Una obra intimista y un “grupo ideal de músicos”: cómo fue la grabación del disco homenaje a Eduardo Grau en Budapest

Se estrenarán mundialmente cuatro obras concertantes del músico español que se radicó en Argentina en 1927, a sus 8 años. Participaron el maestro Francisco Varela, la orquesta Anima Musicæ de Hungría y solistas como Ana María Valderrama y Fabio Banegas

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Grabación del homenaje a Eduardo Grau en Budapest
Grabación del homenaje a Eduardo Grau en Budapest

El 4 de enero de 2006 en Adrogué, Argentina, falleció el compositor Eduardo Grau. Había nacido en Barcelona, España, en 1919, y llegó a la Argentina cuando tenía ocho años. Nada vislumbraba entonces que un grupo de destacados músicos internacionales se congregarían en 2022 en Budapest, Hungría, para grabar el estreno mundial de cuatro de sus obras, bajo la dirección artística del maestro argentino Francisco Varela. El registro será lanzado en pocos meses por uno de los sellos discográficos más importantes del mundo: Naxos Records.

Su nombre completo era Eduardo Federico Guillermo Grau. En Argentina fue discípulo del catalán Jaime Pahizza (1880-1969), Erwin Leucher (1902-1973) y uno de los más importantes compositores de la historia musical española, Manuel de Falla (1876-1946) que vivía en Alta Gracia, Córdoba. De Falla se percató de su talento y le aconsejó que “deje que el aire pase por la música”. Este aire que “al pasar por su obra, le imprimió el sello marcadamente hispano y profundamente religioso que la caracteriza”, explican los musicólogos Nilda Vineis y Julián Mosca, del Instituto de Investigación Musicológica Carlos Vega (IIMCV) de la Universidad Católica Argentina (UCA), institución que custodia la obra de Eduardo Grau.

La grabación representa el estreno mundial de cuatro de sus obras concertantes —todas compuestas en Mendoza, Argentina, donde Eduardo Grau se radicó en 1948—: Concierto de Yuste para violín, piano, timbales y arcosop. 88 de 1966; Concertino para viola, piano y arcos op. 124 de 1972; Concierto para clarinete y arcosop. 184 de 1985; y el concierto titulado La Flor de Gnido para flauta, piano y arcosop. 198 de 1988.

Convocados entre 19 y el 27 del pasado abril por el maestro Varela —egresado de la Universidad Católica Argentina de Buenos Aires (UCA) y de la Escuela de Música de la Universidad del Estado de Pensilvania de Estados Unidos—, intérpretes de Argentina, Austria, España, Hungría, República Checa y los Estados Unidos se reunieron en Budapest para llevar acabo una gesta sin precedentes: rescatarla obra de Eduardo Grau y ubicar al compositor entre los grandes maestros de su tiempo.

Grabación del homenaje a Eduardo Grau en Budapest
Grabación del homenaje a Eduardo Grau en Budapest

Formar el grupo ideal de músicos que le darían vida a este valioso legado musical, que es muy español y, a la vez, muy argentino, y grabarlo bajo la dirección experta de Varela con la orquesta de cámara Anima Musicæ de Hungría fue en sí el primer reto del director. Deseaba, dice: “convocar a los mejores solistas que se pudiera, a sobresalientes músicos de fama internacional que ya hayan demostrado con su labor el tener como interés común el genuino deseo de rescatar la obra de compositores desconocidos”.

No sorprende, pues esta grabación de Eduardo Grau está en línea con la más reciente actuación de Varela en Buenos Aires. Acaba de dirigir con éxito el 25 de Mayo pasado el concierto inaugural del proyecto Argentina Sinfónica del Centro Cultural Kirchner con la Sinfónica Juvenil Nacional San Martín. El programa estuvo íntegramente dedicado al estreno y reestreno de obras de compositores argentinos, entre ellas, el Poema Sinfónico Nahuel Haupí, obra cumbre del compositor Enrique Mario Casella (1891-1948) compuesta en 1926 y que fue recientemente editada por el eminente musicólogo argentino Diego Orellana en Bélgica.

