Salman Rushdie fue apuñalado esta mañana en Estados Unidos mientras brindaba una conferencia. Se desconocen motivos, sin embargo muchos dedos apuntan a las amenazas que había recibido desde Irán cuando, a finales de la década del ochenta, el difunto líder iraní, el ayatolá Ruhollah Komeini, emitió una fatwa, o edicto, pidiendo su muerte. Apenas unos días atrás, el jueves 28 de julio, brindó una charla virtual y se referió a la situación estadounidense.
Como parte del programa de actividades para Guadalajara, Capital Mundial del Libro (GCML), Rushdie dio una clase magistral titulada “La novela y los idiomas de la verdad”. Allí dijo que “América vive tiempos extremadamente peligrosos y no distingue raza, género u orientación sexual, es más, alcanza a la democracia” y añadió que teme ante una posible reelección de Donald Trump en Estados Unidos.
Además reflexionó: “Son tiempos peligrosos en Estados Unidos; por ejemplo, si eres negro, si eres mujer, si eres gay, o incluso si molestas a alguien con un arma, porque ahora hay más armas que personas”, y agregó que hay un miedo de que el fascismo sea algo real porque el partido demócrata dejó de ser precisamente un partido demócrata; sin embargo, aseguró que la palabra racismo se usa muy fácilmente y a veces de más.
Llama poderosamente la atención la falla de seguridad en el escenario de la Chautauqua Institution, en el oeste de Nueva York. Cabe subrayar que es uno de los autores más amenazados del mundo. El primer reporte policial indicó que “un hombre sospechoso subió corriendo al escenario y atacó a Rushdie y a un entrevistador. Rushdie sufrió una puñalada en el cuello y fue transportado en helicóptero a un hospital del área. Su estado aún no se conoce”.
Según comunicaron varios medios, entre la audiencia se encontraba la endocrinóloga Rita Landman, quien subió al escenario para ofrecer asistencia. Ella dijo que Rushdie tenía múltiples heridas de arma blanca, incluida una en el lado derecho del cuello. También mencionó un charco de sangre debajo de su cuerpo. Lo más importante: que parecía estar vivo y que no estaba recibiendo RCP. “La gente decía: ‘Tiene pulso, tiene pulso, tiene pulso’”, comentó Landman.
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