Silvia Giulietti: “El estilo de Federico Fellini es la locura total”

La directora del documental “Fellinopolis”, producido por Antonio Cervi, está en Buenos Aires para acompañar el lanzamiento de una cátedra audiovisual italiana en la UBA. “Hizo cosas que nadie podía hacer”, dice del inmenso realizador que marcó el cine occidental del siglo XX

La cineasta italiana Silvia Giulietti, directora de "Fellinopolis", está en Buenos Aires para la inauguración de la cátedra libre de Cine y Audiovisual Italiano en la FADU-UBA (Foto: Nicolas Stulberg)

Diez horas inéditas de Federico Fellini: un tesoro. Ferruccio Castronuovo estaba a cargo de registrar el backstage de las filmaciones de “Il Maestro”. Esa segunda película iba a funcionar como difusión del lanzamiento de la primera y así se hizo por ejemplo con Casanova, pero, pero por algún motivo, hubo otras que nunca se llevaron a cabo: La ciudad de las mujeres (1980), Y la nave va (1983) y Ginger y Fred (1986).

Diez horas de Federico Fellini: un tesoro con el que se encontró la directora Silvia Giulietti. La cineasta italiana ya había hecho documentales sobre Luchino Visconti (2007) y Giuliano Montaldo (2018) y, cuando se estaba por cumplir el centenario del nacimiento de Fellini, habló con Castronuovo y le compró el archivo. Como se consideraba discípula de Visconti, inicialmente no consideró la idea de hacer ella el documental, sino que buscó proponérselo a una figura internacional como Martin Scorsese, que estuvo a punto de trabajar con Fellini en la década del 90.

Diez horas de Federico Fellini que ahora componen un documental de 78 minutos: un tesoro que podemos disfrutar en Fellinopolis. El tiempo pasaba, la respuesta no llegaba y Giulietti, de a poco, se fue encariñando con la posibilidad de dirigirlo. Comenzó entonces a entrevistar a colaboradores y personalidades cercanas a Fellini, como Lina Wertmüller, Norma Giacchero, Maurizio Millenotti, Nicola Piovani, el propio Castronuovo. El último fue Dante Ferretti, el 5 de marzo de 2020. Un día después Italia impuso el lockdown ante la pandemia del coronavirus, y ella comenzó el trabajo de edición y montaje.

"Fellinopolis", el documental de Giulietti que se compone con material inédito del backstage de las películas "La ciudad de las mujeres", "Y la nave va" y "Ginger y Fred" de Federico Fellini

“Fellini ha inspirado a todos los directores del mundo, fue un visionario, un ser excepcional para su tiempo”, dice Giulietti en diálogo con Infobae Cultura. La cineasta está en Buenos Aires para presentar la película en el marco del lanzamiento de la Cátedra Libre de Cine y Diseño Audiovisual Italiano, que será hoy, miércoles 7 de septiembre, a las 19 en el aula magna de la Facultad de Arquitectura de la UBA.

“Estas tres películas”, dice Giulietti, “son quizás las menos icónicas de Fellini; todo el mundo siempre habla de La dolce vita, 8 y ½ y Amarcord, pero aquí se lo ve como un visionario y hablaba con mucha anticipación de lo que iba a pasar”. De esta manera, La ciudad de las mujeres plantea una suerte de fantasía que avanza —como crítica o defensa— sobre el movimiento feminista, Y la nave va es una trama satírica situada al comienzo de la Primera Guerra con un trasfondo de problemas migratorios, y en Ginger y Fred la televisión impone su poder hasta quebrar a dos viejos bailarines —Marcello Mastroianni y Giulietta Masina— que deben reponer las imitaciones de Ginger Rogers y Fred Astaire.

Federico Fellini 1920-1993 (Foto: Moviestore/Shutterstock)

¿Cuál es la imagen identitaria de Fellini?

—Fellini era siempre diferente. Tiene un estilo reconocible, pero, al mismo tiempo, cada película es distinta. Si lo comparásemos con un pintor, podría ser Dalí. Digo “Dalí” y digo todo. Dalí puso todo: el elefante, los relojes, la sangre, los ojos. El estilo de Fellini es la locura total. Se dice que Fellini tenía una amistad con Gustavo Rol, que fue un mentalista y parapsicólogo. Tenían una relación espiritual muy fuerte. Se dice que él le daba el guion a Rol, y él decía lo suyo. Tal vez no se entiendan las películas de Fellini; quién sabe si tenía un sentido particular o solamente hacía cosas locas para jugar.

¿Cómo era el proceso de creación de Fellini? ¿Partía desde la imagen?

—No lo sé con certeza porque no he trabajado con él, pero hay una leyenda que dice que él no tenía guion sino simplemente una idea. Quiero decir que tenía una suerte de guion, pero cuando empezaba a rodar lo cambiaba.

Giulietti presenta "Fellinopolis" en el marco de la Cátedra Libre de Cine y Diseño Audiovisual Italiano, en el aula magna de la Facultad de Arquitectura de la UBA. (Foto: Nicolas Stulberg)

Pero ¿y los guiones de Ennio Flaiano?

—Ahí sí, ahí estamos hablando de La dolce vita. Pero yo hablo de cómo construía la película; cómo cambiaba todo. Fellini hizo cosas que nadie podía hacer. Una película de Fellini costaba diez veces las películas de los demás.

Pensando en la generación de los directores de la época de Fellini: ¿Cómo era la relación con Visconti, Antonioni, Pasolini?

—En esa época se ayudaban entre ellos. Fellini y Visconti se pasaban los guiones, se corregían. Directores como Bertolucci, Monicelli, Ettore Scola colaboraban entre sí. Ahora hay una competencia fuertísima.

¿Por qué?

—Porque hay más individualismo. En ese entonces el cine estaba explotando. Era un campo donde había que construir palacios. No había competencia. Se ayudaban para que el cine subiera. Ahora el cine está en todos lados.

Silvia Giulietti y su amigo Antonio Cervi, productor de "Fellinopolis", quien será homenajeado en el acto de esta tarde en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires

¿Cuál es tu intención con la película? ¿Cómo es tu forma de trabajar?

—Hay formas de hacer documentales que son más cercanas al periodismo o la biografía. A mí encanta descubrir la relación humana del personaje —de Fellini— con los colaboradores, y a través de esto, descubrir el método de trabajo. Yo nunca parto de un guion preescrito. Hablo de Fellini, recojo todo lo que puedo, y la historia se forma en la edición.

La cátedra de Cine que hoy se presenta fue un proyecto empujado por Antonio Cervi, que falleció hace unos meses. ¿Cómo era tu relación con él?

—Fue como mi hermano. Nos conocimos cuando éramos jóvenes, Antonio era hijo de Tonino Cervi, uno de los productores más importantes que tuvimos en Italia. Teníamos la misma edad mía, nos encontramos en esas películas y trabajamos juntos en Guatemala, en Turquía. Era una amistad tan fuerte que era como mi hermano. Su muerte es una tristeza y una lástima, porque teníamos un montón de proyectos juntos.

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