Pedro Pablo García Caffi, fundador del cuarteto Zupay y director del Teatro Colón entre 2009 y 2015, murió a los 77 años. Director de escena, músicos, productor y administrador cultural, también se desempeñó como director de la Camerata Bariloche, director general de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, y director general y artístico del Teatro Argentino de La Plata.
“Con profunda tristeza, el Teatro Colón lamenta en anunciar el fallecimiento del maestro Pedro Pablo García Caffi, músico, director de escena, productor y administrador cultural y quién fuera Director General y Artístico del Teatro Colón entre Febrero de 2009 y Enero de 2015″, expresó un comunicado del coliseo lírico difundido en la noche del viernes.
Nació en Buenos Aires en septiembre de 1944; fue bachiller y realizó estudios musicales y piano con María Asunción Fernández; guitarra en el conservatorio del Colegio Ward; flauta traversa con Carmelo Velardo; audioperceptiva y canto con Clelia Troisi y canto con Eduardo Jorge Cogorno. Estudió expresión corporal con Patricia Stokoe, teatro con Juan Silbert y dirección y puesta en escena con Juan Carlos Gené. Fue autodidacta en historia del arte y aficionado a la cinematografía.
En los comienzos de la década del 60, y al tiempo que recorría los primeros pasos en la música profesional, experimentó técnicas de fotografía artística en su laboratorio y se desempeñó como reportero gráfico para varias agencias y medios periodísticos del interior del país, para los que realizó reportes de personalidades del espectáculo y el deporte, y producciones tales como: “Coronación” Cúpulas de Buenos Aires, “Fisonomías Porteñas” o “Númen Fotográfico” Luz y Sombra en las Esculturas, Estatuas y Plazas de Buenos Aires.
En 1966, a los 22 años, junto con su hermano Juan José García Caffi, fundó el Cuarteto Zupay que integraron además, en esa primera formación, Eduardo Vittar Smith y Aníbal López Monteiro. Luego de que su hermano dejó la formación vocal en 1969, asumió la dirección de los arreglos musicales y vocales hasta 1991, el año de la disolución de un grupo de música popular que tuvo especial protagonismo en los primeros años de la década de los años 80, desde el final de la dictadura militar y durante el primer lustro del gobierno de Raúl Alfonsín.
Con virtuosos arreglos vocales, Zupay abarcó folklore y tango pero expandió esos horizontes hacia una búsqueda de confluencia con otros géneros y acompañó los años del optimismo posdictadura. Desde la Marcha de San Lorenzo a “Ojalá” de Silvio Rodriguez, pasando por tangos clásicos y los grandes clásicos de María Elena Walsh, patentaron una estética sonora que los distinguió. El Cuarteto Zupay, con 16 albumes de estudio editados, se disolvió en 1991.
En Marzo de 1992 fue designado Director General de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires. En 1997 fue contratado como director ejecutivo de la Camerata Bariloche. En 1999 fue designado Director General y Artístico del Centro de las Artes Teatro Argentino de La Plata, desempeñándose hasta enero de 2002. En enero de 2009 fue designado Director del Teatro Colón. Así, condujo la reapertura del coliseo lírico en mayo de 2010, en vísperas del Bicentenario, luego de un largo y polémico proceso de restauración y modernización llevada adelante durante la primera gestión de Mauricio Macri al frente del gobierno de CABA. En ese cargo, se mantuvo hasta que presentó la renuncia en enero de 2015.
Fuertes críticas al presidente Fernández
Siempre afín al peronismo y calificado como uno de sus máximos referentes culturales, desde el inicio del período de gobierno del Frente de Todos fue muy crític. En diciembre de 2020, publicó una carta titulada “No deseo ser cómplice de estos personeros de la farsa” y expresó un potente cuestionamiento a la gestión del presidente Alberto Fernández. “Como en el inquietante cuento de Juan Carlos Onetti, también subyace en mí el infierno tan temido. A lo largo del azaroso 2020, la ineptitud y la superchería se consolidaron como rasgos de nuestro degradado Gobierno nacional. La verborrágica incoherencia del Presidente, la venganza ególatra y narcisista de la vicepresidenta y la ignorancia de la mayoría de sus ministros nos acosaron a diario con torpeza, incompetencia y mentira. El disparate reemplazó al criterio y al sentido común. Un divagar de ideologías muertas son el nuevo paradigma que nos saquea la realidad con historias falsificadas”, rezaba el primer párrafo del texto.
Luego de esa publicación, entrevistado por Alfredo Leuco en su programa de televisión, expresó que estaba “preocupado por la moral, la ética y los ejemplos que le estamos dejando a nuestra gente”. Consultado por la carta, dejó en claro que no “podía quedarse callado”. “Empezaba a sentirme cómplice no solo de un gobierno que no me gusta, sino también del delito. Ahí empiezo a ver mis razones. Veo que el presidente le ha dado un estatus de felpudo a la palabra, porque lo que dice hoy es desmentida de lo que dijo ayer y vuelve a desmentirse al día siguiente. Y lo dice de una manera que parece burlarse de mí. Por eso escribí esa carta”.
A modo de cierre, García Caffi concluyó que “el problema es cultural”. “Uno vive siempre pensando que con los hechos culturales se puede superar la fogosidad de los hechos materiales para de alguna manera elevarse a otros niveles de valores permanentes. La sociedad está sufriendo, hay un malestar generalizado que es el que a mí me preocupa. Ese malestar aparece cuando no encontramos la manera de salir, yo sigo creyendo que esto no termina bien porque no pueden gobernar dos personas que ninguna de las dos gobierna. Además el presidente no puede ser el jefe de gabinete de la vice, esto de alguna manera tendrá que solucionarse”.
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