Un episodio de belleza (e historias) de arte textil en el Malba

El espacio porteño presenta “Tejer las piedras” y “Aó. Episodios textiles de las artes visuales en el Paraguay”, dos muestras que reúnen creadores de Paraguay, Perú y Argentina

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"Humedal paraíso", obra de la peruana Ana Teresa Barboza, que compone 'Tejer las piedras', una de las muestras que se presentan en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires
"Humedal paraíso", obra de la peruana Ana Teresa Barboza, que compone 'Tejer las piedras', una de las muestras que se presentan en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires

Hilos que conducen, que unen, que formar redes, que revelan que el arte no siempre es una cuestión individual -ni individualista- y que en eso de formar sentidos los caminos son amplios.

El arte textil ha vivido, en general, en un segundo plano, casi como si aquello que deviene de una producción cultural derivada de los usos sociales y no del mero goce estético, desde las mantas a la ropa, no mereciese un espacio de representación más importante. Pecados con tufillo decimonónico. El Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) ingresó en este campo de manera potente con dos muestras con la presencia de artistas contemporáneos de Paraguay, Argentina y Perú, al mismo tiempo que se desarrolla Vida venturosa, la exhibición que reúne alrededor de 130 obras de Yente y Juan Del Prete.

Con Tejer las piedras, la primera exposición individual en la Argentina de la peruana Ana Teresa Barboza, y la colectiva Aó. Episodios textiles de las artes visuales en el Paraguay, con trabajos de Ricardo Migliorisi, Claudia Casarino, Marcos Benítez, Feliciano Centurión y Mónica Millán, entre otros, el Malba propone un recorrido que ingresa en la tradición y propone riquísimas lecturas en un crossover que reúne los textiles desde dos perspectivas: la creación estética ligada a antiguas culturas del lugar y la intervención de piezas de uso cotidiano, respectivamente.

La muestras se encuentran abiertas hasta el 2 de agosto
La muestras se encuentran abiertas hasta el 2 de agosto

En Aó. Episodios textiles de las artes visuales en el Paraguay, que presenta 16 trabajos producidos entre 1993 y 2022, se ingresa en un mundo que propone un valor agregado a muchos objetos de uso cotidiano, como así representaciones del trabajo de las comunidades y la huella de la naturaleza en la cultura.

Aó. Episodios textiles de las artes visuales en el Paraguay

Desde sus múltiples rostros, la historia del Paraguay ha estado siempre atravesada por el tejido. , palabra guaraní, refiere a lo textil en todos sus formatos, desde la ropa al adorno, pasando por los edredones o los tapices. “Los tejidos populares paraguayos relatan historias de las personas que los realizan (mayormente mujeres) y los emplean en el ámbito doméstico o laboral”, escribió Lía Colombino, curadora y directora del Museo de Arte Indígena del Museo del Barro.

En el centro de la sala, El gran manto, de Migliorisi (Asunción, 1948 - 2019), parece robarse la escena por su tamaño descomunal: un patchwork de 12 metros de largo conformado por gobelinos, esos tapices de origen francés que nos hablan un poco de una mirada sobre lo que era considerado de buen gusto como también de la tradición atravesada por la colonización. Las piezas fueron intervenidas con textos de un inexacto traductor de la web, en una especie de Babel textual y textil.

"El gran manto", de Ricardo Migliorisi (Juan Batalla)
"El gran manto", de Ricardo Migliorisi (Juan Batalla)

Hay en las obras una constante: el uso de telas industriales, que refiere quizá al reemplazo de la manufactura por sobre la producción en masa, que se relaciona no solo con los procesos de industrialización y la necesidad de bajar costos para lo cotidiano, sino también con la resistencia de una identidad más allá de los métodos de elaboración.

“El textil está entramado en Paraguay, es parte de una clave identitaria muy fuerte y hay operaciones textiles que tienen que ver con el textil tradicional, que a veces se encienden en nuevos sentidos a partir de la intervención de artistas contemporáneos que vienen de otra tradición”, explica la curadora.

Obras de Arnaldo Cristaldo, de la serie Descalzado, 2016 (Mónica Matiauda)
Obras de Arnaldo Cristaldo, de la serie Descalzado, 2016 (Mónica Matiauda)

De Arnaldo Cristaldo (Asunción 1977) se presentan dos piezas, en blanco y negro, en la que los dos escudos de la bandera paraguaya fueron bordados y desbordados, marcando el desvanecimiento de los relatos que conforman la identidad patriótica, la facilidad con la que los símbolos pueden surgir y desaparecer.

“Al bordar y desbordar los dos escudos nacionales se pregunta si esos símbolos realmente están diciendo algo de ese territorio o de esa nación, o si estos símbolos sólo fueron creados por narrativas nacionalistas, y hay casi como un deseo de volver a escribir ciertos aspectos de esa historia oficial”, agrega.

