Expectativa y realidad: cómo trabajan las editoriales independientes argentinas en el exterior

Carolina Orloff de Charco Press, Sebastián García Schnetzer de Libros del Zorro Rojo y Andrés Tacsir de equidistancias conversaron con Infobae Cultura sobre sus emprendimientos y la idea de renovar la imagen de la literatura latinoamericana en el dominante mercado anglosajón

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(Getty Images)
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Desde Edimburgo, Londres y Barcelona, a través de América Latina y Estados Unidos, los editores independientes argentinos van dejando su huella en el mapa global de los libros. Aún con márgenes estrechos, materializan aspiraciones y sueños en catálogos que eluden el camino fácil de los bestsellers y hacen circular otras voces y formatos.

Los editores Carolina Orloff de Charco Press, Sebastián García Schnetzer de Libros del Zorro Rojo y Andrés Tacsir de equidistancias compartieron sus experiencias en diálogo con Infobae Cultura. ¿Cuánto de utopía los acompaña en sus proyectos? ¿Con qué metas crearon estas editoriales? ¿Y en qué medida lograron abrirse camino en el mercado?

Charco Press se presenta como la única editorial en el mundo anglosajón que está dedicada a la literatura latinoamericana. Con sede en Edimburgo, publica principalmente novelas y también volúmenes de cuentos y partió en 2017 con cinco libros de autores y autoras argentinos actuales.

Desde sus inicios, apuntó a demostrar “que la literatura latinoamericana no es realismo mágico, no es pobreza, violencia ni narco. Y que de un solo país y de una misma generación están saliendo libros absolutamente disímiles; en formato, en aspiraciones estilísticas, en contenido”, indica Orloff a Infobae Cultura.

Por su parte, desde su fundación en Barcelona en 2004, Libros del Zorro Rojo se consolidó como una editorial de referencia internacional en libros ilustrados, donde confluyen la literatura y las bellas artes.

“En el origen, nos iniciamos desarrollando libros ilustrados para jóvenes y adultos, e imaginamos que este proyecto ocuparía, en un futuro cercano, un espacio relevante dentro del mundo editorial”, dice García Schnetzer. Y agrega que, muchos años después, siguen “ilusionados con esta utopía”.

Los reconocimientos para estas dos editoriales no se hicieron esperar. Charco Press ya logró tener tres nominaciones al Premio Booker International, una a la longlist y dos a la shortlist. La más reciente fue para Claudia Piñeiro, con Elena Knows (Elena sabe, con traducción de Frances Riddle).

“Es un reconocimiento profundo de que estamos haciendo bien las cosas. Hay gente que nos está leyendo, nos está prestando atención y está cambiando en base a lo que estamos publicando”, asegura la editora y traductora argentina radicada en Escocia.

Libros del Zorro Rojo se adjudicó, entre una frondosa lista de galardones, el Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial del Ministerio de Cultura de España en 2011 y el Premio a la Mejor Editorial Europea 2015 de la Feria del Libro de Bolonia.

Carolina Orloff de Charco Press (Foto: Thomas Khazki)
Carolina Orloff de Charco Press (Foto: Thomas Khazki)

Su director García Schnetzer recuerda en diálogo con Infobae Cultura que fueron uno de los primeros sellos que abordó en España un proyecto integral sobre este tipo de obras. “Acaso Galaxia Gutemberg era nuestra referencia, pues editaba en esa época, y con finura, esmerados libros ilustrados”.

Y, aunque algunas editoriales habían emprendido experiencias en este terreno, “creo que ninguna había focalizado la esencia de su proyecto en este formato que reúne las letras y las artes”. A la pregunta de si Libros del Zorro Rojo se convirtió en un referente, prefiere contestar: “No es relevante. Las referencias confunden y pueden ser nocivas”.

Mientras tanto, equidistancias, fundada por Andrés Tacsir y Enrique Zattara, se enfoca en escritores y escritoras hispanoamericanos que eligieron vivir en culturas diferentes a la propia o cultivan un fuerte vínculo con la migración. Ambos autores conocen de propia mano el fenómeno de la escritura en otra tierra: Tacsir vivió cerca de 15 años en Londres y Zattara lleva más de 30 años en Europa.

“Al estar afuera, muchos escritores se van alejando de los ‘círculos culturales’ de su país de origen. Existe una cantidad importante -y creciente- de escritores que ‘escriben afuera’ y equidistancias viene a llenar el espacio que permite reconectarlos con sus lugares de origen”, destaca Tacsir.

A la hora de concebir este sello –que funciona entre Buenos Aires y Londres y lanzó sus primeros títulos en diciembre de 2021- la experiencia migratoria fue fundamental. Porque “le permitió entender “esa ‘tierra de nadie’, esa tierra entre los dos lugares en que quedan los escritores cuando están afuera y no están del todo conectados en ninguno de los dos espacios a los circuitos habituales de producción, edición o difusión”.

