Latinoamérica. Un ente al que se alude desde distintos ámbitos, todos imprecisos, pero que dan cuenta de algún tipo de experiencia continental. Todo parte, claro, de un concepto de unidad geográfica, pero que no es homogénea ni siquiera desde esa acepción: ¿qué tiene que ver el selvático amazonas latinoamericano con las agrestes alturas del altiplano latinoamericano o la transparencia del mar caribe latinoamericano? Muy poco: definir Latinoamérica solo desde lo geográfico no va. ¿Y desde la historiografía? Bueno, la colonización española (y portuguesa), el genocidio de los pueblos que habitaban estas tierras podrían ser puntos comunes para comenzar –aunque, luego, cada región o población fue forjando su propia historia. Aún así, Simón Bolívar planteaba un congreso panamericano que señalara un norte político de unidad que, en fin, no se cumplió. De todos modos, esto quiere decir que algo hay. El fantasma de América Latina siempre vuelve con mayor o menor fuerza y a veces con tanta potencia que no resulta totalmente descabellado hablar de literatura latinoamericana (un sello bastante artificial, pero algo hay) o que Infobae Cultura pueda realizar una selección que recomiende al lector cinco películas latinoamericanas que no puede dejar de ver en esta edición del BAFICI. Tan heterogéneas son esas películas que quizás allí resida su latinoamericanidad: la diferencia en medio de ese algo fantasmático que resuena al decir “América Latina”.
El gran movimiento (Bolivia)
Probablemente El gran movimiento sea una de “las” películas del festival. El film de Kiro Russo que participó del Festival de Venecia, donde se llevó el Premio del Jurado en la Competencia Orizzonti, es el segundo largometraje del director, que estudió en la Universidad del Cine porteña, luego de su celebrado debut, con Viejo Calavera (que había sido financiado, en parte, por el Sindicato Minero de Huanuni, en Oruro, Bolivia).
El film es un muy contemporáneo retrato de una ciudad caótica y mítica como lo es La Paz, capital boliviana situada a 4600 metros de altura, mediante las peripecias de Elder, un joven boliviano que forma parte de una camada de mineros despedidos y que se muda a la gran ciudad para buscar otras perspectivas. Los márgenes de La Paz, sus mercados, sus aglomeraciones permanentes de personas, son filmados desde tomas aéreas y todas las tomas posibles, logrando un recorrido estético extraordinario. Sin embargo, Elder –que recorre la ciudad con dos amigos– se siente cada vez peor: ¿es el daño ocasionado a los pulmones por las condiciones de trabajo en las minas? Y si no es así, ¿es el Diablo que lo está persiguiendo? Eso piensa su madrina, y así parece manifestarse.
Bolivia no tiene una gran industria cinematográfica, aunque existe una producción que crece, por oleadas, muy potente. Lo novedoso del cine de Kiro Russo, que con El gran movimiento da pie a la segunda parte de una trilogía minera, es el modo de narrar y filmar al proletariado de las minas, alejado del cliché o del panfleto, sin que esto reduzca la fuerza política de la propuesta ni evada la concreción de una estética, por momentos, alucinada. Es un must del BAFICI.
Función 1: jueves 21 de abril a las 20:05, en la Sala 1 del Cine Multiplex Monumental Lavalle: Lavalle 780, C.A.B.A.
Función 2: domingo 24 de abril a las 21:05, en la Sala 1 del Cultural San Martín: Sarmiento 1551, C.A.B.A.
Función 3: sábado 30 de abril a las 18:10, en la Sala 1 del Cultural San Martín: Sarmiento 1551, C.A.B.A.
Deserto particular (Brasil)
Un policía es suspendido tras una investigación interna. En medio de la admonición de sus superiores, que no dudarían en separarlo definitivamente de la fuerza, el policía decide cruzar todo el país en busca de un encuentro real con alguien a quien conoció en forma virtual. Deberá recorrer el gran Brasil con la foto de una mujer que es el ícono de la persona que conoció en la web, aunque luego va a difuminándose la certidumbre de su género. Y el del policía también. “He dedicado los últimos años de mi carrera en el cine a reflexionar sobre el afecto masculino, la forma masculina de ser, ser y amar en la sociedad brasileña contemporánea, una sociedad esencialmente conservadora y patriarcal. La pregunta que me hacía en el pasado y en este momento es: ¿Cómo amamos los hombres? ¿Cómo podemos expresar lo que sentimos sin lastimarnos unos a otros? ¿Cómo hacer eso, si se nos enseña todo el tiempo que debemos ser fuertes, firmes, fríos?”, dice el director Aly Muritiba, que tiene un largo currículum haciendo películas y series para diversas plataformas.
