Fue a mediados de junio del año 1942, el 12 para ser exactos. Ese día Ana Frank comenzó a escribir un diario. Los nazis habían ocupado los Países Bajos. Ella se ocultó con su familia, otra familia judía (los van Pels) y el dentista Fritz Pfeffer en la buhardilla de unos almacenes de Ámsterdam. Ana tenía trece años y una imaginación enorme, en la que se apoyó para sobrellevar aquellos tiempos oscuros. Entonces decidió empezar a describir su vida cotidiana. Al diario lo llamó Kitty.
Fueron dos años de encierro mientras de fondo sonaban los estruendos de la Segunda Guerra Mundial. El diario se desarrolla entre el 12 de junio de 1942 y el 1 de agosto de 1944. Tres días después, el 4 de agosto, los ocho escondidos fueron descubiertos y los nazis los trasladaron a diferentes campos de concentración. Durante esos dos años, no sólo escribió su diario, también varios cuentos y fantaseó con publicar un libro al salir de ahí.
Tras la captura, Ana es llevada al campo de Westerbork, la encierran en los “Barracones S”, una zona separada del resto por una gran cerca de púas, le ponen un uniforme azul con parches rojos y el 2 de septiembre la trasladan a Auschwitz. La rapan, le tatúan el número de identificación en el brazo y la hacen trabajar a destajo. Por el hacinamiento contrae tifus. Se cree que murió entre febrero y marzo de 1945. Tenía quince años.
Documento histórico
El domingo 14 de junio de 1942 escribe: “El viernes desperté ya a las seis. Era comprensible, pues fue el día de mi cumpleaños. Pero no podía levantarme tan temprano y hube de apaciguar mi curiosidad hasta un cuarto paralas siete. Entonces ya no soporté más y corrí hasta el comedor, donde nuestro pequeño gatito, Mohrchen, me saludó con efusivo cariño. Después de las siete fui al dormitorio de mis padres y, enseguida, con ellos al salón para encontrar y desenvolver mis regalos”.
Entre los obsequios, uno muy especial. “A ti, mi diario, te vi en primer lugar, y sin duda fuiste mi mejor regalo”, cuenta. Sin que nadie lo imaginara, esos escritos se volvieron algo completamente singular: un documento histórico que narra como nadie el día a día de una familia encerrada. El manuscrito fue encontrado esparcido en el suelo del escondite después del arresto de la familia y fueron entregados a Otto Frank, padre de Anna, sobreviviente, después de la guerra.
Lo que existe, lo que hoy tenemos de esas narraciones, son tres volúmenes: el primero cubre el período que va del 14 de junio al 5 de diciembre de 1942; el segundo es un libro de ejercicios escolares que comienza el 22 de diciembre de 1943 y termina el 17 de abril de 1944; el tercero va del 17 de abril al 1 de agosto de 1944. Se supone que el volumen o volúmenes originales entre diciembre de 1942 y diciembre de 1943 se perdieron.
En la última página del diario, Ana Frank escribe: “Ahí está lo difícil de estos tiempos: la terrible realidad ataca y aniquila totalmente los ideales, los sueños y las esperanzas en cuanto se presentan. Es un milagro que todavía no haya renunciado a todas mis esperanzas, porque parecen absurdas e irrealizables. Sin embargo, sigo aferrándome a ellas, pese a todo, porque sigo creyendo en la bondad interna de los hombres”.
Bestseller
El diario de Ana Frank se publicó por primera vez bajo el título Het Achterhuis. Dagboekbrieven 14 juni 1942 – 1 augustus 1944, que puede traducirse como La casa de atrás, el 25 de junio de 1947 por el sello Contact Publishing en Ámsterdam. Fue traducido en 1950 al francés y al alemán y en 1952 al inglés en Gran Bretaña y Estados Unidos. En 1955 se publicó la primera traducción al español y también una edición alemana de bolsillo que vendió más de 4,6 millones de ejemplares.
El libro recibió una gran popularidad, no sólo para los críticos, los historiadores, los interesados en el tema, también para el gran público. En 1955 se realizó la obra teatral escrita por los guionistas Frances Goodrich y Albert Hackett, que además adaptaron la versión cinematográfica de 1959. Es sin dudas uno de los libros más vendidos de la historia y muchos lo consideran uno de los mejores de todo el siglo XX.
Los derechos de autor de la versión holandesa del diario, publicada en 1947, expiraron el 1 de enero de 2016, cuando se cumplieron setenta años de la muerte de la autora, por lo que se puede leer en internet. A 75 años de su publicación, el Diario de Ana Frank ya fue traducido a más de 70 idiomas y en países como la Argentina se mantiene permanentemente entre los 100 títulos más vendidos de las cadenas de librerías más grandes.
Pasión literaria
Ana no usaba el término “querido diario” ya que decidió ponerle directamente un nombre: Kitty. Esto generó contrversias. En 1996, el crítico Sietse van der Hoek dijo que se refería a Kitty Egyedi, una amiga de Ana antes de la guerra. Sin embargo, en ningún momento la menciona a esta niña ni a su apellido. La propia Kitty Egyedi dijo que ese nombre “se idealizó tanto y comenzó a llevar su propia vida en el diario que deja de importar a quién se refiere” y que “no está destinado a mi”.
Durante el encierro, Ana leyó mucho. En el lugar donde se escondían había muchos libros. Esto le sirvió para mejorar su estilo y para mantenerse envuelta en una atmósfera de literatura. Y escribió y escribió, no sólo como un pasatiempo, una forma de mantener ocupada su cabeza mientras el mundo, afuera, gritaba de dolor, sino también para hacer fluir y expandir su pasión literaria. En un momento fantaseó con ser escritora. Finalmente, y pase a todo, lo logró.
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