El dramaturgo Mauricio Kartun, coordinador de Idénticos, el espectáculo de micromonólogos de Teatro x la Identidad que desde el próximo viernes 6 de junio ofrecerá cuatro funciones con entradas gratuitas en el Teatro Tabarís, aseguró que si “la búsqueda de las Abuelas tiene un lugar es en la capacidad de las nuevas generaciones de tomarla y sostenerla”.
“Lo que nosotros hemos encontrado es que, sobre todo en la militancia estudiantil del secundario y en la universitaria, a la causa de las Abuelas de Plaza de Mayo se la valora, se la sostiene y creó un sano mito: el mito de la esperanza”, reflexionó Kartun.
Después de un 2020 cruzado por la pandemia y un 2021 cuyos protocolos sanitarios permitieron una sola función del ciclo fundado en el 2000 con el objetivo de apuntalar desde el teatro la búsqueda de Abuelas de Plaza de Mayo, finalmente la edición 2021 de Idénticos desembarcará en la sala del centro porteño ubicada en Avenida Corrientes 831.
“Los materiales fueron seleccionados el año pasado y sentíamos que había quedado toda la energía atrapada en esa única función, y justificaba repetirlo este año”, explicó el autor de Terrenal, que en 2010 adaptó el formato de micromonólogos que venía trabajando en sus clases como docente en Tandil al objetivo de las Abuelas.
“Hubo que encontrarle la vuelta, descubrir cómo hacer para que en tan poco tiempo se armase un espectáculo y encontramos que armaba un círculo virtuoso: se podían convocar muy buenos actores sin quitarles tiempo de su trabajo profesional, que podían ensayar por su cuenta, que podíamos convocar buenos directores y que juntando 10 o 12 de esas unidades se armaba un espectáculo con la temática de la identidad”, recuerda Kartun sobre el proceso de creación del formato.
Así, los lunes 6, 13 y 27 de junio y el lunes 4 de julio a las 20 se podrán ver, entre otros micromonólogos, Un verdadero lector (de Pablo dos Reis, interpretado por Gabo Correa y dirigido por Carlos Portaluppi), El señor yo (escrito y dirigido por Mariano Saba, interpretado por Daniel Fanego), Memoria íntima (de Celia Zavala, protagonizado por Malena Figo y dirigido por Claudio Da Passano) y Los fuertes (de Saba, encabezado por Martín Salazar y dirigido por Tatiana Santana).
Las localidades son gratuitas, se retiran una hora antes en el Tabarís.
—¿Qué balance hacés de estos 12 años de micromonólogos?
—Ha sido todo ganancia, más allá de que Teatro x la Identidad trabaja con un objetivo muy claro, que es la recuperación de los nietos que todavía no han aparecido y es un trabajo de aporte y el compromiso militante, los lenguajes se desarrollan arriba del escenario. El espectáculo probablemente más premiado de los últimos años, que ha sido El equilibrista, de Mauricio Dayub, que ha ganado el ACE de Oro y ha estado haciendo gira en España e Israel, que no ha parado de presentarse en salas de gran formato, no es otra cosa de la recuperación de alguno de los micromonólogos de Teatro x la Identidad que los hizo, en su momento, Mauricio con aporte comprometido y generoso, y luego sintió que le había quedado en el cuerpo, que sentía que se podía hacer algo más con eso. Los tomó, convocó a los actores que habían hecho originalmente esos monólogos, en este caso Patricio Abad y Mariano Saba, y les pidió nuevos micromonólogos, completar con más materiales del mismo lenguaje, y con eso armó este espectáculo tan premiado. Quiero decir: en el balance aparece una doble ganancia, por un lado la del sentido mismo de este espectáculo, la colaboración con la causa de las Abuelas y por otro lado, orgullosamente, la creación de un nuevo formato
—¿Cuál es el desafío de un ciclo que aborda una temática que va dialogando con los contextos y los Gobiernos?
—Dialoga sin parar, porque tienen algo de aguafuertes, de captar la realidad en un trazo y uno los va viendo, si mirás las temáticas, las energías, los optimismos o los pesimismos, las referencias, continuamente la realidad está apareciendo y se está filtrando, es como una especie de condición metamórfica. Esos dramaturgos que han incorporado esos lenguajes y el formato también han sido modificados por la realidad que los rodea, entonces sería hoy un material de estudio hacer una especie de literatura dramática comparada en la que uno pudiese tomar aquello que se escribió hace 10 años y recorrer la historia de hoy en nuestro país.
—¿Fue cambiando el público?
—Sí, generacionalmente. Si esta causa tiene un lugar, un espacio optimista, está justamente en la capacidad de las nuevas generaciones de tomarla y sostenerla. Lo que nosotros hemos encontrado es que, sobre todo en la militancia estudiantil del secundario y universitaria, es una causa que se la valora, se la sostiene y que creó, por qué no, un sano mito, el mito de la recuperación , de la esperanza. Y cuando aparece algún nieto, cuando hay una nueva recuperación y una nueva identidad se renueva también la energía por conseguir más.
Fuente: Télam S. E.
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