En el día de ayer, la Fundación Molina Campos sacó un comunicado para aclarar algunos puntos respecto de una información que circuló en medios como Infobae. Ya en noviembre pasado, Gonzalo Giménez Molina, el único nieto de Florencio Molina Campos —el artista plástico más popular de la Argentina que caricaturizó las costumbres del gaucho en y falleció en 1959—, disparó contra la Fundación, la encargada de cuidar gran parte del patrimonio de su abuelo: “Que hoy su obra esté mal conservada, que sea inaccesible o que tenga que competir con otros atractivos turísticos es triste y desafortunado para su legado”.
“El Sr. Giménez, así como sus padres y actual esposa, aunque han sido miembros en el pasado, actualmente no tienen una relación con esta Fundación, más allá de la cotitularidad de los derechos de autor del reconocido artista”, aclara el comunicado publicado ayer. También se lee que “se tomaron las medidas conducentes para preservar y poner en valor la totalidad del patrimonio artístico que se encontraba en estado de riesgo, a raíz del deterioro de las instalaciones del Museo propiedad de esta entidad, en la localidad de Moreno, Provincia de Buenos Aires”.
“Con tal propósito, la totalidad de la obra pictórica fue trasladada y puesta a resguardo en un ámbito adecuado para su correcta puesta en valor en la ciudad de San Antonio de Areco y con el objetivo final de trasladar el Museo Florencio Molina Campos a dicha localidad, reconocida como la Capital Nacional de la Tradición”, dice el comunicado de la Fundación presidida por Adolfo Güiraldes. A la denuncia inicial de Giménez Molina sobre el incierto paradero de las 120 obras que posee la Fundación, su estado de riesgo de conservación y la falta de exposiciones, la respuesta de la entidad es que tal “afirmación es falaz, maliciosa, o ignorante”.
Lo cierto es que hay dos resoluciones de la Inspección General de Justicia. La primera, del 17 de junio del año pasado, que exige “la apertura de una actuación sumarial para la entidad a los efectos de realizar una exhaustiva fiscalización sobre los aspectos legales y contables”. Y la segunda, más reciente, 14 de junio de este año, donde se resuelve “elevar al Ministro de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, propiciando la intervención de la Fundación Molina Campos. A esto, la Fundación, en su comunicado, afirma que, “a la fecha, no se encuentra intervenida por ningún organismo oficial”.
En el último sumario de la IGJ, se lee que “la Fundación no da respuesta alguna sobre la información y documentación oportunamente requerida en cuanto al acervo del artista, a la cantidad de cuadros que posee la Fundación, la valuación económica de la obra, todo ello amparándose en que la Fundación no persigue fines de lucro, confundiendo así el objeto que persigue este tipo de personas jurídicas con el patrimonio de las mismas”. Frente a esto, el comunicado es expeditivo: “Todos los cuadros pertenecientes a la Fundación Florencio Molina Campos se encuentran en guarda en el Museo Gauchesco Ricardo Guiraldes de San Antonio de Areco”.
También explica que “la ubicación (...) no se ha dado a conocer públicamente por estrictas razones de seguridad” y que hoy la Fundación “se encuentra en tratativas de compra y/o construcción de un edificio adecuado para el nuevo Museo Florencio Molina Campos en San Antonio de Areco. ¿Por qué aquella localidad? Porque es “Capital Nacional de la Tradición” y porque “Molina Campos era un asiduo visitante de San Antonio de Areco, íntimo amigo de Ricardo y Alberto Guiraldes y otros personajes de la época, hechos plasmados en sus obras pictóricas, en cartas, fotografías y objetos persónales”, dice el comunicado de la Fundación.
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