La voz tranquila y pausada de Ney Matogrosso fuera del escenario hace que sea difícil para cualquiera que no conozca su arte saber que ha sido uno de los artistas más rebeldes e innovadores de Brasil durante unos 50 años.
Inspirado en el teatro kabuki japonés, Matogrosso se pintó la cara a principios de la década de 1970 y realizó actuaciones extravagantes como líder de la banda Secos e Molhados, que era una mezcla de pop y rock and roll, lejos de los artistas populares de bossa nova y samba. Luego, ya como solista de prestigio, no ocultó su homosexualidad sobre los escenarios y llegó a ser un faro para muchos otros a quienes les costaba serlo abiertamente.
A lo largo de su carrera, Matogrosso ha enfatizado que el espíritu creativo y el ingenio de Brasil fueron un material clave para su música. Pero desde hace algunos años siente que su país retrocede. Y dice que también Estados Unidos, donde el octogenario se presentará este mes en diferentes ciudades. El domingo pasado fue una de las atracciones de la serie de conciertos gratuitos SummerStage de Capital One City Parks Foundation en el Central Park de Nueva York.
“Las puertas del infierno parecen estar abiertas para ambas naciones”, dice Matogrosso en una entrevista telefónica. Se refiere al gobierno de extrema derecha del presidente Jair Bolsonaro, quien se ha burlado abiertamente de las minorías y se postulará para la reelección en octubre en Brasil, y al expresidente estadounidense Donald Trump, cuya influencia divisiva aún perdura en la sociedad estadounidense, según el cantante.
“Vemos esa tendencia radical en ambos países en este momento. Y todavía se está extendiendo por todo el mundo. Pero estoy seguro de que esa tendencia algún día desaparecerá. La evolución no es una línea recta continua. Es más como una espiral”, dijo Matogrosso. “No siento que ni yo ni mi música tengamos el deber de ser optimistas, pero necesito tener esa visión, pensar que algo mejor sucederá”.
El álbum más reciente de Matogrosso, Nu Com Minha Música (Desnudo con mi música), lleva el título de una canción de Caetano Veloso. El optimismo sobre el futuro del país se siente en todo el disco, lo que no rima con una nación en una crisis económica profunda desde hace casi ocho años, el segundo con mayor número de muertes por COVID-19 y más de 33 millones de personas que viven con hambre.
“Veo un camino claro para mi Brasil, a pesar del dolor. Un vértigo visionario que no necesita un seguidor. Desnudo con mi música, fuera de eso solo es amor. Puedo ver ciertas cosas desde donde estoy”, dice la canción, en portugués.
Matogrosso dijo que planeó Nu Com Minha Música antes de que Bolsonaro llegara al poder en 2019.
“Una de las canciones habla de tanta gente con hambre. Me pregunto si eso fue una premonición, no teníamos ese escenario en ese entonces”, dijo el cantante. “Gente muriendo de hambre en Brasil es realmente imperdonable. Podemos cultivar cualquier cosa aquí”.
El cantante brasileño cree que a pesar de los duros tiempos actuales, la libertad de las generaciones más jóvenes no se detendrá.
“Recientemente estaba en un avión que venía a Río y dos muchachos se sentaron a mi lado. Estaban tomados de la mano, sin duda en sus mentes. Traté de no mirar para no meterme en medio. Nadie domará a chicos así”, dijo Matogrosso. “Poco después tomé un taxi y vi a otros dos tocándose la nariz cerca de la playa. Estos chicos no tienen que preocuparse demasiado por decir que son homosexuales. Ahora es natural”.
Al preguntarle si se sentía un poco menos rebelde que los jóvenes fanáticos, Matogrosso respondió: “Nunca me gustaron las demostraciones públicas de afecto. Ellos tienen esa necesidad. Yo no. Pero lo respeto”.
Matogrosso dijo que sigue sintiendo curiosidad por la sexualidad, más aún después de recibir tres libros del escritor español transgénero Paul B. Preciado.
“Es un pensador tan claro, se expresa tan bien que realmente me hizo entender más sobre las personas transgénero”, dijo el brasileño. “Mi interés viene de hace mucho tiempo. Recuerdo que hace décadas leí un libro que decía que nacerían personas transgénero y que estas personas deberían ser aceptadas como una señal de que la humanidad estaba evolucionando. Lo mantuve en mente desde entonces. Necesitamos encontrarnos y comprender a quienes están a nuestro lado”.
Matogrosso dijo que su agenda está ocupada hasta fin de año en Brasil. Eso no se debe solo a los fanáticos de toda la vida, sino también a los jóvenes que están interesados en trabajar con Secos y Molhados.
“Siempre supe lo que quería ser. Pero no sabía que iba a vivir hasta los 80 años, cantar, bailar como me gusta”, dijo Matogrosso. “Me siento bendecido y feliz de seguir adelante y seguir generando interés en las personas mientras mantengo los mismos ideales; libertad para la gente siempre y cuando nos respetemos unos a otros”.
Fuente: AP
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