Con la inauguración de Dioses Invisibles , de Hugo Aveta, Muntref, en su sede Hotel de Inmigrantes, completa su panorama de primeras muestras de 2022. Un recorrido por cada espacio:
Dioses invisibles
Una visión fantasmagórica que envuelve al mundo en una tempestad que nos parece, e intuimos, como eterna, puede ser la mejor definición para la exposición inmersiva en la que el artista Hugo Aveta revela su último trabajo.
Vista como una gran instalación o varias, el creador cordobés, indaga en los modos actuales de percibir el espacio y el tiempo. Las obras, complejas y oníricas, en las que convergen el dibujo, la fotografía, la escultura y el video, cuenta con la curaduría de Diana Wechsler, directora artística del Muntref, y la interlocución creativa de Adriana Carrizo. Esta última es la esposa de Aveta, con quien vivió durante la pandemia y vio nacer cada una de las obras, sobre las que señala: “Los sueños soñados en tiempos en los que experimentamos un quiebre del modo habitual en que hemos vivido son el punto de partida de este proyecto”.
Animales a tamaño natural, un gorila en cautivero, amarrado, listo para ser llevado a alguna parte, un rinoceronte, aves que miran fijamente o aletean, el agua, que inunda y cambia los paisajes, espejos que refleja las obras y a quienes la miran, una muestra a veces oscura, a veces apocalíptica, pero que también hace pensar en cómo salvar el mundo y vivir el futuro y, también, muchas preguntas. Quizás la más interesante ¿Quién habita el tiempo? “Dioses invisibles”, es sobre todo un ensayo en el espacio.
“Delimitar el tiempo se hace cada vez más urgente y esquivo a la vez. ¿Es posible concebir su tangibilidad? Partiendo de la imagen del reloj de arena, Aveta revisa la experiencia actual del tiempo múltiple, poroso, complejo. Nos pone ante el tiempo e invita a explorar otra percepción, ya no lineal y prolija como lo mostrara el reloj de arena, sino plural, turbulenta, simultánea, reversible. Ensaya figurativamente en este video un diálogo con el nuevo modelo de temporalidad instalado por Geordes Didi-Huberman a través del concepto de anacronismos”, comenta la curadora.
Y en relación al espacio, sostiene: “Si coincidimos en la condición anacrónica de las imágenes, entonces entremos en el espacio complejo y dislocado que construye Aveta a través de sus videos, sus esculturas, su cronómetro de cenizas y sus dibujos, para dejarnos llevar por la porosidad del tiempo instalada en esta obra inmersiva, una ficción por la que fluyen presencias diversas de tiempos pasados o por venir, de las que emergen Dioses invisibles”
Hugo Aveta (Córdoba, 1965) estudió cine y arquitectura y luego de dedicó a la fotografía. Ha recibido numerosos premios por su obra. Realizó exposiciones individuales y colectivas en la Argentina, Paraguay, Brasil, México, Estados Unidos, Francia y Alemania, y sus obras integran colecciones de museos nacionales e internacionales.
*Dioses invisibles, de martes a domingos de 11:00 a 18:00 hs. La entrada es sin costo y sin reserva previa.
Por otro lado, tres exposiciones que abordan, desde una perspectiva feminista, la problemática medioambiental, iniciaron la programación 2020 del MUNTREF Centro de Arte Contemporáneo y pueden visitarse de martes a domingo de 11 de la mañana a 18 horas, gratis.
Nombrar ríos, hacer gárgaras, en colaboración con la fundación cultural Pro Helvetia.
Curada por Lucrecia Palacios, directora ejecutiva de ArteBa, la muestra reúne a la argentina Jimena Croceri con la suiza Sarina Scheidegger, en un ejercicio performático musical de larga duración que investiga la fluidez inherente a nuestros cuerpos y su conexión con los mares, los glaciares, los ríos y los cuerpos de los otros. A la vez se exponen las investigaciones que ambas, de manera individual, han hecho en relación a las políticas del agua. Croceri en el Riachuelo argentino y Scheidegger en la representación de relojes de agua y clepsidras.