"Wage die Stille", versión 2021, de Osvaldo Salerno (Mónica Matiauda)
"Wage die Stille", versión 2021, de Osvaldo Salerno (Mónica Matiauda)

Cofundador del Museo del Barro, Osvaldo Salerno (Asunción, 1952), quien a lo largo de su carrera indagó en las herencias de la infame guerra de la Triple Alianza, propone en Wage di Stille, dos telas a modo de espejo con inscripciones bordadas - en español y guaraní- con un aforismo de Augusto Roa Bastos que repite innumerables veces “Salí del encierro oliendo a intemperie”.

“Los paños tienen un poquito que ver con varias cuestiones que atraviesan al Paraguay. Una de ellas es las largas dictaduras que tuvo en su historia, como la de Stroessner, que duró 35 años. Hace un juego con esta idea de la dictadura como un gran encierro. Hay que aguzar un poco la mirada para ver las frases que se repiten como un mantra o como un castigo para autoconvencerse que habíamos salido de ese encierro. Otro punto es que cuenta la cuestión lingüística del guaraní, ya que en el Paraguay hay una política de castellanización que se filtra, que no es oficial, que está en el tejido social y revela el obstáculo de la lengua para una persona que está tratando de comunicarse con el Estado, con las instancias oficiales”, comenta Colombino.

Las banderas paraguaya y boliviana deshiladas y ovillada, por Joaquín Sánchez (Kory)
Las banderas paraguaya y boliviana deshiladas y ovillada, por Joaquín Sánchez (Kory)

Un ovillo realizado con los hilos de las banderas de Bolivia y Paraguay de Joaquín Sánchez (Barrero Grande, Paraguay, 1975) invita a reflexionar sobre la construcción del relato patriótico tras la Guerra del Chaco y sobre la incomunicación enmarañada que existe entre los países limítrofes, los únicos de la región sin salida al mar.

Una segunda pieza de Sánchez es Sí, quería: un vestido de novia con un corazón rojo que se encuentra dentro de una vitrina en la que cohabita con grandes arañas, que irán extendiendo su territorio a medida que pasen los días. El ñandutí (en guaraní tela de araña) es una tela de encaje, tejida sobre bastidores en círculos radiales, y la que se le bordan motivos geométricos o zoomorfos, en hilo blanco o en colores, y que “viene de Tenerife, de las Islas Canarias, que tenía un patrón cuadrangular, que luego (en Paraguay) fue enloqueciendo un poco y fue imitando la naturaleza”.

A la izquierda "Sí, quería", de Sánchez, junto a "Corollas" de Claudia Casarino (Malba)
A la izquierda "Sí, quería", de Sánchez, junto a "Corollas" de Claudia Casarino (Malba)

A partir de este vestido, en este recorrido propuesto, que va del centro de la sala hacia la derecha, se introduce un tema esencial como el lugar que ocupan las mujeres, tanto en la economía y en el espacio privado, en la sociedad, ya que el ñandutí es una pieza -cara- que permite un emancipación económica, la autonomía.

En ese espacio ingresan las obras de Claudia Casarino (Asunción, 1974), Apyte Aó y Corollas. En la primera, una serie de piezas que parecen vestidos de lienzo de algodón crudo cuelgan formando un círculo y se conectan por la base, y representan la “corolla” que se coloca en la cabeza para llevar los canastos de los productos que venden; una ronda como representación de los cuerpos ausentes, que varían en el tiempo, con un eje en la economía doméstica del sostén. En la segunda, las corollas fueron intervenidas con encajes para representar ese trabajo pesado de transporte, pero a la vez la delicadeza que se les exige a las mujeres en la faena.

"Apyte Ao", 2011, de Claudia Casarino (Claudia Casarino)
"Apyte Ao", 2011, de Claudia Casarino (Claudia Casarino)

“Hay una línea muy constante en mi trabajo que tiene que ver con una cuestión de invisibilización del trabajo de las mujeres y las violencias, diferentes tipos de violencias en torno a las mujeres y sus cuerpos, relacionadas con una historia personal, familiar y muy regional”, comentó Casarino.

Por su parte, Mónica Millán (Misiones, Argentina, 1960) propone un acercamiento al trabajo que realizó conviviendo por una década en Yataity, donde compartió el círculo de las mujeres hilando y bordando a ‘o po’í y encaje , que pertenecen a la serie Situación de Estudio: El vértigo de lo lento, durante el cual combinó fotografía y textil en una pieza entramada en mantel en la que homenajea a la maestra encajera Petrona Martínez en Rosa Guillermina, y en tres objetos realizados en encaje y croché que recuerdan el paisaje, grandes ingresos a termiteros, que presentan cierta similitud con el seno femenino como nexo de conexión con la tierra, con los básico, con lo natural.

Piezas de Mónica Millán (Malba)
Piezas de Mónica Millán (Malba)

La pieza de Karina Yaluk (Misiones, Argentina, 1958), que reúne retazos de satén zurcidos entre sí, que emulan sábanas, deshabillés y manteles que capturan sudores, manchas de comidas a partir de una impresión realizadas de la tinta surgida de las agallas de pescado, transiciona hacia una serie de trabajos de Feliciano Centurión (San Ignacio, Paraguay, 1962 – Buenos Aires, 1996).