Así es que citó, nada más ni nada menos, que a la violinista española Ana María Valderrama para el solo de violín del Concierto de Yuste para violín, piano, timbales y arcos opus 88, de 1966.Ella es una de las más aclamadas violinistas españolas, cuyo debut como solista fue con el director Zubin Mehta en la celebración de los 70 años de Su Majestad la Reina Sofía de España y que ostenta además el honor de haber sido la primera violinista española en ganar en 2011 el primer premio en la XI Competición de Violín Pablo Sarasate.

“Realmente es una obra muy exigente para el instrumento, para el violín”, explica Valderrama sobre el Concierto de Yuste, y detalla que “es altamente virtuoso, pero a la vez tiene unas melodías bellas, preciosas. Es un concierto muy rítmico, por lo tanto entre la orquesta, el piano, el timbal y el violín tenemos un montón de retos para poder mezclar esta polirritmia con la que tanto juega Grau”.

Grabación del homenaje a Eduardo Grau en Budapest
Grabación del homenaje a Eduardo Grau en Budapest

Como española, a Valderrama le resulta fascinante notar “la influencia que tuvo la música española en alguien que se fue tan pequeño a la Argentina” y explica que, en particular, ”el segundo movimiento es altamente religioso, representa el canto de los monjes, allá, en el monasterio de Yuste”.

Al respecto, Nilda Vineis y Julián Mosca del IIMCA observan que en el Concierto de Yuste ”ya desde su título, el compositor remite a su inspiración peninsular profundamente cristiana; de su puño y letra en la partitura agrega: El monasterio de Yuste pertenece a la orden de los Jerónimos. De ahí que este concierto se divide en Cántico, Salmo e Himno, que fue la organización musical dispuesta por San Jerónimo”.

Fabio Banegas se encargó de los solos para piano. Pianista argentino estadounidense, ganador de numerosos premios, como el Mozarteum Santa Fe en Argentina y el premio Redfield de la Sociedad Filarmónica del Condado de Orange en Estados Unidos, obtuvo títulos académicos en la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Argentina y en la Universidad Estatal de California en Fullerton (CSUF). Recientemente ha cosechado reconocimientos en la prensa especializada por sus grabaciones en estreno mundial de la obra integral para piano del compositor argentino José Antonio Bottiroli (Rosario, 1920-1990) bajo el sello Grand Piano, discográfica especializada en repertorio pianístico distribuida por el sello Naxos.

“Para mí el desafío fue la preparación de tres de los conciertos de las cuatro obras del programa, o sea la cantidad de música, y la naturaleza personal y original de la obra de Grau”, explica Banegas. Valderrama añade entusiasmada que “es siempre muy interesante abordar una obra nueva de un compositor que nunca ha sido tocado, nunca ha sido grabado, requiere de una preparación y de una imaginación tremenda. ”Varela completó el elenco para el Concierto de Yuste con el percusionista húngaro Miklós Szitha. Graduado del Conservatorio de la Universidad de Debrece, Hungría, e integrante del grupo Talamba, Szitha expresa que la obra “es muy interesante, porque es una oportunidad única para un percusionista tocar como solista con orquesta y con otros solistas.”

Grabación del homenaje a Eduardo Grau en Budapest
Grabación del homenaje a Eduardo Grau en Budapest

El violista valenciano David Fons aceptó la invitación para interpretar con Fabio Banegas el Concertino para viola, piano y arcos opus 124 de 1972. Uno de los más destacados violistas españoles, que cuenta con galardones nacionales e internacionales, David Fons agrega así a Eduardo Grau a su extenso repertorio de importantes conciertos para viola españoles y no tan conocidos, tales como la Suite para viola y orquesta de Agustí Borgunyó (1896-1967) y el Concierto para viola y orquesta De soledad sonando... del contemporáneo Javier Costa Císcar.

Con David Fons y Ana María Valderrama, explica Varela, “se cubrió la tan importante representación española que requería la identidad de Eduardo Grau”.

