El Museo Nacional de Bellas Artes planea comenzar este año una ampliación arquitectónica que por primera vez en la historia conectará todos los pisos del museo, gracias a un hall de circulación ubicado en lo que será el esperado Paseo de Esculturas, que abrirá al público a principios de 2024 pero que desde noviembre próximo ya emplazará una de sus primeras esculturas: Marejada, de la artista Noemí Gerstein.
Se suma así a la lista preliminar de las esculturas que serán instaladas en el Paseo que pertenecen al acervo del museo: Rugby y La danza de Pablo Curatella Manes, Jinete a caballo de Marino Marini, Torso de Antonio Sibellino, El deseo de Libero Badii y Torso de Rogelio Yrurtia.
Además, en lo que será un espacio vidriado, a cielo abierto, ubicado en lo que en otro tiempo fuera un estacionamiento, se ubicarán esculturas pertenecientes al gobierno de la ciudad -que habían estado al aire libre pero luego fueron guardadas en un depósito debido a haber sufrido vandalismo- como La primavera y L’Homme Parlant de Léon-Ernest Drivier, El segador y El sembrador de Constantin Meunier, Heracles y Centauro de Émile Antoine Bourdelle. Por eso, el espacio que conecta el museo con el Parque Rubén Darío abrirá sus puertas de día y permanecerá cerrado durante la noche.
El Paseo de Esculturas será un espacio de 2.000 metros cuadrados, al que se podrá acceder desde el museo pero también desde la calle- y requerirá del trabajo conjunto entre el Museo Nacional de Bellas Artes, el Ministerio de Cultura de la Nación, el gobierno de la Ciudad y la Asociación de Amigos.
“Por primera vez todo el museo va a estar conectado a través de un hall vidriado en cada piso, un espacio de circulación que estará ubicado en el Paseo de Esculturas. Es un proyecto arquitectónico de ampliación basado en el diseño original. Desde la entrada de Avenida Libertador se va a poder ver la Facultad de Derecho, a través de los ventanales”, comentó Andrés Duprat, director de la institución cultural, durante la presentación.
Además, el Paseo se articulará con las esculturas preexistentes en el predio, y que ya están a la vista en esa zona de Recoleta como por ejemplo las de Julio le Parc, María Juana Heras Velasco, Enio Iommi, o El arquero de Emil Antoine Bourdelle, en Plaza Dante.
La obra de Gerstein fue seleccionada por un comité asesor integrado Marcelo Pacheco, Mariana Marchesi, María Teresa Constantín, Sebastián Vidal Mackinson y Laura Malosetti Costa.
Esta pieza -que será donada por la Asociación de Amigos del museo- fue una de las cinco seleccionadas por el Comité mencionado que realizó un trabajo previo de investigación y relevamiento de obras disponibles y proyectos posibles.
“Aún no se reunió el total del dinero para comprarla pero sé que vamos a poder comprarla”, dijo Julio Crivelli, presidente de la Asociación Amigos, sobre los 30 millones de pesos necesarios para concretar la iniciativa que además de la adquisición incluye un catálogo detallado de la pieza y los nombres de los donantes para la compra. Y agregó: “El año pasado con la Asociación recaudamos 18 millones. Confiamos en que vamos a llegar a la meta de este año”.
La escultora argentina Noemí Gerstein (Buenos Aires, 1908) estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes porteña y en los Cursos Libres de Arte con el escultor Alfredo Bigatti. Patrocinada por el gobierno francés, concurrió a la Grande Chaumière para estudiar bajo la guía de Ossip Zadkine. Realizó numerosas exposiciones individuales en la Argentina y en las ciudades de Nueva York, Florencia, Roma, París, Caracas y Londres.
Entre las muestras colectivas, destacamos su participación en tres oportunidades en la Bienal de Venecia, en la exposición del National Art Club de Nueva York, en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, en la muestra organizada por el Walker Art Center de Minneapolis y otros museos de los Estados Unidos, en la Exposition du Petit Bronze, en el Museo Rodin de París, entre otras. Falleció en Buenos Aires el 14 de junio de 1996.
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