Destartalando estanterías

¿Qué metas se fijaron inicialmente para sus proyectos editoriales? ¿Y en qué medida se fueron concretando?

Orloff cuenta que Charco Press “nació justamente con la aspiración de hacer temblar, de destartalar un poco las estanterías en general de los lectores en el mundo anglosajón”. El objetivo era “traer a la mente de estos lectores una versión renovada, más genuina, de lo que es la literatura latinoamericana y de lo que es la literatura que viene de otros lados”.

Por eso, apuntan a “traer de América Latina los títulos contemporáneos que estén haciendo eco y también ‘resucitar’ autores y autoras que por alguna arbitraria razón no han sido traducidos, como la enorme Ida Vitale o Diamela Eltit”, explica la cofundadora de esta editorial.

Libros del Zorro Rojo, por su parte, repiensa cada libro “con la astucia y la tenacidad de un zorro, un colorido zorro rojo de fábula”. Entre sus metas, García Schnetzer señala “resistir sin sucumbir a la tentación del mercado. Realizar, dentro de nuestras posibilidades, el mejor libro posible combinando autores, obras y artistas con la mayor sintonía. Realizar libros capaces de perdurar en el tiempo, libros que puedan permanecer”.

Enrique Zattara (Foto: M. Victoria Cristancho)  y Andrés Tacsir de equidistancias
Enrique Zattara (Foto: M. Victoria Cristancho) y Andrés Tacsir de equidistancias

El editor y diseñador gráfico argentino recuerda que la ilustración como oficio existe desde tiempos inmemoriales, “pero el trabajo de algunos ilustradores e ilustradoras ocupa hoy un lugar destacado entre las artes. De Aubrey Beardsley a Carlos Nine, de Hannah Höch a Suzy Lee, por citar algunos, son una referencia y fuente de inspiración mundial”.

En su catálogo se destacan, entre otros, Julio Cortázar ilustrado por Emilio Urberuaga, José Muñoz o Enrique Breccia, Harry Clarke dando vida a los cuentos de Hans Christian Andersen, Edgar Allan Poe o el Fausto de Goethe, Alejandra Pizarnik en los trazos de Santiago Caruso y los collages de Isidro Ferrer en diálogo con Los Sueños de Helena de Eduardo Galeano.

Durante este año, equidistancias prevé publicar una docena de libros, con voces de Argentina, Chile, Colombia, España, Perú, Cuba, México, Costa Rica y Venezuela. Sus perfiles son diversos, entre ellos un diplomático español que residió en el Congo, un colombiano que fue periodista en Nueva York o una médica chilena que vive en Londres.

Tacsir se enorgullece de que sus autores y autoras puedan ser leídos tanto en su lugar de residencia como en el de origen. Y lo juzga especialmente importante, porque “las comunidades migrantes de habla hispana en el mundo crecen y no siempre disponen en sus lugares de residencia de la visibilidad necesaria. A nivel individual, además, muchos inmigrantes que escriben no tienen siempre la cabeza focalizada en cómo se está desarrollando el mercado editorial en su país; en general, sus contactos con otros escritores y grupos de lecturas se van diluyendo a medida que pasan tiempo afuera”.

De nombres, de soportes

En Charco Press, apostaron a ese nombre porque hace referencia “a la idea de cruzar el charco, de ser puentes entre culturas, entre idiosincrasias, entre universos. Y recuerdo que nos detuvimos mucho pensando en la dificultad que iba a tener el lector anglosajón al pronunciar la palabra y justamente decidimos ir con ese nombre, porque también de eso se trata”.

Así, decidieron no amoldarse a la comodidad del lector angloparlante, con la elección de una palabra en castellano que “se puede aprender a decir, como se puede aprender a ser curioso por el otro, por el mundo del otro”. “Más allá de lo metafórico del significado, también tiene esa aspiración de desafiar al lector anglosajón”, señala Orloff.

Libros del Zorro Rojo “desea rescatar de entre las sombras de la fábula al pobre animalito, un personaje obligado a participar a la fuerza en el club de los malos. Sin dejar de mencionar que en la actualidad el zorro rojo se encuentra en peligro de extinción. Es un superviviente”, dice García Schnetzer.

Y la denominación “equidistancias” viene a dar cuenta “justamente de ese espacio en que están los escritores que escriben afuera: entre su lugar de origen y su lugar de residencia”, afirma Tacsir, quien vive actualmente en Buenos Aires, a Infobae Cultura.

“Aprovechando las nuevas formas en que el lector se relaciona con el libro, trabajamos con publicación on demand”, explica. Los libros de equidistancias se consiguen en digital, así como en formato físico en Europa, Estados Unidos y en la mayoría de los países de América Latina.

Sebastián García Schnetzer de Libros del Zorro Rojo
Sebastián García Schnetzer de Libros del Zorro Rojo

Charco Press publica tanto en papel como en digital. “Todos los libros salen en formato tapa blanda y en e-book. En general solo se vende un treinta por ciento en digital. El resto es papel, papel, papel. Las ediciones son muy cuidadas”, aclara Orloff.

