La sentencia del famoso tango, “20 años no es nada”, poco tiene que ver con la historia de la Universidad de Tres de Febrero y su singular, sorprendente en un punto, proyecto artístico que se ve reflejado en varias activas sedes de aquel municipio y en la ciudad de Buenos Aires, y que tiene como buque insignia a Bienalsur (Bienal Internacional de Arte Contemporáneo del Sur). Esta es la historia de cómo una joven universidad creada a fines de los años 90 del siglo pasado, en una de las zonas más populosas del territorio que circunvala a la ciudad de Buenos Aires, generó en apenas dos décadas un robusto programa de muestras, proyectos de investigación y actividades creativas que la impulsaron a ganarse un lugar en el siempre porteñocéntrico medio ambiente del “Arte” argentino.
“El años 2002 tiene, aparte del significado político que tuvo para la Argentina la crisis del 2001, desde el punto de vista de la universidad fue el momento en que pudimos inaugurar el primer edificio propio. El rol de la universidad tenía que ser, no solo cumplir con la investigación, formar profesionales y desarrollar conocimientos, sino que también con afirmarse como institución social, en un ámbito muy carente de instituciones sociales importantes. Cosa que se repetía también en los municipios circundantes a 3 de Febrero”, dice Anibal Jozami, rector de la Universidad y personaje central en esta historia. “Esto incluía a los barrios de la Capital cercanos a esa zona”, agrega Diana Weschler, Directora Instituto de Investigaciones en Arte y Cultura.
En ese sentido, la cuestión geográfica y social tuvieron mucho ver en el desarrollo de un proyecto artístico que hoy se traduce en varias sedes y salas. A saber: el Museo de Artes Visuales -el primer museo de arte contemporáneo creado en el conurbano bonaerense-, el Centro de Arte y Ciencia con sede en Tecnópolis, el Museo de la Inmigración y el Centro de Arte Contemporáneo para la Diversidad Cultural de la Costanera porteña, y el Centro de Arte y Naturaleza, dedicado al desarrollo de la conciencia medioambiental que ocupó un espacio dentro del predio del ex zoológico de Buenos Aires y hoy tiene furncionamiento virtual. No es poco. “El Museo fue el primer paso de una serie de acciones políticos-culturales muy amplia. Siempre nos planteamos hacer una universidad que ocupara un lugar en el mundo”, define Jozami.
“Para mí esta tarea es un honor y un compromiso con la propia formación que tuve. Pero la condición distintiva de este proyecto en la UNTREF es que es una dinámica y flexible. Muy capaz de pensar lo que no existe. O sea, hay algo de las inercias sociales que hace que se trabaje sobre la dinámica preexistente: una institución educativa se supone que reproduce y a partir de la reproducción, construye. Pero aquí hay una gran dinámica para ocupar un lugar central y ensayar cosas que no existen... Entonces, si todo lo que existe alguna vez no existió ¿Por qué no construirlo? Esa es la lógica con la que se avanza en el día a día”, describe Wechsler.
— Con los vaivenes económicos y sociales de la Argentina en estos 20 años ¿Cómo se logró mantener este ritmo de iniciativa para una proyecto de educación pública como este?
—A.J.: Hay una teoría en Estados Unidos, donde las universidades como se sabe son fundamentalmente privadas, de que la institución educativa es un lugar de acumulación de materiales. Tienen que conseguir sus propios fondos y no estar dependiendo del endowment que les dio nacimiento. Si eso es válido en Estados Unidos, donde manda un privado y encima le dicen “ponemos esta plata en el banco para ustedes pero no la usen, consigan ustedes la plata”, tiene que ser mucho más válido en un país como la Argentina, donde los fondos son públicos y son escasos. Entonces siempre nos planteamos que la universidad consiguiera sus propios fondos. En algunos casos hemos competido con grandes entidades privadas que optaron por la vía de denigrarnos, diciendo que no correspondía que se hiciera eso en la universidad, pero esa ha sido la política que nos permitió crecer.
Ojo, hablo de política pero no de bandera política, independientemente de la ideología que comparten la gran mayoría de quienes participan en la dirección. Nos hemos caracterizado por recibir a todas las autoridades, incluso las se podían considerar opositoras a lo que nosotros pensábamos. Por eso tenemos muy buena relación con el municipio de 3 de Febrero, que es del PRO, con el gobierno de la Provincia y también con el Gobierno Nacional, con De la Rúa, con Menem, absolutamente con todos hemos tenido, hemos tenido esa relación.
