“La gerente de la Compañía de Fomento Cinematográfico (Focine), Maruja Pachón de Villamizar, cuñada del asesinado líder liberal Luis Carlos Galán Sarmiento, y su asistente Beatriz Villamizar de Guerrero, fueron secuestradas anoche en una cruenta acción en la que murió su conductor. La Policía dijo a El Tiempo que el secuestro se produjo a las 7:30 de la noche en la carrera 1.ª Este con calle 85, norte de Bogotá. Las dos damas se movilizaban en el vehículo Renault 21, de color gris, PS-2034, que fue interceptado por un taxi amarillo y un Mercedes Benz azul, ocupados por los secuestradores, quienes le dispararon al conductor de la funcionaria cuando se disponía a bajar para averiguar lo que acontecía. Algunos testigos dijeron que los captores eran aparentemente cinco hombres. Tres de ellos llevaban ametralladoras y los dos restantes, pistolas”.
Así fue como el periódico colombiano El Tiempo, en la medianoche del 8 de noviembre de 1990, reportaba el incidente que sería el disparador inicial de Noticia de un secuestro, el libro de Gabriel García Márquez editado en 1996, y que funciona de igual modo en la miniserie que se estrenó por Amazon Prime Video. “Uno de los vehículos se situó atrás y el otro adelante del Renault 21 –continúa el texto–. Del primero de ellos descendieron los dos hombres que acribillaron al conductor y tomaron como rehenes a las dos damas. El chofer, Ángel María Roa, 40 años, de Bogotá, y padre de tres hijos, recibió cuatro tiros de pistola 9 milímetros. De inmediato fue trasladado en un carro particular a la Clínica del Country, donde falleció poco después (...) El secuestro ocurrió mientras los ex presidentes Alfonso López Michelsen y Misael Pastrana Borrero, el cardenal Mario Revollo Bravo, el dirigente de izquierda Diego Montaña Cuellar, el ex alcalde de Medellín Juan Gómez Martínez y el abogado antioqueño Guido Parra, realizaban esfuerzos por obtener la liberación de siete periodistas que permanecen en poder del grupo de Los Extraditables.”
En ese par de párrafos periodísticos no solo está la génesis del libro de no ficción que iba a ocupar tres años de la vida del premio nobel de Literatura, sino que es un resumen seco y directo de la situación de violencia que se vivía en Colombia en ese momento de pleno enfrentamiento entre las autoridades y los narcotraficantes del Cártel de Medellín liderados por Pablo Escobar Gaviria y encuadrados dentro del tratado de extradición a los Estados Unidos. Fue ese mismo espíritu –más cercano al periodístico que al clásicamente literario– el que abrazó García Márquez como rasgo estilístico para su libro que arranca con el mismo incidente. “Antes de entrar en el automóvil miró por encima del hombro para estar segura de que nadie la acechaba. Eran las siete y cinco de la noche en Bogotá”, fue como Gabo empezaría a describir el mismo hecho.
El libro, sin embargo, no era un proyecto personal del autor de Cien años de soledad, sino algo que podría definirse como un particular encargo, más personal que estrictamente comercial. “Maruja Pachón y su esposo, Alberto Villamizar, me propusieron en octubre de 1993 que escribiera un libro con las experiencias de ella durante su secuestro de seis meses, y las arduas diligencias en que él se empeñó hasta que logró liberarla”, cuenta Gabriel García Márquez en las “gratitudes” que abren su libro “Noticia de un secuestro”. Y luego explica que pronto se dieron cuenta que no podían narrar solo su historia sin vincularla a otros nueve secuestros que “ocurrieron al mismo tiempo en el país”. El desafío de contar una serie de hechos distintos pero relacionados entre sí para dar cuenta de un plan con un objetivo claro y, a la vez, pintar la situación de Colombia en ese momento, fue, como el propio Gabo lo reconoce ahí, un trabajo complicado que extendió la escritura del libro de un año a tres. Y con la trasposición del material al formato de una serie de televisión, el desafío no debe haber sido muy distinto.
El libro fue publicado en 1996 y desde entonces han habido varios intentos de llevarlo a la pantalla. Pero en cierto modo los tiempos narrativos del cine tienen el problema inverso al que tuvo el premio nobel al escribirlo: obligan a reducir, a simplificar, ya que es un formato que se adapta mejor a una historia central –y, a lo sumo, otras secundarias– que a la decena que conforma este relato. La argentina Aída Bortnik fue la que recibió la tarea, a fines de los 2000, de escribir el guion de una película sobre el libro, entonces pensada como una ambiciosa coproducción iberoamericana de 6,5 millones de dólares que sería protagonizada por la actriz mexicana Salma Hayek y que tenía como candidatos para otros roles importantes a Benicio del Toro, Javier Bardem y Victoria Abril. La película, que iba a ser dirigida por el mexicano Pedro Pablo Ibarra, tenía hasta fecha de rodaje anunciada: octubre de 2009. Pero jamás se hizo. Como sucede más a menudo de lo que se supone, proyectos de este tipo se suspenden, cancelan y terminan quedando en el olvido.
