La Orquesta de Instrumentos Autóctonos y Nuevas Tecnologías es una singular apuesta musical y social que excede a la música contemporánea, marco en el que podría encuadrarse, para adquirir el estatus de experiencia colectiva, tanto por el lado del espectador como por parte de los miembros del grupo que tiene su sede (cuando no está de gira por el mundo) en la Universidad de Tres de Febrero, donde tiene su propio espacio para la experimentación y la transmisión de su método y conocimiento.
Fundada en 2004 en esa sede de estudios, que se caracteriza por tener un departamento de artes audiovisuales ligado a la experimentación y creación con nuevas tecnologías, su impulsor, Alejandro Iglesias Rossi se destacó desde muy joven en el campo de la música académica contemporánea, al punto de ser elogiado por John Cage (quien le dedicó un poema cuya lectura se destaca en el documental sobre el que escribiremos a continuación) quien, llegado a cierto punto de su vida, decidió que su camino musical pasaba por la recuperación de los sonidos de los instrumentos precolombinos tradicionales amplificados por los avances tecnológicos en el campo musical y electrónico. Para ello reclutó a los miembros de la orquesta, que no solo adquieren los saberes específicos de su quehacer musical, sino que lo complementan con un entrenamiento físico que los prepara para participar de las coreografías a la vez que su indumentaria se ajusta a la música que se ejecute. Los instrumentos son realizados por los mismos músicos y por los estudiantes de la cátedra de Iglesias Rossi y Susana Ferreres, su socia al frente de la OIANT en la UNTREF.
Música para un futuro ancestral es el documental de Nacho Garassino que sigue a la OIANT a través de varios países del mundo, sin embargo, logra un resultado regular. Se podría pensar que la parte musical debería tener una relevancia para dar a conocer al objeto fílmico para el público, pero (después de la efectiva presentación) pasan y pasan los minutos y solo fragmentos de la orquesta tocando ocurren cada tanto. Bien podría esperarse que se focalizara en la trastienda de la orquesta: pues también es fragmentario. Los ensayos cobran un rol central aunque inconexo. Se intercala una filmación de John Cage leyendo un poema que le escribió a Iglesias Rossi (¡un acrónimo de John Cage!), pero no se señala nada sobre el origen del vínculo entre los músicos, el contexto del poema ni nada.
Las cámaras llegan a Egipto, al Cuzco, a Nueva Zelanda con registros dispares Por el lado positivo, se señala el entrenamiento físico, que incluye disciplinas orientales y un rigor en la preparación que parece inusual como parte de las tareas de un colectivo orquestal. Junto con la preparación de la indumentaria o el rol casi mesiánico del liderazgo de Iglesias Rossi, un sentido de grupo inédito parece surcar la experiencia de la OIANT. Una idea interesante surge del recorrido documental: cuando Iglesias Rossi indica que concibe a las universidades y centros de estudio como “unidades de autodefensa” frente al “calvario constante de la venta de patrones exógenos”, un proyecto político de características definidas. El director del documental aparece planteando su opinión sobre el mismo film. Sobre el final, una detenida filmación de parte de un concierto destella y brinda al espectador una muestra más definida acerca del proyecto musical de la OIANT.
En definitiva, quienes conozcan la Orquesta de Instrumentos Autóctonos y Nuevas Tecnologías quizás no profundicen su conocimiento sobre el proyecto y quienes se acerquen lo harán de modo fragmentario y sin una hilación propicia a ese fin. Quizás sea un buen modo de acercamiento. El trabajo de montaje y edición resulta claramente deficitario, como si tanto material entre las manos de los realizadores los hubiera sobrepasado.
OIANT, música para un futuro ancestral se proyecta en el Complejo Gaumont INCAA (Av. Rivadavia 1635) a las 13.30, 16, 18.30 y 21 hs.
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