Enviado especial- A pocos días de la entrega de la Palma de Oro, esta edición del Festival de Cannes está siendo una de las más decepcionantes en muchos años, al menos en lo que respecta a su competencia oficial, la que centra la atención de la mayoría. Pese a los nombres de directores consagrados en la programación, casi no hay coincidencia respecto a qué películas pueden ser premiadas y tampoco parece haberla en relación a su calidad. Lo único seguro es que no hay obras maestras indiscutibles.
Entre las películas que más divisiones causaron están Triangle of Sadness, del sueco Ruben Östlund, que había ganado la Palma de Oro aquí en 2017 con The Square. Utilizando un similar estilo satírico de sketches y bromas un tanto pesadas, su nueva película retrata lo que sucede en un caótico crucero de lujo lleno de millonarios, celebridades e influencers. Y más allá de algunos momentos graciosos de estilo televisivo, la película termina volviéndose pesada y repetitiva al volver sobre una misma broma durante sus 150 minutos.
Holy Spider, del iraní radicado en Dinamarca Ali Abbasi, fue recibida también con amores y odios. Se trata de un thriller que sigue a un hombre que se dedica a asesinar prostitutas en las calles de una ciudad iraní y de la periodista que se hace pasar por una para atraparlo. Si bien es un tema fuerte y raro de ver en un film que transcurre en ese país, la película del director de la mucho más interesante Border no es muy diferente (ni mejor) que tantos policiales sobre asesinos seriales que hay en cualquier plataforma de streaming.
Más positivas fueron las reacciones a Decision to Leave, la película del coreano Park Chan-wook, director de la célebre y violenta Oldboy. Se trata de un policial negro centrado en un detective que se enamora de la principal sospechosa del caso de asesinato que investiga. La intriga pasa por saber si ella se enamora también de él –como parece– o lo está manipulando para evitar ser condenada. Elegante y visualmente creativa, pero también muy larga y con una trama excesivamente compleja, la película sin embargo termina estando entre lo mejor que se vió aquí.
Otro esperado film que tuvo buena recepción, aunque no es el tipo de película que gane premios en festivales como Cannes, es Crimes of the Future, drama de terror del célebre David Cronenberg, protagonizado por Viggo Mortensen, Léa Seydoux y Kristen Stewart. Aquí, una pareja de “artistas” hace un show en vivo en el que ella lo opera a él en público y le saca los órganos extraños que salen en su cuerpo. En un futuro en el que la raza humana está mutando físicamente, la inquietante y oscura película del director de La mosca habla de cómo las personas se adaptan (o no) a esos extraños cambios.
Otra posible y más clásica candidata es R.M.N., del rumano Cristian Mungiu. Aquí, el director de 4 meses, 3 semanas y 2 días, célebre drama sobre el aborto que se llevó la Palma de Oro en 2007, se centra en un pueblo en la frontera entre Rumania y Hungría en el que surge el más violento racismo ante la llegada de un grupo de hombres de Sri Lanka a trabajar en la panificadora local. Más allá de una duración un tanto excesiva, se trata de un drama valioso sobre el creciente racismo y xenofobia de la Europa contemporánea.
Y si hablamos de directores premiados que han vuelto con sus nuevos títulos es inevitable mencionar a los hermanos Dardenne, abonados a este festival en el que ganaron la Palma de Oro con Rosetta y El niño, en 1999 y 2005. En Tori & Lokita no abandonan el estilo ni los temas que los caracterizan, pero lo hacen bien, evitando algunos clichés de sus films más recientes. Este drama cuenta la dura historia de una adolescente y un niño de Benín que migraron a Bélgica y se hacen pasar por hermanos para tener estatus legal. Cuando se descubre que no lo son empiezan los problemas con las mafias que se dedican al tráfico de personas y a conseguir papeles falsos. Si bien ya han hecho películas con similar temática, los realizadores siguen contando este tipo de historia con la urgencia y tensión que los caracteriza.
Pero ninguno de estos films mencionados –ni otros que se vieron en la competencia hasta hoy– ha generado ese rumor tradicional que hay en la Croisette acerca de una posible Palma de Oro. Todavía quedan unos días y algunas películas importantes por ver. Y no sería raro que entre los directores que aún no mostraron sus nuevos títulos (como el japonés Hirokazu Kore-eda, la francesa Claire Denis o la estadounidense Kelly Reichardt) pueda aparecer esa candidata indiscutible. En los últimos días siempre Cannes se reserva algunas sorpresas.
Ensueño de David Bowie
La programación de Cannes es amplia y la competencia suele llevarse la atención y el tiempo de los que están aquí. Pero muchos saben que lo mejor muchas veces está en las secciones paralelas, como Un Certain Regard, la Quincena de Realizadores o la Semana de la Crítica, en las que se programa otro medio centenar de películas. Además, están las funciones especiales y preestrenos. Y por allí, después de la movida Top Gun: Maverick y el furor causado por Tom Cruise, la película más festejada fue un documental titulado Moonage Daydream y que no es otra cosa que una biografía del gran David Bowie.
La película no utiliza las convenciones del documental tradicional sobre estrellas de rock: no tiene voz en off, ni cronología discográfica, ni las palabras de pares o especialistas. Moonage Daydream es, más que nada, un impactante espectáculo audiovisual en el que se mezclan restaurados conciertos en vivo, videoclips de todas las épocas, algunas entrevistas (solo a Bowie, es casi el único que habla aquí) y escenas de películas seleccionadas para mostrar el increíble talento, los cambiantes estilos y la inteligencia para analizar su obra del músico británico fallecido en 2016. La película se estrenará en los cines de Estados Unidos en septiembre y, teniendo a HBO por detrás, seguramente llegará por esa plataforma a todo el mundo poco tiempo después.
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