Sobre el Concertino para viola y piano, Fons comenta que es de “carácter global, profundo y conmovedor, y que está perfectamente escrito para viola, explora muy bien cada tesitura, cada color de sonido”. Esta obra, según Banegas: “es intimista y aparta a Grau de lo hispánico y vernáculo argentino para cantarle al mundo en una honda plegaria que hace reaparecer una y otra vez a lo largo de la obra”.

El clarinetista Simon Reitmaier, de Austria, le dio vida al Concierto para clarinete y arcos opus 184 que Grau compuso en 1985. Este reconocido intérprete completó su formación en la Universidad Mozarteum de Salzburg y en la Universidad de Música y Artes de la Ciudad de Viena, anteriormente Conservatorio de Viena, y ha sido laureado con la beca START del Ministerio de Cultura de Austria. ”Desde el principio estuve muy entusiasmado, porque el estilo de Eduardo Grau es muy individual e interesante”, comenta Reitmaier. Según Nilda Vineis y Julián Mosca del IIMCV “los tres movimientos del Concierto para clarinete se inspiran en ritmos de la música tradicional argentina”, en relación a lo cual Reitmaier especifica que Grau “usó la huella, la zamba y la chacharera”.

Francisco Varela encomendó la obra final de la grabación, el concierto titulado La Flor de Gnido para flauta, piano y arcos opus 198 de 1988, a la virtuosa flautista checa Jana Jarkovská y a Fabio Banegas. Jarkovská, formada en el Conservatorio de Praga, en la Academia de Artes de la Actuación de Praga, en el Conservatorio de Música Giuseppe Verdi de Milán y en La Academia Real de Música de Estocolmo, es también ganadora de importantes premios, como la Competición de Conservatorios Nacionales Checos, la Competición Internacional Chieri de Italia de 2012 y del Premio Internacional Pro Muscis de Paris, Francia en 2013.Con el propósito de la grabación de Eduardo Grau en mente, Varela cuenta que “Jana Jarkovská no es ajena al desafío que representa abordar música desconocida y nueva, porque ha desarrollado un amplio repertorio de compositores checos inéditos, incluso una grabación dedicada íntegramente a compositoras de su país”.

Grabación del homenaje a Eduardo Grau en Budapest
Grabación del homenaje a Eduardo Grau en Budapest

La Flor de Gnido, destacan Nilda Vineis y Julián Mosca, “tiene su punto de inspiración en tres fragmentos del extenso poema homónimo de Garcilaso de la Vega (fines s. XV-1536), poeta español del Siglo de Oro”. Jana Jarkovská elogia cómo Grau “conecta su música con otros tipos de arte”, en este caso, una oda cortesana que exalta la belleza femenina y el desamor en la que Grau se “inspira para transportar con su música al oyente al Renacimiento, a un ambiente galante, cortesano, de cítaras”, visualiza Banegas.

Pero el registro discográfico de la obra de Eduardo Grau “no podría haberse logrado sin la valiosísima colaboración de la Orquesta de Cámara Anima Musicæ de Budapest”, enfatiza Francisco Varela. Anima Musicae fue establecida en 2010 por alumnos de la Academia de Música Franz Liszt de Budapest. En 2011 ganó el primer premio en la categoría Orquesta de Cuerdas en el V Festival Internacional de Jóvenes Summa Cum Laude que se realizó en el Hall Dorado de la Asociación Vienesa de Música (Wiener Musikverein). En 2012 recibió el premio Junior Prima de Hungary de la Fundación Prima Primissima. En 2014 la orquesta obtuvo el tercer puesto en la categoría Música de Cámara del Torneo Internacional de Música en París, para el cual se habían presentado tres mil conjuntos. El éxito y prestigio alcanzado por Anima Musicæ en tan poco tiempo la ha catapultado a giras internacionales y a colaborar con importantes solistas y directores.

“La puesta en valor de la obra de Grau es algo que se debía hacer bien”, concluye con humildad el Maestro Francisco Varela sobre este registro sonoro que en realidad constituirá un aporte invalorable para la cultura hispanoargentina.

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