La experiencia de Libros del Zorro Rojo en materia de soportes es otra. En palabras de García Schnetzer: “No publicamos en formato digital por el momento. Vivimos en el Jurásico de la edición”.

Vivitos y coleando en el mapa editorial

¿Cómo se ubican dentro del complejo y muchas veces esquivo mapa editorial global? ¿Y cómo respondieron lectores y lectoras a sus iniciativas?

Orloff y García Schnetzer coinciden en que, desde que comenzaron sus respectivos proyectos, con las particularidades y los riesgos que les son intrínsecos, lograron una gran aceptación.

El artífice de Libros del Zorro Rojo evoca que la propuesta de la editorial “fue recibida con incredulidad y cierta amable desesperanza. Con el tiempo fuimos ganando entusiastas y hoy, luego de años de perseverancia y padecimiento, podemos decir que logramos ocupar unos milímetros del mapa editorial. Suficientes para sostener el proyecto, vivito y coleando”.

Y, sobre la expansión a otros países, a la que considera vital para la supervivencia de este sello, reflexiona: “Quizás se debió a que llegamos a Barcelona desde la Argentina. Percibimos rápidamente el mapa de la lengua castellana con perspectiva global, por ello desde el inicio trabajamos sin descuidar a nuestros lectores y lectoras en Latinoamérica, hecho que nos permitió una mayor difusión”.

Libros del Zorro Rojo lleva publicados unos 300 libros, sumando los catálogos infantil y juvenil-adulto. “Pero la cantidad no es un mérito, todo lo contrario. Debimos quizás haber publicado menos y mejor”, traza su balance García Schnetzer.

¿Con qué criterio eligen un libro para incorporar al catálogo?, le consultó Infobae Cultura. “Dependerá de muchos factores. El principal, su potencial para soportar el paso del tiempo”, puntualiza el editor.

Tacsir comenta que equidistancias -con sus colecciones de narrativa, poesía y ensayo- tuvo muy buena recepción “por su originalidad, pero, sobre todo, por la capacidad de efectivamente lograr darle fuerza a voces que no siempre se escuchan. Entre los lectores estamos avanzando muy bien, entendiendo que nuestros libros serán buscados primeramente por lectores con una sensibilidad especial al tema del ‘escribir afuera’”.

"Elena Knows" (Charco Press) de Claudia Piñeiro
"Elena Knows" (Charco Press) de Claudia Piñeiro

De todas maneras, los márgenes en los que se mueven estas editoriales suelen ser verdaderamente estrechos. Por ejemplo, hasta hace unos cinco años en el mundo anglosajón apenas el 3,2 por ciento de la literatura publicada era en traducción de otros idiomas, incluido el español. Un porcentaje que, según Orloff, ahora llega a algo más del cuatro por ciento, pero sigue siendo “ridículamente chico”.

Infobae Cultura le preguntó a Orloff si ocuparon un espacio vacante en el mapa editorial. “Me parece que no, porque la literatura latinoamericana contemporánea se viene publicando, de a puchitos, acá y allá. Pero la apuesta que hace Charco es que es la única editorial en el mundo anglosajón que está dedicada a la literatura latinoamericana. Y esa singularidad sin duda nos destaca, porque si hay algo que estaba vacante es hacer una oferta variada de la literatura latinoamericana en inglés”.

Y agrega: “Con eso me refiero a que nosotros no solo no publicamos los libros que les va bien, necesariamente, en términos comerciales. No publicamos bestsellers y hacemos una movida de alguna manera protegida o segura, sino que el objetivo que nos mueve, el motor, es que la representación de la literatura latinoamericana contemporánea en inglés sea justa a la variedad de voces”.

Desde el año pasado, también comenzaron a editar en español, con títulos como La azotea de Fernanda Trías, Habana Año Cero de Karla Suárez y Una ofrenda musical de Luis Sagasti. La intención de Charco Press es, siempre y cuando los derechos estén disponibles, publicar sus libros simultáneamente en ambas lenguas en Reino Unido, Canadá y Estados Unidos.

Sobre todo, apuntando a la realidad demográfica estadounidense, “donde habitan millones y millones de hispanoparlantes que a la hora de ir a la librería o a la biblioteca municipal no tienen buena ficción contemporánea de América Latina para leer en su idioma”, especifica la editora e investigadora. Próximamente Charco Press publicará allí títulos como Sodio de Jorge Consiglio, Confesión de Martín Kohan y Dos sherpas de Sebastián Martínez Daniell.

Como editora, concluye Orloff, le interesa ser lo más fiel posible a representar la variedad latinoamericana en términos de ficción y no ficción. “Que no sean siempre las mismas voces que se repiten, que no sean siempre los mismos traductores que traducen a los mismos autores. Vinimos a cambiar eso. Vinimos a aportar a que ese abanico de voces sea realmente un abanico”.

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