Catorce varones y cinco mujeres están parados frente a un paredón, uno al lado del otro, con los fusiles que acaban de entregar a sus pies. Son el segundo grupo de los 120 presos políticos que planearon fugarse del penal más seguro y aislado del país: la Unidad 6 de Rawson. Es el 15 de agosto de 1972. Ellos no lo saben, pero en una semana serán las víctimas de los hechos históricos conocidos como la Masacre de Trelew.
El fusilamiento de 16 integrantes de las tres organizaciones armadas más importantes de la Argentina empieza con el intento de fuga en Rawson. ¿Cómo la planearon? ¿Cómo lograron reducir en 10 minutos a 60 guardias? ¿Cómo se las ingeniaron para copar el penal más aislado de la Argentina? ¿Por qué Santucho y Osatinsky no lograron convencer al histórico dirigente de Luz y Fuerza, Agustín Tosco, de huir con ellos? ¿Por qué sólo seis de los 120 lograron escapar?
El primer episodio del podcast Fugas “La fortaleza en el desierto”, una coproducción de Anfibia Podcast y Lunfa, reconstruye los detalles del plan estratégico con las voces de tres de sus protagonistas: uno de los líderes de Montoneros, Fernando Vaca Narvaja; Alicia Sanguinetti, de el Ejército Revolucionario del Pueblo, y Celedonio Carrizo, de Montoneros.
En una Argentina en dictadura y con el peronismo proscripto, los presos políticos eran trasladados a dos penales de máxima seguridad: el de Resistencia, en el norte, y la Unidad 6 de Rawson, en la Patagonia.
En Rawson los presos políticos ocupaban seis pabellones enteros de cuarenta celdas cada uno. Como cuentan los sobrevivientes en Fugas, la idea de escapar empezó en el mismo momento en el que llegaron los primeros presos.
La historia de los 19 del paredón, que en estos días cumple 50 años, es conocida: no llegaron a tomar el avión que los iba a dejar en Chile, donde pensaban pedir asilo político al presidente Salvador Allende. Se quedaron en el aeropuerto de Trelew.
Mariano Pujadas, de Montoneros, Pedro Bonet, por el ERP, y María Antonia Berger, por las FAR, encabezaron la conferencia de prensa en el aeropuerto. Después negociaron la entrega con el juez y el capitán de corbeta Luis Sosa. Cuatro horas más tarde lograron un acuerdo: serían trasladados nuevamente al penal de Rawson.
Antes de partir, los detenidos se enteraron de que el avión en el que viajaban sus compañeros, los seis que lograron subir, había aterrizado en Puerto Montt, en la Patagonia chilena. El clima era de festejo: aunque ellos no lograron escapar, la operación había sido un éxito.
El colectivo demoró 45 minutos en salir. En ese lapso el presidente Alejandro Agustín Lanusse declaró a Trelew y Rawson “zona de emergencia”. Lo que significó que el juez con el que habían negociado la entrega ya no tenía poder de decisión: el control de la zona estaba en manos de los militares.
El colectivo cambió de rumbo y los 19 detenidos fueron trasladados a la Base Almirante Zar. Una semana después, la noche del 22 de agosto, los obligaron a salir de sus celdas y los fusilaron con ráfagas de metralla. Después los remataron con disparos de 9mm. Sólo tres sobrevivieron: Alberto Miguel Camps, María Antonia Berger y Ricardo René Haidar.
La versión oficial dirá que Carlos Astudillo, Rubén Pedro Bonnet, Eduardo Capello, Mario Emilio Delfino, Alfredo Kohon, Susana Lesgart, José Ricardo Mena, Clarisa Lea Place, Miguel Ángel Polti, Mariano Pujadas, Carlos Alberto del Rey, María Angélica Sabelli, Humberto Suárez, Humberto Toschi, Alejandro Ulla y Ana María Villarreal de Santucho murieron en un enfrentamiento tras un intento de fuga.
Los tres sobrevivientes, luego del golpe de 1976, fueron secuestrados y aún continúan desaparecidos.
En 2012 el Tribunal Federal de Comodoro Rivadavia condenó a prisión perpetua a Emilio Del Real, Luis Sosa y Carlos Marandinolos como responsables de los fusilamientos. La “Masacre de Trelew” fue considerada un delito de lesa humanidad. El mes pasado un jurado popular en la Corte del sur de Florida, Estados Unidos, condenó al ex marino Roberto Bravo como autor de los fusilamientos de Eduardo Capello, Rubén Bonet y Ana María Villarreal de Santucho y el intento de ejecución extrajudicial de Alberto Camps.
La primera temporada de Fugas es una coproducción original de Anfibia Podcast y Lunfa. Narración: Sebastián Ortega. Investigación y guión: Emilia Erbetta y Sebastián Ortega. Grabación, mezcla y diseño de sonido: Mariano Pagella, Román Frontini y Nicolás Sosa. Música de apertura: Nicolás Pagella. Producción General: Tomás Pérez Vizzón. La segunda temporada estrenó su primer episodio el martes 12 de julio en todas las plataformas y se publica semanalmente. Relata los escapes de cárceles de Latinoamérica contadas por sus protagonistas. El equipo de trabajo se completa con Florencia Alcaraz en guión, Sebastián Grandi en producción general, Mateo Corrá en diseño de sonido, Federico Mercante en arte, Nicolás Pagella en música de apertura, Camilo Genoud en supervisión y Vera Ferrari en comunicación. Además, participa una red de colaboradores y casas productoras de podcast de toda América Latina, como Indomables (Panamá) o Invisibles (Uruguay).
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