Ya sea un muro, un faro, un dique o incluso una iglesia, Okuda San Miguel tiene clara su misión en cualquier lugar del mundo al que llega: “transformar el cemento gris de las ciudades en color”, y en Quito sigue su labor con la primera intervención urbana que realiza en Ecuador.
Al polifacético artista español se le ha encargado la primera piedra de “CaminArte”, un proyecto de recuperación del centro histórico de Quito al que la Embajada de España contribuye con una serie de murales en la ruta a la Cima de la Libertad, como parte de la conmemoración del bicentenario de la Batalla de Pichincha.
“Estoy muy acostumbrado a ser el que pone la bandera en los lugares. Creo que va a cambiar mucho Quito porque, en parte, mi misión en el mundo es transformar el cemento gris de las ciudades en color y sobre todo en algo más cultural que lo pueda disfrutar todo el mundo”, apunta Okuda.
Así, Okuda se apresta a transformar la vetusta fachada del antiguo cine del bulevar 24 de mayo en un mural que rinde homenaje a las mujeres bordadoras de la comuna de Llano Grande, productoras de tradicionales y coloridos bordados muy distintivos de los Andes, a quienes el artista pudo conocer días antes.
“Para mí es muy importante conocer a estas bordadoras porque es en parte de donde yo me alimento también. Mi obra es realmente como un ‘mix’ entre el lenguaje casi digital de la geometría mezclado con estampados ancestrales, como puede ser la cultura andina, maya, inca, africana o asiática”, explica.
Color andino
Esta obra presenta a tres mujeres andinas, compuestas a través de la geometría multicolor tan distintiva de Okuda, donde una en primer plano mira directamente al transeúnte y las otras dos mantienen la mirada fija en los bordados que realizan.
En las telas que visten a estas mujeres, Okuda también ha representado los tradicionales estampados florales que suelen lucirse en las comunidades rurales y andinas de los Andes, y a la composición se ha agregado un colibrí.
“Me explicaron que, cuando se les acerca un colibrí, lo interpretan como que viene a visitarles una persona que ha muerto”, contó Okuda, nombre artístico de Óscar San Miguel, quien en Ecuador también cuenta con el apoyo del Foro de Arte Contemporáneo (CEMFAC) de los Llanos de Aridane, municipio de la isla canaria de La Palma.
La de Quito es también la primera intervención de Okuda después de haber inaugurado hace pocos días en el barrio madrileño de Usera su Factory of Dreams, su nuevo estudio, un espacio de mil metros cuadrados que albergará exposiciones de distintos artistas y servirá de taller para producir toda su obra.
“Ha sido como un sueño cumplido, porque llevamos como dos años y medio de trabajo entre pandemia, permisos, arquitectos y diseño, pero no es una meta, sino el inicio de algo más grande”, advierte Okuda.
“Realmente me siento como en un espacio donde pueden pasar muchas cosas, como una especie de laboratorio de nuevas ideas en el cual van a surgir cosas muy interesantes, y sobre todo retroalimentarme con otros artistas a los que invitar”, añade.
Nuevos horizontes
Una vez que regrese de Ecuador, allí seguirá manos a la obra en la preparación de una “superexposición” que espera presentar en noviembre en Madrid, uno de los tantos proyectos que tiene en marcha tras emplear el periodo del parón provocado por la pandemia para expandir sus horizontes.
“Para mí, la pandemia ha sido parar de pillar ciento y pico aviones al año para hacer las intervenciones que hago en el mundo, pero por otro lado ha servido para abrir una serie de puertas y caminos nuevos muy interesantes como, por ejemplo, meterme en la arquitectura”, detalla Okuda.
“El hecho de estar encerrado en casa hizo que dibuje mis esculturas y las suba de nivel para que se pueda vivir en ellas. Estamos muy enfocados en hacer unas suites para hoteles con formas de calavera y gato”, manifiesta.
También ha incursionado en el mundo de los videojuegos, donde está desarrollando uno con “nuevos héroes”, y al mismo tiempo ha apostado por los NFT (token no fungible), una tecnología que permite comercializar obras digitales con un código criptográfico único.
“Es un lenguaje nuevo para mí, una especie de animación entre la pintura y la realidad”, explica Okuda, que al mismo tiempo tiene abierta una exposición en el museo K 11 de Guangzhou (China), país donde también se pueden encontrar tres esculturas de gran formato suyas. “Mi sueño es seguir trabajando al mismo nivel y seguir produciendo obras más grandes”, concluye.
Polémica nacional en Ecuador
Este proyecto de Okuda se enmarca en el eje urbano que lleva a la Cima de la Libertad, donde se desarrolló la Batalla de Pichincha que selló la independencia de Ecuador y cuyo bicentenario se conmemorará el próximo martes 24. Esto hizo que muchas personas crean, por error, que el mural alude a ese momento histórico y eso generó controversia.
Así, en redes sociales aparecieron numerosos memes que toman pinturas históricas de la Batalla de Pichincha a las que les han agregado un Pikachu y otros pokemones como si fuesen usados por el comandante Antonio José de Sucre para derrotar a las tropas españolas.
El revuelo ha sido tan grande que incluso el expresidente de Ecuador Rafael Correa (2007-2017) propuso en redes sociales denunciar al artista.
En respuesta a todo este revuelo, el Instituto Metropolitano de Patrimonio de Quito explicó en un comunicado que el mural de Okuda, “como todas las obras que realiza alrededor del mundo, tiene una carga de color, modernismo pop, contenido multicultural y mensajes de paz dentro de un mundo globalizado”.
Fuente: EFE
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