—De aquí en más ¿cuáles son los proyectos que seguirá la Universidad en materia cultural y artística?
—A.J.: Seguir adelante con todos los museos, hacerlos cada vez más significativos y más cercanos a la gente. El Museo de Arte y Ciencia en Tecnópolis es visitado por miles y miles de personas cuando la exposición está abierta, pero allí se trabaja todo el año con un grupo de científicos y artistas. Queremos recuperar el centro de Arte y Naturaleza que estaba en el ex jardín zoológico y que ahora está abandonado por quienes nos pidieron que nos retirasemos. No nos planteamos recuperar ese edificio, sino recuperar un edificio que pueda servir para eso. En el Museo de la Inmigración se viene una muestra que va a ser muy significativa “del Mediterráneo oriental al Plata: cristianos, judíos y musulmanes”. Enfatizamos en eso porque va a ser la primera vez que se hace un evento así, que reúna a todas las comunidades y no tenga en cuenta las diferencias religiosas. Esto tiene un sentido político muy importante para una universidad que tiene muy desarrollada el área de Diversidad Cultural, tanto como el área de relaciones internacionales. En el Centro de Arte Contemporáneo está prevista una muestra de Grippo que también será muy significativa...
—D. W.: Se cumplen 20 años de su muerte y estamos trabajando con una hipótesis que surge de sus propios papeles. Veremos un Grippo inesperado. Por supuesto, van a estar las obras que todos queremos ser las horas que todos queremos volver a ver, pero habrá otra zona que nunca se vio, un Grippo íntimo: la generación de ideas y procesos que luego se vieron reflejadas en su obra.
— ¿Cómo definirían el modelo de desarrollo que involucra a la universidad y sus museos?
—D. W.: En general las universidades, las pocas que tiene un museo de arte, éste funciona como un satélite como cualquier otro museo de arte. En nuestro caso es totalmente al revés: en términos académicos también se considera una unidad ejecutora, una unidad académica. Nuestro personal es, en un 70%, estudiante de grado y posgrado. Las líneas de investigación están atravesadas por los proyectos de muestras. Y también porque en paralelo todo esto va construyendo una colección. Toda esta dinámica es inusual en un museo pero sí tiene que ver con la universidad. Es una hibridación que incluye investigación, desarrollo y transferencia a la comunidad.
Yuyo Noé para chicos y chicas
Este domingo a las 16.30 se producirá un pequeño acontecimiento para la historia de MUNTREF: Luis Felipe “Yuyo” Noé, uno de los grandes artistas argentinos vivos a sus 89 años, guiará un recorrido -especialmente pensado para las familias- por Entreveros, la instalación que condensa su visión de un mundo en permanente cambio, donde el caos es otra expresión del orden. La actividad ocurrirá en el marco de las celebraciones por los 20 años del proyecto artístico integral de la Universidad de 3 de Febrero, que tendrá como sede el Museo de la Inmigración y Centro de Arte Contemporáneo.
El sábado 11, son tres las actividades programadas. A las 14, habrá una visita guiada a la muestra permanente Para todos los hombres del mundo, destinada al público general y en español. A las 15 hs se pondrá en marcha Buscamos randas, activación de la exposición MUMORA: Nuestro jardín de Randas por Alejandra Mizrahi, coordinadora del Museo Móvil de la Randa. Y a las 16, se producirá una intervención sonora en la muestra Dioses Invisibles, de Hugo Aveta, a cargo de estudiantes de la Especialización en Arte Sonoro de la UNTREF, con introducción del artista y de Diana Wechsler.
El domingo 12 habrá cuatro actividades. A las 15 se llevará a cabo el Taller de Arte para las infancias a partir de la muestra permanente del MUNTREF Museo de la Inmigración, para chicos y chicas desde los 5 años. En el mismo horario, se realizará la charla “Cine e Inmigración: A treinta años de las tragedias de Capaci y via D’Amelio: la mafia según Wertmüller”, a cargo de María Soledad Balsas sobre cuatro películas de la directora italiana Lina Wertmüller. Y a las 16 se repetirá la visita guiada a la muestra permanente.
La maratón de actividades especiales por los 20 años de MUNTREF se concretará este fin de semana, sábado 11 y domingo 12 de 11 a 18, en el Museo de la Inmigración y Centro de Arte Contemporáneo (avenida Antártida Argentina s/n, entre Buquebus y Dirección Nacional de Migraciones). El ingreso es por el Apostadero Naval de Puerto Madero.
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