Más de una década tuvo que pasar para que Noticia de un secuestro llegue a la pantalla, una década marcada fundamentalmente por el crecimiento de las series como formato de consumo masivo. Y este es un tipo de retrato coral que se beneficia con ese modelo de construcción narrativa. A la vez, la versión para Prime Video tiene otros dos puntos a favor. Si bien es una coproducción internacional y su director y guionista principal es chileno (el veterano y reconocido Andrés Wood, de Machuca y Violeta se fue a los cielos, entre otras), lo que se muestra es una historia protagonizada por actores colombianos, evitando esa potencial bomba de tiempo que son las historias locales con actores de distintos países, plagada de acentos imposibles (recordar sino a Bardem encarnando a Pablo Escobar en Loving Pablo o al brasileño Wagner Moura en Narcos) y otros dislates al uso. El otro punto es más concreto: el showrunner, la cabeza visible por detrás de todo el proyecto, no es otro que el cineasta Rodrigo García, hijo del propio García Márquez.
Siguiendo los pasos de la novela, la serie comienza con el secuestro de Maruja y su asistente, Beatriz, a la vez hermana de su marido. Y el primer episodio estará dedicado a mostrar los inicios de su tenso cautiverio, sus constantes traslados, la dureza en el trato y, luego, su conexión con Marina Montoya, otra mujer conectada con el poder político y empresarial a la que habían secuestrado dos meses antes y muchos ya daban por muerta. A la vez, a partir de la investigación iniciada por Villamizar, la serie va dando cuenta de las tensas negociaciones para liberarlas, discusiones que inevitablemente incluían suspender cualquier tratado de extradición a los Estados Unidos. “Preferimos una tumba en Colombia que una cárcel en los Estados Unidos”, era el grito de batalla de Los Extraditables. Su modus operandi, un tanto más violento.
El segundo episodio de la serie incorporará otro secuestro, el de Diana Turbay, que fue en realidad anterior al de Pachón. “La directora del noticiero de televisión Criptón y de la revista Hoy x Hoy, de Bogotá, e hija del ex presidente de la república y jefe máximo del partido liberal Julio César Turbay”, tal como resume García Márquez en Noticia…, fue secuestrada junto con cuatro miembros de su equipo y un periodista alemán bajo una falsa premisa. Los secuestradores se hicieron pasar por miembros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y le ofrecieron una entrevista con su comandante supremo, el cura Manuel Pérez, oculto en la clandestinidad. Pero tras días de viajes, infinitas peripecias y cambios de casas, la trampa quedó en evidencia. “Ustedes no están con el ELN sino en manos de los Extraditables”, les revelaron. Y así pasaron a ser víctimas del macabro plan de negociación de los narcos.
La serie avanzará en paralelo contando ambos secuestros, con algunas revelaciones shockeantes que no conviene adelantar si no se conoce la historia real ni se leyó el libro de García Márquez, una de las cuales le da un contundente cierre al tercer episodio de los seis que tiene la serie. Protagonizada por Cristina Umaña (en el rol de Maruja Pachón), Juan Pablo Raba (como su marido, Alberto Villamizar) y Majida Issa (como Diana Turbay), Noticia de un secuestro es un relato potente y violento que se conecta con la iconografía de la época sostenida en relatos recientes como Narcos y en decenas de películas sobre la violencia en Colombia. De todos modos, y acaso respetando el modo directo de la prosa de García Márquez, la serie –más allá de algunos flashbacks al pasado romántico de Maruja y Alberto– le escapa a ciertos excesos melodramáticos y prefiere proceder de una manera más seca y episódica, poniendo el foco en la supervivencia de los capturados y en las cada vez más enredadas negociaciones entre los gobernantes y los narcos, con Escobar a la cabeza.
Para Wood, trasladar el texto original al formato seriado fue una tarea compleja pero, a la vez, relativamente fácil. Compleja, por los obvios desafíos de adaptar un relato coral y lleno de matices políticos específicos y locales a la estructura de una serie de alcance internacional. Pero sencilla, en cierto modo, porque él mismo admite que el libro de García Márquez detalla tan bien las situaciones que uno las puede visualizar desde la misma prosa, algo en lo que coincidieron también los actores. Rodrigo García –que viene de ser uno de los encargados de Santa Evita, otra miniserie basada en una novela centrada en la violencia política con una mujer en el centro de la trama y que curiosamente produjo Salma Hayek– manifestó su satisfacción de contar la historia “en Colombia, en español, y con actores colombianos” pero también defendió la elección del chileno Wood como guionista y director, bajo su supervisión. “Andrés tiene mucha experiencia contando historias muy personales en un marco político –explicó–. Me pareció que su punto de vista extranjero era clave para contar una historia que se entendiera en el mundo entero”.
“Siempre pensé que el libro podía ser una obra audiovisual excelente –explicó García en la presentación oficial de la serie en Bogotá, el pasado 2 de agosto–. En un momento se intentó hacer como largometraje, pero es una historia que no cabe en dos horas. Cuando las plataformas empezaron a hacer este tipo de series, donde podían hacerse las horas necesarias y sobre todo se permitiese grabar localmente, fue cuando me animé a decir ‘este es el momento de hacerla’”. Así, treinta y dos años después de los hechos y veintiséis desde la edición del libro, Noticia de un secuestro llega a los espectadores vía streaming. La época es otra y hoy, en Colombia, el contexto social y político es muy distinto, pero sigue siendo una historia poderosa que debería trascender fronteras y generaciones.
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