Lo primero que se escucha es una voz familiar sobre el sonido de miles de fanáticos que gritan: “Hola, Syracuse y el mundo. Mi nombre es Prince y he venido a tocar con ustedes”. El artista pronto aparece en el escenario y, ataviado en un mono con estampado de animal, mangas y cuello de volantes blancos y una guitarra sobre la espalda, comienza “Let’s Go Crazy”. “Queridos hermanos, estamos reunidos aquí hoy...”, dice.
Es el eléctrico inicio de un concierto de alto voltaje en el norte del estado de Nueva York realizado hace más de tres décadas, reeditado y relanzado en audio y video que captura a Prince & The Revolution en su apogeo. “Fue tan asombroso como lo recuerdo”, dice Lisa Coleman, miembro de The Revolution que estuvo allí esa noche cantando y tocando el teclado. Agrega el baterista Bobby Z: “La próxima generación necesita ver esto porque de eso se trata”.
El concierto del 30 de marzo de 1985 en el Carrier Dome de Syracuse, Nueva York, incluye las canciones “Delirious”, “1999″, “Little Red Corvette”, “Take Me Home”, “Let’s Pretend We’re Married”, “Computer Blue”, “When Doves Cry” y “I Would Die 4 U”, entre otras. Cierra con una sensual y deslumbrante “Purple Rain”. Prince, con una capa reluciente, ofrece un solo de varios minutos que muestra a un guitarrista inmensamente talentoso. “Se puede decir que él sabe lo que está haciendo ahí: está iluminando al mundo. Siempre tocaba como si no hubiera mañana. Pero ese es especialmente conmovedor”, dice Bobby Z.
Prince and The Revolution: Live se lanzará el viernes 3 de junio en una variedad de formatos, incluyendo plataformas de streaming digital, una versión de vinilo de tres LP, una versión de dos CD y un Blu-ray de la película del concierto. También habrá una edición limitada con tres LP de colores, dos CD, el video en Blu-ray, un libro de 44 páginas con fotografías inéditas de la gira “Purple Rain” y nuevas notas escritas por los cinco miembros de The Revolution.
“Estaba tan orgulloso de él y de la banda que formamos y todo en ese momento; el hecho de que siga vivo y que este hermoso proyecto esté saliendo a la luz es algo especial”, dice Bobby Z, quien fue amigo de Prince desde que se conocieron en 1976. Los fanáticos del difunto artista tienen otra razón para estar felices este verano: Prince: The Immersive Experience hace su debut mundial el 9 de junio en Chicago. Ofrece a los visitantes la oportunidad de explorar su guardarropa, influencias musicales y éxitos.
El concierto de Syracuse se produjo al final de una gira de más de 100 fechas y Prince y la banda a esas alturas son una máquina compacta y elegante que aprovecha el éxito de la película Purple Rain. “Siento que fue una perla entre un gran collar”, dice Wendy Melvoin, guitarrista y cantante de The Revolution. “La única diferencia es que estaba siendo televisado en todo el mundo. Y había un poco más de presión sobre nosotros para mejorar”.
En el transcurso de la actuación, Prince hace varios cambios de vestuario, salta por los andamios del escenario, se quita la camisa, se retuerce sugerentemente en una bañera y vuelve loca a la multitud con frases como “¿me quieren?” El concierto fue uno de los primeros disponibles en televisión a la carta (pay-per-view) y fue nominado a un premio Grammy al mejor video musical de formato largo. Posteriormente, se publicó en VHS, pero la calidad del audio y las imágenes era deficiente.
“Estoy muy emocionado de que la próxima generación de fans de Prince vea de qué se trata. Él no era un tipo promedio. Este era un bailarín, cantante, director de orquesta, showman, compositor y músico increíblemente talentoso. Fue uno entre mil millones”, dice Bobby Z. Melvoin dice que los fanáticos acérrimos de Prince pueden haber visto versiones piratas, pero espera que el nuevo álbum y película inspire a otros artistas. “Creo que las personas que me gustaría que lo vean son personas que quieren aprender a montar un gran espectáculo”, dice. “Otros artistas deberían verlo”.
Melvoin y Coleman recientemente volvieron a ver el concierto de dos horas y se encontraron diciendo “¡guau!” periódicamente. “Estábamos sentados uno al lado del otro viendo una versión en pantalla grande, y ambos habíamos olvidado ciertas partes; fue realmente digno de contemplar”, dice Melvoin. “Creo que una de las cosas que le dije a Lisa fue: ‘¡Por Dios! ¡Qué buenos éramos!’”
Fuente: AP
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