“Todas las ediciones de 1984 de G. Orwell se retirarán del mercado. El informe sobre la implementación se presentará a más tardar el 19 de mayo”, dice la orden del gobierno de Alexander Lukashenko, según publicó Nasha Niva. Se trata de uno de los periódicos bielorrusos más antiguos, fundado en 1906, pionero del periodismo en su país. Funcionó entre 1906 y 1915, y de 1991 a la actualidad. En 2017 se convirtió en el sitio web más visitado en bielorruso.
Nasha Niva es un medio abiertamente opositor a Lukashenko, recibió enormes multas y fue excluido de la circulación estatal. Los editores y periodistas fueron perseguidos en varias ocasiones y también detenidos. El 27 de enero de 2022, el Ministerio del Interior de Bielorrusia declaró a Nasha Niva “una formación extremista”. Jahor Marcinovič, su editor, se encuentra detenido; para organismos de derechos humanos en Bielorrusia lo consideran un preso político.
La opositora Svetlana Tijanóvskaya, candidata a la presidencia de Bielorrusia en 2020, escribió en Twitter que “no es casualidad que la pena de muerte por ‘intento’ de terrorismo se introdujera el mismo día en que supuestamente se prohibió en Bielorrusia el libro de Orwell 1984. El coagresor quiere engañarnos de que la guerra es la paz y llama terrorismo a la disidencia. Pero veo pavor, no fuerza”. La guerra desatada por Vladimir Putin entre Rusia y Ucrania es el contexto de esta prohibición.
Efectivamente, Bielorrusia dictó el miércoles pasado un decreto que con la pena capital por “intento de acto de terrorismo”. “El presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, firmó la ley que prevé la posibilidad de aplicar la pena de muerte por una tentativa de acto de terrorismo”, publicó la agencia de noticias estatal rusa Ria Novosti, mientras que hasta ahora sólo podían ser ejecutados los que cometían un acto de este tipo.
“Estas medidas son las de un líder autoritario que se aferra al poder a través del miedo y la intimidación”, dijo el secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, en alusión a Lukashenko. “El régimen ha impuesto políticamente cargos de ‘extremismo’ y ‘terrorismo’ contra muchos de los más de 1.100 presos políticos, y ha utilizado estos cargos para arrestar a decenas de miles más”, agregó.
“Se trata de ciudadanos de Bielorrusia que quieren ejercer sus libertades fundamentales: manifestantes pacíficos, miembros de la sociedad civil, periodistas, opositores y aquellos que han sido arrestados por su oposición a la guerra injustificada contra Ucrania”, aseguró Blinken en un comunicado. Nasha Niva sostuvo que al informe que recibieron “no lo publicamos por motivos de seguridad de las personas que nos lo transmitieron. No sabemos cuántas librerías y librerías han recibido tal pedido”.
Novela política de ficción distópica y gran crítica al totalitarismo es como suele definirse a 1984 de George Orwell —novelista, periodista, ensayista y crítico británico nacido en la India—, un libro considerador un verdadero clásico de la literatura del siglo XX. Escrito entre 1947 y 1948 y publicado el 8 de junio de 1949, logró una gran popularidad por su concepto de Estado omnipresente y vigilante, al que llamó Gran Hermano o Hermano Mayor.
En la Unión Soviética ha estado prohibido hasta 1987. La primera edición en bielorruso se publicó en 1992, traducida por Serhiy Shupa. En 2020, la editorial Yanushkevich volvió a publicar la novela, y al año siguiente se hizo una edición volviéndose un éxito de ventas en varias librerías, según escribe el periódico, y asegura que en la red estatal Belkniga ocupó el cuarto lugar en la lista de los más vendidos.
La novela de Orwell transcurre, como el título lo indica, en 1984, pero fue escrita casi cuarenta años antes. Se desarrolla en Londres, parte de una región llamada Franja Aérea 1, integrada en un inmenso estado colectivista: Oceanía. Hay tres clases: los miembros “externos” del Partido Único, los miembros del Consejo dirigente y una masa de gente, los proles (proletarios), que vive en la pobreza y bombardeada por entretenimiento para que no se rebele.
Los miembros “externos” constituyen la burocracia del aparato estatal (de ahí la necesidad de la estricta vigilancia), viven sometidos a un control asfixiante y a una propaganda alienante que los desmoraliza y les impide pensar críticamente. El estado suprime todo derecho y condena a una existencia poco más que miserable, con riesgo de perder la vida o sufrir vejámenes espantosos,
Quien no demuestre suficiente fidelidad y adhesión a la causa nacional, morirá. Las manifestaciones en las calles son a favor del Partido, del status quo, y vociferan contra los supuestos traidores. Hay que expresar fervor fanático, aunque no se lo sienta realmente, par no ser detectado por la policía del pensamiento. Hay cuatro ministerios: del Amor, de la Paz, de la Abundancia y de la Verdad. Para muchos teóricos, la novela de Orwell mantiene una enorme actualidad.
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