En las piezas de Félix Cardozo (Asunción, 1973) y Centurión se ingresa al mundo textil desde el abrigo. Uno a partir de la religiosidad, donde las palabras bordadas en ellas operan como conjuros y el segundo, con una serie de piezas de frazadas (o pequeñas partes de ellas) en las que se reproducen animales y vegetación y se zurcen frases que remiten a su infancia, como una reminiscencia nostálgica de su vida que se iba apagando.

"Ao", los 'sudarios' de Marcos Benítez (Mónica Matiauda)
"Ao", los 'sudarios' de Marcos Benítez (Mónica Matiauda)

Este recorrido siguiendo las agujas del reloj finaliza con 5 eco sudarios de Marcos Benítez (Asunción, 1973), quien a partir de grandes lienzos que envuelven los troncos de árboles estampó en ellos la huella de sus existencias, que aluden a la problemática del país con mayor explotación forestal del mundo en un gesto que apunta hacia la sacralización de lo natural como objeto de veneración. Así, este pequeño bosque se compone de fantasmas, de recuerdos de un ya no ser.

Tejer las piedras

En sintonía con la , el Malba también aloja el debut en solitario de la peruana Ana Teresa Barboza con la muestra Tejer las piedras, que cuenta con la curaduría de Verónica Rossi.

Las obras de Barboza (Lima, 1981), que se encuentran en el subsuelo (detrás del bookshop) son un deleite visual y técnico, que denotan una gran sensibilidad en lo compositivo y se presentan con el tapiz Quebradas que forman redes, creado especialmente para la triple altura del Malba junto a su equipo, en un despliegue que juega con lo abstracción y nos remite a lo cartográfico y topográfico.

"Quebradas que forman redes", creado especialmente para la triple altura del Malba
"Quebradas que forman redes", creado especialmente para la triple altura del Malba

La artista recurre a hilos de algodón, lanas, piedras y juncos para una propuesta en la que la herencia de las comunidades locales y la naturaleza del sitio se presentan no solo en los materiales, sino también en sus colores.

La muestra, compuesta por 14 piezas, recurre al bordado, el tapiz, la cestería y fotografías intervenidas por estos elementos para desarrollar un acercamiento al paisaje de los humedales de la costa peruana y lo que sucede debajo de ellos, en una continuidad que revela preocupaciones sobre el ecosistema más allá de lo que como obserdavores podemos apreciar de un paisaje.

"Canastas unidas"
"Canastas unidas"

Por otro lado, muchas de las obras se extienden con una suerte de dripping textil más allá del “marco”, en las que los hilos proporcionan una continuidad que se asemeja a la caída del agua desde una vertiente, un efecto cascada que genera una sensación de movimiento.

“Lo que me permite el textil es aproximarme a esos territorios a partir de esos conocimientos que te lleva a descubrir sobre las plantas, los minerales, los animales, las fibras, las actividades que se desarrollan a partir de todos estos materiales, y sobre el clima, porque el textil está muy relacionado con esto, y entender el territorio”, reflexionó Barboza.

Extracto de "Urdir" (Malba)
Extracto de "Urdir" (Malba)

El obras que componen el trío Humedal paraíso, Urdir y Detrás del textil juegan en esta dirección, con la inclusión de un registro fotográfico del paisaje intervenido con hilos de algodón, oveja y alpaca, provocando una nobleza estética que generan una traslación directa hacia un espacio que aún si no los conocemos se nos hace real, presente, y sereno, pero a la vez nostálgico.

“Barboza no pretende puntadas perfectas, ni mostrar imágenes de postal, sino dar lugar a las derivas del paisaje que se expresan a través de un empleo inusual de los materiales: mapas hidrológicos utilizados como base de los tejidos (que dan cuenta del agua que ya no está); piedras que respiran hilos; fotos que se entraman con tapices. El medio ambiente también está presente en su particular relación con lo inacabado: las obras -como la naturaleza- están siempre en proceso y pueden cambiar”, escribió Rossi.

Obras con tintes vegetales de Lambayeque (Malba)
Obras con tintes vegetales de Lambayeque (Malba)

Los trabajos de Barboza son un viaje contemporáneo a la tradición de Lambayeque, zona norte y costera del Perú, hogar de las riquísimas cultura Wari, Moche, Chimú o Sicán, todas pre incaicas, que habitaron aquellos lares. En ellas no se produce una recuperación de la simbología originaria que pueden apreciarse en la Hueca del Sol o Chan Chan, por nombrar algunos de los espacios arqueológicos que sobreviven a los tiempos, aunque sí de la esencia de una paleta de colores que nos remite a la tierra y a las personas que las habitaron y habitan, marcando que el corazón natural y cultural puede prescindir de la mirada historiográfica. Que el arte puede trascender (nos).

*“Tejer las piedras” y “Aó. Episodios textiles de las artes visuales en el Paraguay” hasta el 2 de agosto, en el Malba, Av. Figueroa Alcorta 3415, Ciudad de Buenos Aires. Abiertos todos los días -excepto martes- de 12:00 a 20:00. Entradas: General, $600; estudiantes, docentes y jubilados acreditados, $300; menores de 5 años y personas con discapacidad, sin cargo.

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