habitual en los hogares de las familias jóvenes en aquella época.
En estas cestas de fuego se solía colocar un cuenco con carbones encendidos para, entre otras cosas, dar calor a los recién nacidos y secar los pañales, y, según el material de archivo de la época, que incluye el inventario de objetos del propio Vermeer, ese artículo estaba también en casa del pintor, un hogar de familia numerosa.
Además del boceto de estos dos objetos, también se puede ver una franja gruesa de pintura negra aplicada de forma apresurada debajo del brazo izquierdo de la lechera, lo que deja claro que Vermeer primero pintó rápidamente la escena en tonos claros y oscuros antes de desarrollar los detalles finales de su cuadro.
La investigación, que “ofrece una imagen sorprendente de las decisiones artísticas de Vermeer”, dice Dibbits, fue realizada con técnicas de exploración avanzadas (Macro-XRF y RIS) que se usaron en el proceso de investigación y restauración de la Ronda de Noche, la pintura del también artista neerlandés Rembrandt.
“La suposición general era que el artista producía su pequeña obra muy lentamente y siempre trabajaba con extrema precisión, pero esta visión se está revisando ahora”, señaló la pinacoteca, en una explicación del resultado de la investigación.
El trabajo de Vermeer se desarrolló en la ciudad neerlandesa de Delft, y destaca por sus escenas interiores tranquilas e introvertidas y su uso sin precedentes de luz brillante y colorida.
Cuando dibujó el estante con jarras y la canasta de fuego, Vermeer no habría quedado muy convencido con su boceto, y optó por pintar sobre estos objetos los otros detalles que hoy se ven en su cuadro final, lo que “asegura más paz y tranquilidad en la habitación de la lechera; así nada la distrae de su concentración en su tarea”, dice Dibbits.
“Estos descubrimientos ofrecen una visión reveladora del proceso de Vermeer y su búsqueda por capturar la atmósfera tranquila que caracteriza su trabajo”, señala el Rijksmuseum, cuyo equipo de conservadores, restauradores y científicos realizaron la investigación en colaboración con sus colegas del Mauritshuis de La Haya.
Esta investigación se ha realizado en el contexto de la preparación de una gran exposición sobre Vermeer que acogerá el Rijksmuseum del 10 de febrero al 4 de junio de 2023, y que, con al menos 27 de la pequeña obra de alrededor de 35 pinturas que se conocen del artista neerlandés, se espera que sea la exhibición más grande jamás realizada sobre Vermeer.
La muestra, con préstamos de museos de todo el mundo, incluirá unas de las obras maestras más famosas de Vermeer, La joven de la perla, también conocida como “la otra Mona Lisa”, que es propiedad del Mauritshuis.
Fuente: EFE
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