Más de 16 performers de diferentes sexos, cada sábado a las 15.30, reeditan un ejercicio performático, versión de la serie de experiencias que las artistas vienen realizando en las que reinterpretan poéticamente varias de las ideas concentradas en el libro Cuerpos de agua de la filósofa australiana Astrida Neimanis. Durante la performance, los integrantes realizan diferentes acciones, individuales y colectivas, en las que sus cuerpos se vinculan entre ellos y con el agua produciendo movimientos y sonidos que dan cuenta de la relación orgánica, identitaria y política que mantenemos con el agua.
Piedra rima con hiedra, mármol rima con árbol
La artista vasca Rakel Gómez Vázquez, señala los vínculos entre la crisis medioambiental y el colonialismo. Está integrada por cuadros y fotos en cianotipo que urden un ensayo sobre ecología política. Tomando como objeto la remoción y sustitución de la estatua de Cristóbal Colón en Buenos Aires por la de Juana Azurduy y la futura desaparición de las palmeras indianas (plantadas en la franja norte peninsular de España como símbolo del éxito colonial) a partir de la llegada del insecto conocido como Picudo Rojo, la artista postula que ambos hechos están interrelacionados y son sintomáticos de los efectos del capitaloceno.
Tal como explica la creadora vasca, su trabajo tiene una intención ecologista social. “Buscando la conexión entre migraciones forzosas -de seres humanos y no humanos- en momentos históricos distintos e investigando el paisaje como una construcción cultural, exploro problemáticas ecológicas y político-sociales y los nuevos retos a los que se enfrenta la preservación de la memoria, la cultura y la identidad”.
Rakel Gómez Vázquez vive y trabaja entre Madrid y Bilbao. Es licenciada en Bellas Artes y máster en Creación e Investigación en Arte por la Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea, donde también se desempeña como profesora. Ha estudiado en el programa de artistas de la Universidad Torcuato Di Tella de Buenos Aires, así como en la Academia de Belli Arti de Florencia. Ha recibido becas y premios a la creación tales como: Bilbaoarte, Beca de La Diputación foral de Bizkaia, Eremuak, o Etxepare. Es socia fundadora del colectivo ARMAR, para la investigación en arte, forma parte de TXT-LAb y del grupo de investigación AKMEKA. Colaboradora de laSia , su producción plástica entiende la creación como investigación y se articula como una documentación expandida. A la consulta de archivos, bibliotecas y visitas a museos etnológicos, etnográficos, antropológicos y de arte, se une el estudio de campo y las herramientas en las que habitualmente desarrolla un trabajo práctico a través del dibujo, grabado, instalación, fotografía y técnicas analógicas fotosensibles como la cianotipia.
La propuesta se enmarca en el proyecto “Agurberriz” seleccionado por el Programa de Internacionalización de Arte Contemporáneo Vasco EAS-EZE 2022 que impulsa el espacio Bitamine Faktoria. Desde 2015, en esta convocatoria anual se elige un proyecto artístico que se desarrolla durante varios meses en el País Vasco con el fin de presentarlo en el contexto artístico de la Ciudad de Buenos Aires.
Mumora: Nuestro jardín de randas
Un trabajo colaborativo que investiga los motivos florales y vegetales que se habían abandonado en el siglo XVI, trayéndolos a la actualidad por las manos de las randeras tucumanas que colaboran con el Museo móvil de la randa, cuyo objetivo es acercar el trabajo artesanal a otros públicos y geografías.
Curada por Alejandra Mizrahi, jardines y randas se emparentan en la exposición que también alude a Tucumán, el Jardín de la República, el lugar en el cual hoy se sigue tejiendo este encaje y de donde provienen las artesanas.
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