Función 1: jueves 21 de abril a las 21:05, en la Sala 1 del Cultural San Martín: Sarmiento 1551, C.A.B.A.
Función 2: martes 26 de abril a las 17:30, en la Sala1 del Cine Multiplex Monumental Lavalle: Lavalle 780, C.A.B.A.
El pa(de)ciente (Chile)
“La empatía no es aconsejable para el mejor ejercicio de la medicina”, dice el doctor Sergio Graf, oftalmólogo, apenas comenzado el film y luego de atender a otro paciente, también médico, e inquieto como pocos. Graf es un médico conocido también por ser un especialista en ética y por sus intervenciones públicas y académicas sobre la cuestión de la eutanasia, cuestión sobre la que está a favor. De pronto, nota que algunos movimientos no le salen bien, como si su cuerpo le desobedeciera. Los médicos descubren que padece el síndrome Guillain-Barré, una enfermedad progresiva de deterioro muscular que acaba con paralizar al cuerpo. Existe la posibilidad de la cura, pero supone la inmediata internación y tratamiento. Entonces el doctor Graf se debe enfrentar a la instrumentalización del cuerpo al que los pacientes son sometidos por el sistema hospitalario y el ejercicio de la medicina en general.
La película es un hallazgo en cuanto a varios puntos: la denuncia de la objetivación de los seres humanos en situación de enfermedad. El relato de una internación que, pese a transcurrir en una habitación de hospital gran parte del tiempo, no conduce a la claustrofobia al espectador. Que la historia está basada en hechos reales compilados por un médico luego de su propia internación con ese síndrome que se produce en solo una minoría ínfima. Y, claro, el relato familiar, que es el otro hilo narrativo y que conduce a la emoción y comprensión. La directora Constanza Fernández estará presente en cada exhibición del film.
Función 1: miércoles 27 de abril a las 19:30, en la Sala 1 del Cine Multiplex Monumental Lavalle: Lavalle 780, C.A.B.A.
Función 2: jueves 28 de abril a las 17:50, en la Sala 1 del Cultural San Martín: Sarmiento 1551, C.A.B.A.
Función 3: viernes 29 de abril a las 15:50, en la Sala1 del Cultural San Martín: Sarmiento 1551, C.A.B.A.
Cholo (Perú)
El film de 1972, un clásico ya del cine latinoamericano, se exhibe en copia restaurada en la sección Rescates. Dirigida por Bernardo Batievsky, la película sigue a Hugo Sotil, que interpreta su propia historia que no es la de un joven peruano que intenta triunfar en el fútbol. Cuando los hinchas se dan cuenta del valor del jugador, el apelativo “Cholo” deja de ser insulto despectivo y se transforma en el popular apodo que lo consagra como ídolo. Que Sotil haya sido un jugador exitoso -fue compañero de Johan Cruyff nada menos, en el famoso F.C. Barcelona de los años 70- le agrega una pátina de espejos a una película que ya los tiene, porque la ficción basada en hechos reales, protagonizada por su héroe en la realidad también se ocupa de documentar el Perú de la época, gobernada por el militar nacionalista Alvarado, que supo realizar una reforma agraria en medio de una época tumultuosa. Ver la película en pantalla grande, con copia restaurada, es una de esas cuestiones que sí valen la pena.
Función 1: sábado 23 de abril a las 13:10 en el Cine Cosmos UBA: Av. Corrientes 2046, C.A.B.A., función gratuita con reserva.
Función 2: domingo 24 de abril a las 17:30 en el Museo del Cine: Agustín R. Caffarena 51, C.A.B.A.
Eami (Paraguay)
La paraguaya Paz Encina sigue a Eami, la protagonista del film, una niña ayoreo que debe despedirse del bosque que habita si es que quiere seguir viviendo. Y debe irse porque el avance de los agronegocios avanzaron en la deforestación de la geografía donde su pueblo residía desde hacía siglos. El espectador acompaña en este último recorrido a Eami con las imágenes tomadas a la altura de la mirada de la niña, quien describe su mundo que está atravesado por lo divino en lengua ayorea. Los sonidos que la circundan se presentan de ese mismo modo al espectador, que atraviesa una experiencia político-poética de gran intensidad.
Función 1: martes 26 de abril a las 18:00, en la Sala Leopoldo Lugones - CTBA: Av. Corrientes 1530, 10° piso, C.A.B.A.
Función 2: jueves 28 de abril a las 16:00, en la Sala 2 del Cultural San Martín: Sarmiento 1551, C.A.B.A.
Función 3: sábado 30 de abril a las 17:00, en el Cine Cosmos UBA: Av. Corrientes 2046, C.A.B.A.
SEGUIR LEYENDO