“Jíjop (una historia bailada)” enciende la máquina corporal de hacer magia

La obra de Emiliano Larea es una propuesta única en su tipo. Combina clown, mimo, hip hop, teatro físico y máscara neutra. Así logra crear un universo particular, cautivante, que explota en escena a través de novedosos recursos artísticos

Guardar
"Jíjop", una creación de Emiliano Larea que construye desde la danza del hip hop
"Jíjop", una creación de Emiliano Larea que construye desde la danza del hip hop

Un chico que vive en General Madariaga, al sudeste de la provincia de Buenos Aires, pasa gran parte de su tiempo en su cuarto, con la música fuerte y no deja de bailar. No hay referentes cercanos ni escuelas de danza, solo unas ganas incontrolables de moverse. A los 18 años, termina el secundario y, como tantos otros, viaja a Buenos Aires y empieza a estudiar actuación. En el conservatorio nacional, todas sus muestras y trabajos tienen al cuerpo, lo gestual y el baile como eje de sus presentaciones. Ahora, aquel chico apasionado por el movimiento, impulsa en Argentina una disciplina específica de la danza, interesada en contar historias desde el cuerpo, con un campo visual particular, que juega con expresiones artísticas legendarias.

Jíjop, la última obra de Emiliano Larea, es referente de un tipo de teatro independiente argentino que podría estar en vías de expansión. Su último espectáculo es una propuesta única en su género en este momento en la cartelera porteña. Universal y particular al mismo tiempo, este tipo de piezas que nacen en el corazón de la escena off son un ejemplo vital de la fuerza incomparable de los artistas argentinos, que se forman, investigan, proyectan, viajan y vuelven para mostrar esa capacidad de crear universos poderosos, desde la imaginación y la maquinaria artesanal.

¿Se puede contar una historia sin decir palabras? Esa pregunta podría responderse en este espectáculo en el cual Emiliano Larea, construye un personaje: Jíjop (en un juego de palabras con la danza del hip hop), que surge desde una máquina y empiezan a sucederle distintas situaciones. La obra simboliza una idea que escribió en un poema la escritora Nina Ferrante: “Imaginate que te regalan una máquina para hacer magia y vos la usás para colgar ropa. Con el cuerpo pasa lo mismo”. Las posibilidades mágicas que tiene el cuerpo humano son exploradas por ese bailarín y actor, en un universo estético cargado de imágenes, con objetos en movimiento manipulados por dos bailarinas en escena y un vestuario expresionista.

Jíjop resume la mejor versión de mi búsqueda como artista, entre lo teatral, lo gestual y el baile. Es el resultado de estudiar muchas disciplinas que tienen que ver con el movimiento. Mi primera motivación de pequeño fue el hip hop, es un baile que siempre me resultó muy atractivo para construir determinados personajes. Hace un par de años, empecé a estudiar con un maestro de popping, que es la disciplina que se baila como robot, y desde ahí se arman personajes increíbles”, cuenta Larea, quien además tiene otra gran faceta en la actuación desde el humor, que exploró con mucho éxito en diferentes programas de la señal de televisión infantil pública Pakapaka.

“Jíjop resume la mejor versión de mi búsqueda como artista, entre lo teatral, lo gestual y el baile. Es el resultado de estudiar muchas disciplinas que tienen que ver con el movimiento", dice Emiliano Larea
“Jíjop resume la mejor versión de mi búsqueda como artista, entre lo teatral, lo gestual y el baile. Es el resultado de estudiar muchas disciplinas que tienen que ver con el movimiento", dice Emiliano Larea

Así, entre el clown, el mimo, el hip hop, el teatro físico y la máscara neutra, se arma este universo particular que desarrolla el bailarín y que con su última obra, explota en recursos y potencia escénica. Si cualquier espectáculo de teatro europeo puede hacer alarde de su despliegue técnico y audiovisual, gracias a los recursos económicos con los que cuentan, aquí, en Buenos Aires tenemos un ejemplo notable de una técnica artesanal y preciosista, desarrollada con muchísima pericia que lo ubican al mismo nivel de este tipo de producciones, pero con una impronta independiente. En otras palabras, ver el último espectáculo que Emiliano Larea desarrolló junto con el director Gabriel Páez, en una cocreación, remite directamente a las mejores versiones del teatro de imagen de Bob Wilson o a las piezas de Jacques Lecoq.

“Todavía no encuentro tantas personas dedicadas al lenguaje que yo investigo, porque es un proceso muy largo que implica formarse con mucha dedicación tanto en la danza como en la actuación y pensar mucho en cómo lograr ese cruce de disciplinas”, cuenta Larea. Sus referentes, dice, están entre el actor Buster Keaton y el trabajo del artista James Thierrée, quien es un comediante, acróbata y bailarín suizo, además de ser el nieto de Charles Chaplin. Para quienes no lo conocen, este video muestra algo de su magia. En el caso de la obra Jíjop, el mundo visual de Tim Burton y del artista callejero Banksy también aparecen como grandes influencias del campo estético, con una escenografía desarrollada por Martín Diez y el vestuario de Azul Borestein, ambos trabajos de impecable confección, al igual que la música original y tan propia para el universo de este espectáculo, ideada por Raphaël Beau y Hugues Le Bars.

“Todavía no encuentro tantas personas dedicadas al lenguaje que yo investigo, porque es un proceso muy largo que implica formarse con mucha dedicación tanto en la danza como en la actuación", dice Larea
“Todavía no encuentro tantas personas dedicadas al lenguaje que yo investigo, porque es un proceso muy largo que implica formarse con mucha dedicación tanto en la danza como en la actuación", dice Larea

Mientras que el personaje de Jíjop termina atrapado en un mundo de codicia, ambición y poder, el cuerpo parece el resurgir de cualquier experiencia. Algo que Larea también experimenta como entrenador de danza, en una comunidad de baile que armó, llamada “Entrenamiento para guerreros escénicos”, en la cual la fuerza del movimiento, lo colectivo y la música están en el centro del trabajo. “En la pandemia, cuando volvieron a cerrar los centros culturales, con un grupo de alumnos generamos un proyecto que se llamaba Desacato y nos juntábamos en la calle, con auriculares, todos con la misma playlist y empezábamos a viajar y bailar. Todo lo que hacíamos se transformaba. La gente en la calle miraba a un grupo de personas, moviéndose raro, en silencio. Fue un movimiento de resistencia, de descarga emocional y de encuentro”, cuenta Larea y repite una frase, con la cual siempre trabaja con sus alumnos: “Si está vivo, se mueve”.

*Jíjop se presenta todos los sábados a las 19 h en Galpón de Guevara, Guevara 326. Entradas por Alternativa teatral.

SEGUIR LEYENDO:

Guardar