Con dos instalaciones inmersivas del tamaño de una habitación y obras representativas de su carrera, la obra de Leandro Erlich (1973, Buenos Aires), cuya subversión psicológica de los espacios cotidianos desafía el sentido del equilibrio, el espacio y lo absoluto, serán exhibidas desde el domingo 26 en el Museo de Bellas Artes de Houston.
Erlich es conocido por construir paradojas visuales e ilusiones ópticas que fuerzan a los espectadores a cuestionar su propia percepción de la realidad y reconocer el infinito de posibilidades de su entorno: una escalera que engaña para ir a ninguna parte; un ascensor que parece parcialmente atascado, una pileta que podría reflejar a un grupo de observadores por encima del agua y a otro por debajo, son algunas de las situaciones que plantea el artista.
Ver es no creer (Seeing is not believing) se exhibirá en el museo estadounidense del 26 de junio al 5 de septiembre y, con entornos inmersivos y una selección de obras adicionales, será un homenaje al aclamado artista argentino, según publica la pagina web de ese museo.
“Leandro Erlich ha estado extrayendo lo siniestro de lo cotidiano durante casi 30 años. Su trabajo se ha presentado en todo el mundo, pero no con tanta frecuencia en Estados Unidos”, comentó Gary Tinterow, director y presidente Margaret Alkek Williams del Museo de Bellas Artes de Houston.
“Como Erlich comenzó su carrera artística aquí en Houston y en el MFAH, como residente del programa Core de la Glassell School of Art, estoy muy complacido de que regrese a casa. Por él y porque será una revelación para nuestro público”, sostuvo Tinterow.
Mari Carmen Ramírez, curadora de Arte Latinoamericano, sostuvo que “durante más de 25 años, Leandro Erlich ha considerado profundamente los aspectos emocionales, sociales e incluso las dimensiones sociopolíticas de nuestros entornos cotidianos”.
La inspiración de Erlich nació de la escritura de Jorge Luis Borges y de las películas desconcertantes de directores como Alfred Hitchcock, Roman Polanski, Luis Buñuel y David Lynch. “Usaron lo cotidiano como escenario para crear un mundo ficticio a través de la subversión psicológica de esos espacios cotidianos”, reflexionó recientemente el artista sobre aquella operación que él replica en el arte.
Fuente: Télam S.E.
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