Luego de inaugurar hace casi un mes la exposición Aó. Episodios textiles de las artes visuales en el Paraguay, el Malba debió retirar arañas que estaban incluidas en una de las instalaciones artísticas, que lleva por título Sí, quería, del artista Joaquín Sánchez, ante las quejas de usuarios de redes sociales que protestaron en la cuenta oficial de museo en Instagram.
“Ante los comentarios surgidos por la instalación Sí, quería del artista Joaquín Sánchez que forma parte de la exposición ‘Aó. Episodios textiles de las artes visuales en el Paraguay’, el museo decidió retirar las arañas que integran la instalación y reintegrarlas a su hábitat natural”, escribió la institución en un posteo oficial.
Y añadió: “Sin embargo, es importante aclarar que todo el proceso de la obra contó con el asesoramiento permanente de un biólogo especialista. Se eligió una especie singular de araña: la Trichonephila clavipes (Linnaeus, 1767) justamente porque, debido a su gran abundancia en temporada reproductiva, su inclusión en la muestra no representaba un impacto para el medio ambiente”.
Además, desde la institución explicaron en su Instagram que las arañas “fueron cuidadosamente hidratadas y alimentadas a diario, con su alimento natural (moscas domésticas)” y que “el tamaño de la instalación y las estructuras colocadas en su interior fueron diseñadas especialmente para que las arañas pudieran confeccionar sus telas adecuadamente”.
“Lo que está mal, está mal por más que sea una práctica histórica”, se podía leer en uno de los mensajes de Instagram del público. “Se puede reflexionar sobre la convivencia con la naturaleza sin la necesidad de seguir utilizando a los animales como objetos, que esté controlado por un biólogo no quita la cuestión de fondo que es creer que podemos hacer lo que nos parece con los animales y ponerlos al servicio de los humanos”, fue otro de los cuestionamientos. “Por un replanteamiento bioético sobre las prácticas artísticas”, escribió otro usuario.
Por su parte, el museo agregó que “a lo largo de la historia del arte, son muchos los artistas que han trabajado con especies vivas para reflexionar sobre la convivencia con la naturaleza. De hecho, las investigaciones pioneras en bioarte funcionaron precisamente como estrategias de visibilización de la necesidad de preservar la vida en el planeta. En la actualidad, parte de la sociedad discute estas producciones. El rol del museo es fomentar la reflexión y el debate crítico, además de hacerse eco de estos cambios de mirada que complejizan prácticas históricas”.
Días atrás, el Museo había mostrado en Instagram a las arañas moverse dentro de la obra, bajo la leyenda: “El tejido tradicional es un elemento identitario del Paraguay. Comunidades enteras construyen alrededor del tejido su sustento simbólico y económico. En su obra, Joaquín Sánchez recupera y reinterpreta este mundo fundado en un trabajo artesanal mediante un corazón hecho de ñandutí -símbolo importante de Paraguay- sobre un vestido de novia encerrado en una caja de vidrio. Alrededor, unas arañas tejen su tela, invocando la palabra guaraní que da nombre a este tipo de encaje. En esa imposición del corazón hay una puntualización: el lugar que ocupa el matrimonio en la asignación social que se les da a las mujeres y la vida entregada a la tarea de bordar y ser sostén familiar”.
Al final del post, la institución agradecía especialmente a la Reserva Ecológica Costanera Sur por facilitar el acceso a su predio, “de donde provienen las arañas que forman parte de esta bioinstalación. Durante todo el proceso y semanalmente, están al cuidado de un biólogo que controla su alimentación y hábitat”, escribieron. Pero en pocas horas el posteo recibió cientos de comentarios (más de 700) de usuarios que protestaron y en 48 horas el Malba decidió retirar las arañas y devolverlas a su hábitat natural.
Ya sin la presencia de las arañas, la muestra “Aó. Episodios textiles de las artes visuales en el Paraguay”, curada por Lía Colombino, permanecerá hasta el 2 de agosto en la sala 3 del museo, donde alberga dieciséis trabajos que recuperan prácticas textiles en la obra de diez artistas estrechamente vinculados con el Paraguay.
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