“Siempre estás buscando la belleza, una forma poética de decir las cosas”. El que habla, del otro lado del teléfono, es Darío Mastrosimone. Es artista plástico, esa hoy es su profesión, su modo de vida, su trabajo. Vive en San Martín de los Andes, desde ese rincón observa el mundo e intenta abarcarlo con la pintura. Suele salir a caminar, a recorrer los paisajes, a encontrarse de lleno con la naturaleza. Eso es lo que pinta y eso es lo que expondrá este viernes en San Antonio de Areco.
El viernes 9 de septiembre se inaugura Argentina de norte a sur, la muestra conjunta con Jorge Frasca que se expone en el Museo Las Lilas. Se la podrá visitar hasta el 16 de octubre. El nombre ya dice mucho al respecto: un recorrido por todo el país, siempre con la mirada puesta en la naturaleza, en el ámbito rural, en lo paisajístico. Frasca desde su hiperrealismo, Mastrosimone con su impresionismo. Juntos forman una ventana al afuera, a nuestro afuera, y a la vez nuestro adentro: la Argentina.
“Vivir de la pintura acá está buenísimo, pero para vivir de la pintura hay que hacer muestras por todos lados, sino no cierra la ecuación. Trabajo con varias galerías de Buenos Aires y un día surgió la idea de poder exponer en el Museo Las Lilas, un lugar relativamente nuevo. Andrea Elisei, mi representante, fue la promotora de esto. También Ricardo Wysypka de la Galeria Marier que es quien lleva la obra de Frasca”, cuenta.
En total habrá cincuenta obras, mitad de uno, mitad de otro. “Frasca es absolutamente hiperrealista —continúa—, él pinta el campo y casas de campo. Mi pintura es impresionista, salgo a pintar al aire libre, y representa la Patagonia. En mi pintura vas a encontrar mucha montaña, mucha luz, además de que pinto con espátula: son cuadros con óleos muy cargados. No puedo hacer pinturas fotográficas como es la de Frasca, sino que tiene más movimiento, más libertad, podría decirse”.
“El arte es una forma de hacer más amable la vida”, dice Darío Mastrosimone que habla como si la pintura le corriera por las ventanas. No hay dudas, es así, pero no la decisión tomó su tiempo. De chico dibujaba mucho. Cuando terminó la secundaria quiso estudiar Bellas Artes pero “por mandato paterno estudió para contador en la UBA”. A la par, iba a talleres de pintura, nunca se alejó del todo del mundo del arte. Ahora lo tiene claro: “Toda mi vida quise ser pintor”.
Un día las cosas cambian: “Fallecen mi padre y mi suegro y aparece el replanteo. Yo necesitaba el arte, algo que me eleve espiritualmente. Entonces empiezo a hacer las dos cosas: un período realmente de mierda porque estuve viviendo dos vidas. Pero hablando con pintores y yendo a talleres conocí a Georg Miciu, el mejor colorista que tiene la Argentina, un pintor re grosso de San Martín de los Andes. Entonces él me toma como discípulo, de alguna forma”.
En ese momento vivía en Buenos Aires y cada tanto viajaba a verlo. Trabajaban arduamente, Mastrosimone mejora notablemente, crece, afina su estilo. Entonces Miciu le consejo definitivo: “Para vivir del arte tenés que quemar las naves. Le hace caso: “Tuve que dejar mi profesión de contador. En ese momento tenía tres hijos. Con mi señora nos jugamos a hacer un cambio de vida. Vendimos la casa de Buenos Aires y nos venimos a vivir acá”. Pasaron quince años ya.
Su maestro no solo le dio el impulso, también le trasladó su método: “De él tomo el manejo de la espátula, la espiritualidad de las obras, la parte creativa, los paisajes, salir a pintar al natural, buscar el movimiento, buscar la luz”. Faltan pocos días para que se inaugure Argentina de norte a sur. Uno siempre quiere crecer, ser más conocido. Estas puertas que se abren son vidrieras y son formas de crecer”, dice.
* “Argentina de norte a sur”. Exposición conjunta de Darío Mastrosimone y Jorge Frasca en el Museo Las Lilas: Moreno 279, San Antonio de Areco. Desde el viernes 9 de septiembre hasta el 16 de octubre.
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