Una muestra que desde el arte conceptual expone los orígenes y las consecuencias del modelo neoliberal impuesto en Chile por Augusto Pinochet, se exhibe en el Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires (MACBA) de la mano del artista trasandino Patrick Hamilton, quien con su obra El ladrillo abreva en el minimalismo geométrico y el arte povera –arte pobre– para componer una mirada crítica y provocadora sobre ese modelo económico y político que se irradió con dictaduras a toda Latinoamérica, en la década del 70.
De fuerte presencia internacional, Hamilton, que nació en 1974 en Bélgica, pero se siente profundamente chileno, presenta una serie de instalaciones en las que de manera poética reformula algunos conceptos como equilibrio y desequilibrio; igualdad y desigualdad; individuo, comunidad, y para ello utiliza elementos comunes al mundo del trabajo, de la construcción y la albañilería como llanas, ladrillos y lijas, creando composiciones simples y económicas, en instalaciones que se despliegan en el primero y segundo subsuelo del museo, con curaduría de Rodrigo Alonso.
“Forma y geometría nunca aparecen ‘puras’, por el contrario, se hallan asociadas a materiales, objetos, estructuras, informaciones, e incluso, a referencias artísticas y extraartísticas que las contaminan. Hamilton califica a su trabajo de ´abstracción sucia y proletaria´, aunque a primera vista la pulcritud de su realización pareciera contradecirlo”, afirma Alonso, en el texto curatorial.
La exhibición surgió de un proyecto de investigación que el artista desarrolló en el Museo Reina Sofía de España, acerca de cómo se implantó el modelo neoliberal en Chile. Esto lo llevó a las raíces del neoliberalismo surgido “en la década de los 50 liderado por la Universidad de Chicago que preveía becar y trasladar estudiantes latinoamericanos para que estudiaran en esa universidad e inocularles, por así decir, la ‘buena nueva’ del monetarismo y de esa ideología que luego se llamó neoliberalismo”, y que asumió la dictadura de Pinochet con un informe económico denominado El ladrillo, explica el artista.
El eje de la exposición está integrado por cuatro paneles rectangulares que integran, en capas, la teoría económica y el mundo más precario del trabajador. Sobre un fondo blanco, las tapas de libros e informes sobre el neoliberalismo, en color rojo, exponen de forma fragmentaria el derrocamiento del gobierno de Salvador Allende, vía intervención estadounidense y la implantación de una dictadura militar con represión política. Imágenes de las portadas de los textos Libre para elegir, de Milton Friedman o Camino a la servidumbre, de Friedrich Hayek, aparecen como ejemplos de esa teoría de libre mercado.
Sobre esas tapas aparecen colgados, desde redes negras, los guantes de trabajadores “que responden a esta idea del mundo del trabajo en su expresión más precaria, más básica, e involucra al obrero, el albañil, el carpintero”, señala Hamilton, en una recorrida por la muestra en la que juega, con “distintos niveles de entendimiento de lo que es la teoría económica y el mundo del trabajador”.
La presencia de los guantes negros “responde a lo que está opaco, a lo oculto de la economía informal o también a la muerte del trabajo en términos del trabajo manual, del esfuerzo, del cuerpo que se vende por otro tipo de trabajos telemáticos, y esa otra dimensión que serían las consecuencias de la implantación del modelo económico llevado a lo fastuoso: las grandes torres, los grandes rascacielos, las grandes empresas que demuestran su poder instalándose en la ciudad, en edificios lujosos, que es otra forma de intervención de la economía y de la trama urbana”, afirma el artista, licenciado en Artes por la Universidad de Chile.
El ladrillo representa tres acepciones: la primera es el documento que reúne las bases de la política económica de la dictadura Pinochet, un informe de casi 300 páginas escrito a máquina por un solo lado, de gran grosor; la segunda responde a la utilización del ladrillo como unidades de construcción, como base de la arquitectura de un modelo económico pero también de sociedad; la tercera tiene que ver con la crisis del ladrillo de España, ocurrida en 2008, y terminó en una burbuja inmobiliaria que derrumbó la economía”, explicó Hamilton.
La muestra también exhibe una serie de obras, que el artista prefiere llamar “objetos”, elaborados con lijas negras sobre tela de lino pintado de negro, en las que se destacan el brillo que surge de la porosidad propia de ese material también ligado a la construcción, y que enmarcado en cobre, cuelga sobre una de las paredes. “Ese material pobre es redimido, de alguna manera, por ese otro material de bronce, que es un material bastante más noble, pero que también es muy utilizado en el mundo del arte para crear un objeto”, explica el artista.
Esta obra “es como un recorte, que podría estar en el suelo, como el pavimento, y llega a la pared, ese es el gesto, y también es una referencia al mundo de la abstracción. Por otra parte, me gusta mucho la tradición de la pintura negra: el negro como un color o como un no color que también tiene muchos simbolismos”, explica y afirma que “a esas obras les dio otras tonalidades dentro del negro, en su gusto por las artes mayores y artes menores propias de la Bauhaus”.
El artista introduce, también, a través de su obra, procedimientos y elementos que remiten a la memoria colectiva, como por ejemplo, la de los movimientos sindicales en el caso de la escultura Pirámide invertida, pintadas en rojo y negro, realizada con llanas que los albañiles utilizan para aplanar los muros del albañil. “Es bonito cómo esta herramienta vuelve al muro formando una pirámide, que también tiene mucho significado como monumento funerario, e irradia a la pirámide social”, sostuvo el artista.
Red and Black Sun es otra de las obras del artista que, con cucharas de albañil en negro y rojo, dibuja un círculo sobre el piso de la sala.
“Reunidos ordenadamente sobre la mesa, neoliberalismo y abstracción geométrica parecieran aspirar en conjunto al estatuto -¿utópico/distópico?- de lenguajes universales. Ni uno ni la otra lo han alcanzado...aún. Los trabajos de Patrick Hamilton nos sugieren que ambos deben ser considerados, más bien, como verdaderos campos de batalla política, a través de un pensamiento plástico transformado en acción que nos sitúa de lleno en la conflictividad de nuestro mundo”, apunta el curador.
La postura ideológica que llevó a Hamilton a hacer con este trabajo un cruce entre arte y economía fue, en gran medida por influencia de su padre, que en los 70 y 80 “era un hombre bastante politizado, y estaba contra la dictadura”, según cuenta.
“Desde niño me llevaba a marchas y a coloquios clandestinos contra la dictadura”, agrega el artista, que vivió en Chile hasta hace ocho años, cuando se fue a vivir a España, y rescata la formación recibida en la Universidad de Artes y Ciencias Sociales, creada por profesores exonerados y exiliados por la dictadura de Pinochet.
*”El ladrillo” de Patrick Hamilton, podrá verse en el MACBA, ubicado en Avenida San Juan 328, hasta el 21 de agosto. Lunes a viernes de 12:00 a 19:00; Sábados, domingos y feriados de 12:00 a 19:00. Martes cerrado. Entrada general, $400; Estudiantes, docentes y jubilados acreditados, $200; pase cultural, $150; Niños de 6 a 12 años, $200; Menores de 6 años y personas con discapacidad, sin cargo. Miércoles: General; $200; estudiantes, docentes y jubilados acreditados, niños de 6 a 12 años, sin cargo.
Fuente: Télam S. E.
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