Diez países de América Latina llevan su riqueza natural y multicultural, pero también exponen las desigualdades sociales, la lacra de la violencia machista y los desafíos políticos que afronta el continente, en la 59ª Bienal de Arte de Venecia. La Exposición Internacional de Arte de Venecia, abierta hasta el 27 de noviembre, exhibe propuestas de 213 artistas, el 90 % mujeres, que exponen en los pabellones nacionales y en los eventos colaterales.
Las turberas de Chile
Camila Marambio transforma el pabellón de Chile en una gran turbera de la Patagonia, de una gran belleza, y pide a los seres humanos que preserven estos “complejos ecosistemas”, esenciales en la lucha contra el cambio climático, pues captan el carbono de la atmósfera y lo almacenan. La obra se llama Turba Tol y cuenta con la participación del artista sonoro Ariel Bustamante, del cineasta Dominga Sotomayor, de la historiadora del arte Carla Macchiavello, del arquitecto Alfredo Thiermann y del gestor Juan Pablo Vergara.
La inclusión guatemalteca
Inclusión es el título del cuadro con el que Christian Escobar, conocido como “Chrispapita”, ofrece una visión de la diversidad multicultural de Guatemala y el papel que tienen los individuos en las sociedades. Una imponente pintura, de 7 metros de ancho por 2,8 metros de alto, recrea a catorce personajes, del presente, del pasado y del futuro, que demuestran como juntos pueden impulsar el progreso en Guatemala, en palabras del artista.
México y el mundo capitalista
Entre las apuestas más interesantes se encuentra la de México y su crítica a las consecuencias del colonialismo, bajo el título Hasta que los cantos broten. El pabellón cuenta con las obras de cuatro artistas, Fernando Palma Rodríguez, Santiago Borja Charles, Mariana Castillo Deball y Naomi Rincón Gallardo, que denuncian temas como la violencia del capitalismo, la confrontación entre el choque de culturas producto de la llegada de los españoles en el siglo XVI o la capacidad de los hombres para cambiar y transformarse, pese a lo impuesto por las generaciones pasadas.
Perú y los problemas sociales
El artista y activista Herbert Rodriguez aborda para el pabellón de Perú temas como el racismo, la violencia, los derechos y la dignidad humana en La paz es una promesa corrosiva. Portadas de periódicos con titulares como “Luchemos contra la plaga del feminicidio” se alternan con recortes de revistas que muestran a mujeres desnudas; pero también hay una dura crítica contra la Iglesia, y noticias sobre el escándalo de abusos sexuales del grupo católico Sodalicio se presentan junto a fotografías de los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI.
Uruguay y el oficio de la sastrería
El uruguayo Gerardo Goldwasser convierte con Persona el oficio de la sastrería en arte. Su propuesta se basa en cuatro obras que rinden homenaje a esta profesión, tan ligada a su pasado, pues su abuelo pudo sobrevivir en el campo de concentración nazi de Buchenwald gracias a que confeccionaba los uniformes de los alemanes.
Argentina y el origen de la sustancia
La artista argentina Mónica Heller aborda el origen de la sustancia con una videoinstalación de animación 3D denominada El origen de la sustancia importada importará la importancia del origen, un proyecto preparado por Alejo Ponce de León y compuesto por distintos dispositivos de proyección, que se suceden a la vez, enviando mensajes cruzados al público y iluminando un espacio completamente a oscuras.
Brasil y sus utopías
El brasileño Jonathas de Andrade pone el acento en las desigualdades sociales, las utopías y en la defensa de la comunidad, especialmente en Latinoamérica, con Com o coração saindo pela boca. Juegos de palabras e imágenes de partes del cuerpo, como lenguas ensangrentadas, bocas abiertas y ojos dilatados denuncian las lacras sociales, como la violencia o la pobreza, en una instalación que tiene una oreja como puerta de entrada y que invita al público escuchar con detalle y prestar atención a los problemas del mundo.
Cuba, Bolivia y Venezuela
Cuba aprovecha para reivindicar la importancia de los orígenes de la mano de Terra Ignota, de Rafael Villares, Kcho y Giuseppe Stampone; en un pabellón comisariado por el habanero Nelson Ramírez de Arellano Conde. Por su parte, Bolivia llega a la Bienal con Wara Wara Jawira, con la que el colectivo Warmichacha muestra su respeto por la cultura andina y la sabiduría ancestral; mientras que los venezolanos Palmira Correa, César Vázquez, Mila Quast y Jorge Recio Venezuela realizan un viaje conceptual sobre el cuerpo y el arte en Tierra, País, Casa, Cuerpo.
Fuente: EFE
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