La feria de arte contemporáneo Documenta en Kassel, Alemania, que inauguró el sábado pasado su décimo quinta edición en esa ciudad alemana, viene recibiendo críticas por la propuesta curatorial de este año al incluir obras consideradas antisemitas o colectivos acusados por su posicionamiento político, y ahora la Embajada de Israel en Berlín emitió un comunicado donde señala que “los elementos presentes en algunas de las obras recuerdan a la propaganda de Goebbels”, motivo por el cual los organizadores decidieron “cubrir” una de las piezas en cuestión.
Hay quienes ven que en esta edición de Documenta hay un componente antisemita muy evidente porque hay trabajos artísticos que se interpretan en contra de los judíos, fomentan su hostilidad, construyen sentidos negativos, o porque sus creadores participan de un boicot cultural contra Israel. Hay quienes también encuentran un sesgo político aleccionador que atraviesa a la feria porque la crítica parece recaer sobre la elección de artistas que se han manifestado en contra de Israel.
En este contexto, todo es motivo de debate y reflexión. Y lo cierto es que hay obras que se consideran “ofensivas” y entre ellas está la que muestra a un hombre ortodoxo con sombrero, kipá y con los ojos inyectados de sangre y un cuchillo entre los dientes afilados, como de Drácula o de un animal feroz. Pero bien cierto también es que la crítica venía desde antes de que la exhibición abriera sus puertas, por ejemplo, cuando se supo que en esta edición participaría el colectivo The Question of Funding, un grupo de artistas palestinos que se han manifestado públicamente en contra de la política internacional israelí y se los acusa de estar relacionados con el movimiento propalestino Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS).
El nuevo capítulo de esta polémica, donde los cruces entre arte y política activan debates y obligan a funcionarios a posicionarse frente a una obra pero también invitan a pensar los alcances de un mensaje y sus posibles interpretaciones, tiene como protagonista a la Embajada de Israel en Berlín, que junto a asociaciones y representantes de judíos de Alemania instó a retirar una obra calificada de antisemita, según lo informado por la agencia francesa de noticias AFP. Tras la petición, la obra será cubierta, dieron a conocer los organizadores de una de las mayores ferias de arte contemporáneo del mundo que se realiza cada cinco años.
Se trata de una pieza de una contundencia literal muy clara, realizada por el el colectivo de artistas indonesios Taring Padi. Allí se refleja a un soldado con una cabeza de cerdo, una estrella de David y en su casco la inscripción “Mosad”, en referencia a los servicios de inteligencia de Israel. La obra también presenta a un hombre con grandes dientes, cabello rizado, sombrero con la inscripción de los SS nazis y un cigarrillo en la boca, que recuerda las caricaturas antisemitas de los judíos ortodoxos.
“El colectivo Taring Padi y la dirección artística de la Documenta hemos decidido cubrir ese trabajo y colocar una placa explicativa en ese lugar”, comunicó la dirección de la muestra, a través de su web. El comunicado añade que los autores de esa controvertida obra “lamentan” haber herido sentimientos, defiende que Tarin Padi es un colectivo “progresista”, comprometido con el respeto “a la diversidad” y que en ningún momento quiso “representar negativamente ningún grupo étnico o pueblo”.
El informe de la Embajada israelí en Berlín citado por AFP sostiene que “los elementos presentes en algunas de las obras recuerdan a la propaganda de Goebbels” difundida “en el momento más oscuro de la historia de Alemania”. Es por eso, exhorta el texto, que “deben ser retirados inmediatamente de la exposición”.
Por su parte, el director del Centro Ana Frank y profesor en la universidad de Fráncfort, Meron Mendel, quien hasta el momento no se había manifestado en esta polémica que atraviesa la Documenta, aseveró que dicha obra presenta “motivos antisemitas” y “sobrepasa claramente los límites”, en declaraciones a la agencia DPA. “Estas imágenes no dejan lugar a ninguna interpretación. Esto es una clara incitación antisemita”, agregó el director del centro, quien también exigió que la obra sea retirada de la feria de arte contemporáneo.
Esta décimo quinta edición de Documenta tiene la dirección artística del colectivo artístico indonesio ruangrupa y desde antes de su inauguración ya venía abriendo posicionamientos, debates y preguntas sobre los proyectos y artistas invitados. Por la notoriedad que tomó el caso es evidente que la discusión no gira únicamente sobre las licencias o éticas del arte sino que tiene razones de índole políticas. Tal es así que el día de su inauguración, el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, confesó: “Quiero ser abierto: en las últimas semanas no estaba seguro de estar aquí hoy”.
En la apertura del evento artístico el mandatario sostuvo que “todos sabemos que no hay arte sin controversia” aunque también debe tener límites porque puede ser “ofensivo”, y señaló que la crítica a la política israelí está permitida pero “cuando la crítica a Israel se convierte en un cuestionamiento de su existencia, se está cruzando una línea”. Para la presente edición, el colectivo ruangrupa seleccionó 14 colectivos, organizaciones e instituciones, así como 54 artistas.
En esta nueva edición que recoge las expresiones del arte contemporáneo y conecta prácticas e intereses de distintos continentes, el concepto de lumbung, esa palabra que remite al granero de arroz comunal típico de la Indonesia rural, es el modelo conceptual desde donde se construyen las particularidades de los proyectos seleccionados por el colectivo artístico ruangrupa.
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