El origen de la substancia importará la importancia del origen. Ese es el nombre de la muestra argentina que Mónica Heller dispuso en la 59° Bienal de Venecia, que tuvo su largada oficial hoy, pero que abrirá las puertas para el público general a partir del sábado, y que se encuentra en un pabellón de 500 metros cuadrados, localizado donde existió un antiguo astillero.
Heller se presenta con una videoinstalación compuesta por 13 módulos audiovisuales independientes a partir de proyecciones y pantallas LED de diferentes dimensiones que, a su vez, son acompañadas por un diseño de sonido envolvente y una puesta lumínica ambiental que genera una atmósfera de ensoñaciones, y que cuentan con la curaduría de Alejo Ponce de León.
Del acto, además de la artista y el curador, participaron el canciller Santiago Cafiero, el presidente de la Bienal, Roberto Cicutto; el embajador en Italia, Roberto Carlés; la agregada cultural en Italia, Andrea González, como Valeria González, secretaria de Patrimonio del Ministerio de Cultura de la Nación; Teresa Anchorena, presidenta de la Comisión Nacional de Monumentos; Virginia Agote, secretaria de Cultura de San Juan; y Analía Solomonoff, directora del Museo Provincial de Bellas Artes “Rosa Galisteo de Rodríguez” de Santa Fe.
Las piezas de las artista son animaciones 3D, a partir de las cuales construye un elenco de situaciones paradojales y absurdas, en la que ingresa a la crítica de la vida contemporánea, con una dósis de humor, moviéndose dentro de los límites del surrealismo, espacio a partir del cual puede conectarse con el lema de la Bienal elegida por su curadora, Cecilia Alemani, quien dispuso La leche de los sueños como leit motiv por un cuento de la artista británico-mexicana Leonora Carrington.
Las creaciones de Heller, humanos, insectos o animales imperfectos enfrentan situaciones en un eterno retorno, presos de bucles temporales infinitos, en una feana que puede unirse a la experiencia de la cotidianeidad, a la marca del reloj marcando las agendas que pararecen repetirse día a día, aún en lo diferente: la vida como una repetición.
“Interactúan entre sí, a modo de viñetas; como en un cómic temporal, pero no como una narración visual en el espacio; funcionan por sentido unas con otras, no necesariamente como una narración lineal”, comentó la artista durante la presentación a la prensa en Cancillería.
De esta manera, la propuesta busca sumergir a los visitantes en un paisaje sensorial que afecta la percepción de lo real e invita a interrogarnos acerca de los límites corporales, imaginarios y cognitivos, y por lo tanto provoca repensarnos dentro de nuestras propias fronteras existenciales.
La Bienal de Venecia es uno de los eventos de arte más antiguos y prestigiosos del mundo, cuya primera edición fue en 1895 y en el que el país participa desde 1901. Desde el año 2011, además se posee un pabellón permanente gracias a la suscripción de un comodato que abarca un período de 32 años, que se encuentra en el edificio de los Arsenales.
Heller (Buenos Aires, 1975) es una artista que desarrolla a través del dibujo, la pintura, animaciones 2D y 3D un despliegue de narrativas densas mediadas por personajes antropomorfos y objetos en relación con el mundo simbólico. Estudió en la Escuela de Artes Visuales Prilidiano Pueyrredón, hoy UNA y tiene su taller en su casa de La Lucila, partido de Vicente López.
Y en esos seres antropomorfos, pero reconocibles, que componen su mundo, la artista interpela el mundo simbólico que la rodea, como en los sueños, como aquellas creaciones de las que somos y no directos responsables, en esa cadena de sucesos que pueden encontrar puntos de conexión, pero no una unidad narrativa. Lo que Heller nos cuenta puede, en ese sentido, acercarse más a lo pesadillesco que a lo sublime, como la vida en sí misma.
De manera inédita, además, el catálogo de la muestra cuenta con la participación de colegas artistas, escritoras y escritores, convirtiéndolo en una obra autónoma de carácter experimental y colectivo que amplía las posibilidades de representación de la actualidad argentina del arte.
Heller integra el grupo Geometría Pueblo Nuevo, del que también son parte Paula Castro, María Guerrieri, Ariel Cusnir, Cotelito, Clara Esborraz, Paula Castro, Constanza Giuliani, Mariana López y Marcelo Galindo, quienes estuvieron detrás de la creación de este catálogo que es en sí una pieza de arte más.
“Buscamos desarmar el catálogo clásico y propusimos uno que sea una obra literaria colectiva, que revele el mundo de Mónica y que encuentre una continuidad en esa literatura”, comentó el curador Ponce de León. Y Heller agregó: “Es una obra nueva, que tiene que ver en parte con los personajes que presento, pero que son sus derivados”, sobre el texto que consta de 120 páginas.
Durante la presentación, Heller comentó: “Quiero destacar la libertad con la que pudimos trabajar, con la que se pudo crear. Fue muy importante el concurso abierto, en el cual se puede participar. La comunidad artística es muy importante en la Argentina. Trabajamos en equipo y hay muchísimo diálogo y compañerismo, y esto es fundamental para que el arte siga creciendo”.
Por su parte, el canciller Cafiero, agregó: “Argentina estrena un nuevo puente y nada menos que en Venecia; y ese es uno de los poderes del arte: ser un puente entre culturas y entre personas. En este caso, la presentación argentina no es sólo un puente hacia el mundo interior de nuestra artista, Mónica Heller, también conecta con una Nación que una vez más se despliega aquí, en la Bienal de Venecia”.
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