Dirigir por primera vez un texto propio y a la vez contar una historia pequeña, haciendo foco en dos personas que se encuentran, dejándose llevar por lo casual en medio de la cotidianidad.
Todo empezó con una invitación de Guillermo Sesma, artista plástico y arquitecto, quien en 2019 me propuso escribir un texto de no más de 3000 caracteres a partir de un dibujo suyo. Este texto, al igual que otros, de todo tipo de géneros, formó parte del libro Episodios Musicales (Duetos) donde participaron más de 50 personas.
A finales de ese año la Diplomatura en dramaturgia de la Facultad de Filosofía y Letras UBA enviaba la convocatoria a alumnxs y graduadxs para participar del Torneo de dramaturgia transatlántico en el marco del Festival Internacional Temporada Alta en Timbre 4.
Las condiciones eran bien particulares: presentar un texto sin acotaciones, con una duración no mayor a 40 minutos, con dos personajes y a uno de ellos le debía suceder algo que le cambie la vida. En ese momento volví a reencontrarme con el texto enviado a Guille, en el cual habían dos personajes, una mujer y un hombre ligeros de ropa. El vestuario me llevó a imaginar el entorno, un lugar con calor, y automáticamente pensé en la playa, Mar del Plata.
Dos personajes observando todo lo que los rodea, y el mar de fondo. Ella es local de toda la vida, y la ciudad se le devino rutina. Él es un estudiante, recién llegado a la ciudad con todo por conocer.
Desde el inicio nunca fueron de la misma edad, porque me interesaba trabajar el vínculo desde la diferencia. Cuando llegó la hora del Torneo, donde el texto era leído por actores y actrices a quien solo podía conocer dos horas previas al evento para ensayar, me encontré con Daniela Catz y Matias Marshall. En un febrero de 2020, caluroso por demás, leyeron el texto. Luego el público votaba, en una sala donde las lecturas sucedían sin saber la autoría de cada una. En un ring (literalmente) nuevas dramaturgias se encontraban, un texto argentino y un texto catalán, después de contar los votos que el público depositaba en una caja, las presentadoras levantaban el brazo de la autora ganadora.
Ese mismo día, casi sin conocernos, supimos que queríamos llevar adelante la obra más allá del resultado. Con toda la adrenalina y el impulso de haber ganado, fijamos una primera reunión, pero ese marzo del 2020 tenía otros planes, y ahí todo quedó en suspenso.
Por suerte las ganas siempre siguieron intactas y a pesar del contexto tuvimos unas reuniones por zoom, donde se extendió un poco la obra. Después del parate de un año volvimos a encontrarnos, y ahí fue cuando empezamos a proyectar un 2022 de funciones. Contando con una beca de creación del Fondo Nacional de las Artes, fijamos ensayos. En ese momento se hacía necesaria una asistencia y se sumó al equipo Lucila Lobel, que acompañó todo el proceso con mirada amorosa. Luego terminamos de armar equipo con Uriel Cistaro en la dirección de Arte, Ricardo Sica en el diseño de luces, Joaquín Segade en el diseño sonoro, Florencia Di Toto en la gráfica e Ivan Breyter en la fotografía de archivo. Toda gente conocida, recomendada, o gente con la cual teníamos ganas de trabajar. En febrero de este mismo año recibíamos la grata noticia de que teníamos sala, +Ítaca Complejo Teatral, un nuevo espacio en el corazón de Almagro que nos abría las puertas, y el estreno se hacía cada vez más real, más cercano y palpable.
Teníamos la posibilidad de contar la historia de un encuentro casual, lo que nos puede deparar lo cotidiano si nos dejamos llevar por el acontecimiento inesperado. Abordar los vínculos, la soledad, y el deseo en medio de todo lo que nos rodea. Poder representar una historia mínima, dejándonos llevar por un rato al mar, buscar nuevos puntos de vista a esos lugares cotidianos.
*Valeria Di Toto. Autora y directora de Lo Cotidiano. Obra que se presenta todos los Domingos a las 19hs en Ítaca Complejo Teatral. Humahuaca 4027, CABA
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