El ministerio de Cultura de la Nación informó que Marina Cañardo estará al frente del Museo Nacional de Arte Decorativo, por lo menos por 180 días, aunque con la posibilidad de extender el plazo “hasta tanto se sustancia el concurso para ocupar dicho cargo”, que aún no tiene fecha.
Cañardo es doctora en Música y Musicología del siglo XX por la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales (París) y Doctora en Historia y Teoría de las Artes por la Universidad de Buenos Aires. Trabajó en programas radiales destinados a la divulgación musical y escribió textos para programas de conciertos.
Con presencia en congresos nacionales e internacionales en la Argentina, Francia, Japón y EE. UU., ha sido docente universitaria (UBA, UNL, UCA) e integrante de equipos de investigación en diversas universidades (UBA, EHESS, Universidad de La Plata y Universidad Torcuato Di Tella). Desde 2018 dirigió el Museo Casa Carlos Gardel y ocupa el sillón Enrique Santos Discépolo en la Academia Porteña del Lunfardo y es autora de Fábricas de músicas. Comienzos de la industria discográfica en la Argentina (1919-1930).
Los ejes prioritarios de su gestión, informaron desde la secretaría de Patrimonio Cultural, serán el resguardo y la exhibición del patrimonio, así como otorgar mayor accesibilidad.
Su nombramiento se produjo debido a la ascefalía del Museo, producida tras la renuncia de Martín Marcos en junio, quien se encontraba en funciones desde 2017.
El arquitecto Marcos decidió dar un paso al costado tras, primero, ser separado de su cargo por 90 días sin goce de sueldo cuando denunció la desparición de distintas piezas del Museo, delito aún sin respuestas, y luego, cuando luego se lo reincorporó al cargo pero ya sin poder de decisión real como director, por lo que tuvo que trasladarse a otro despacho.
En una carta a los medios, Marcos aseguró ser un “chivo expiatorio” y denunció que “la intervención al museo y mi suspensión se resolvieron a raíz de las denuncias de robos y faltantes en el patrimonio del MNAD que yo mismo realicé siguiendo todos los protocolos establecidos para esas situaciones”.
En ese sentido, en otro pasaje de la misiva, sostuvo: “Es necesario volver a señalar que en cualquier gestión existen responsabilidades, jerarquías y roles por encima y por debajo de un Director de museo y que en este caso es evidente que esas responsabilidades se quieren licuar o desviar haciendo de mí un ‘chivo expiatorio’ con la intención, hoy más que explicita, de desacreditarme, ensuciarme y así correrme de un cargo al que accedí por mérito y antecedentes mediante un concurso público limpio e inobjetable, respaldado por numerosas evaluaciones anuales de desempeño con calificaciones siempre altas y muy altas”.
En marzo pasado, Marcos denunció, según se detalló en el texto de la Resolución del Ministerio, el faltante de tres jarrones de porcelana con forma de ánfora ubicados en la sala antecámara Imperio, seis objetos de vidrio y cristal de distintas manufacturas suecas del siglo XX, de diferentes tamaños y formas, ubicados en la sala denominada “ex boutique” del subsuelo.
Luego, se descubrió el faltante de la pintura al óleo San José con El Niño, un anónimo de la Escuela de Murillo de España del siglo XVII y la pintura al óleo Retrato de Infanta, otra obra anónima de la Escuela Española del Siglo XVII, entre otras piezas que elevaron el número a 11.
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