25 años de “Happy Together”: la película de Wong Kar-wai filmada en Argentina que maravilló al mundo

Una copia restaurada de esta loca historia de amor gay se proyectará en la inminente edición de Bafici. Aquí, se cuentan detalles desconocidos de una caótica filmación en una época muy especial del país

Una escena de "Happy Together", película de 1997 de Wong Kar-wai, que se presentará con una copia restaurada en el Bafici 2022 (Crédito: MUBI)

Happy Together fue el sexto largometraje del director hongkonés Wong Kar-wai. Atraído por la meteórica figura de Diego Armando Maradona, Manuel Puig y las maravillas naturales norteñas, el cineasta decidió que su nuevo film fuera filmado en la Argentina de la convertibilidad. A 25 años de su estreno mundial, el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI) exhibirá el 27 de abril en el complejo Gaumont-INCAA la copia restaurada que emite la plataforma de streaming MUBI. Infobae Cultura accedió a testimonios de personas que trabajaron en aquella filmación caótica, espontánea pero genuina de una de las obras más importantes del cine independiente de los años 90.

Luego del éxito que fue Fallen Angels, su film estrenado en 1995 que narra la historia de una prostituta que se enamora de un asesino a sueldo, Wong Kar-wai decidió tomar otro rumbo y hacer su primera película con temática LGBT+: Lai Yiu-fai (Tony Leung) y Ho Po-wing (Leslie Cheung) son dos hombres que transitan una relación tormentosa y deciden viajar a Argentina con el afán de encontrar en el deslumbrante paisaje de las Cataratas del Iguazú la salvación a su relación. Lo intentan, pero se pierden en la ruta y deciden cortar el lazo.

Ambos toman caminos separados. Lai conoce la noche porteña y comienza a trabajar como portero en el mítico Bar Sur de San Telmo, y de Ho poco se sabe, hasta que se encuentran nuevamente. Con sospechas de que este último estaba dedicándose a la prostitución, la pareja decide volver a intentarlo, pero los celos, las peleas y los desencuentros ocasionan que la relación se vuelva abusiva, llena de rupturas e ideas y vueltas.

Una escena de "Happy Together", película de 1997 de Wong Kar-wai, que se presentará con una copia restaurada en el Bafici 2022 (Crédito: MUBI)

Los personajes de Tony Leung y Leslie Cheung conviven en la habitación de un conventillo en La Boca. Su relación funciona como una suerte de reflejo de la sociedad argentina en ese momento: un período húmedo, pegajoso y hostil, sabiendo de dónde vienen y no teniendo muy en claro hacia dónde se dirigen.

Por qué Wong Kar-wai eligió Argentina

Wong Kar-wai eligió situar su historia en una Argentina que transitaba uno de los períodos sociales y económicos que habría que marcar el devenir de la historia argentina más reciente, con una alta tasa de desocupación, cifras de pobreza en crecimiento y una cultura desenfrenada propia de la época. En un tiempo de privat,izaciones de empresas estatales, turismo reiterado a cabado del famoso 1 a 1 y un inocultable avance tecnológico -de esta época datan las primeras menciones de la palabra “internet”-, el cineasta llevó a la pantalla grande una historia que deja en evidencia la crisis social, política y económica en la que estaba sumergida el país.

Una escena de "Happy Together", película de 1997 de Wong Kar-wai, que se presentará con una copia restaurada en el Bafici 2022

“Soy un gran aficionado al fútbol, y Maradona es argentino. Así que pensé que estaría bien rodar una película en Argentina”, comenta el realizador en el documental Buenos Aires Zero Degree, que narra el detrás de escena del proceso de filmación que tomó alrededor de cinco meses en gestarse. Además, el escritor Manuel Puig también fue una de sus principales fuentes de inspiración para el director taiwanés.

“Me inspiró su manera de contar las historias, no el contenido, sino la forma. En la literatura de Puig hay algo indefinible que me gustaría transmitir con mi cine”, expresó en una entrevista de 2005. En ese sentido, Kar-wai quiso tomar el título del libro The Buenos Affair para nombrar a la película, pero luego decidió tomar otro rumbo. No sería la primera vez que eso ocurriría esto en el set de filmación de Happy Together.

Un rodaje en donde se dejó todo

A mediados de agosto de 1996, Wong Kar-wai llegó a Buenos Aires junto con su equipo de producción para comenzar con el rodaje de la película. Lejos de ser rápido y ordenado, el proceso se caracterizó por ser bastante arduo y espontáneo, ya que el cineasta no sabía con certeza cómo iba a transcurrir la historia ni tampoco contaba con un guion. A pesar de eso, siempre se persiguió un norte: “Sé que la película se hará cueste lo que cueste”.

Originalmente, el rodaje iba a terminar en septiembre de ese mismo año, pero lo poco planificado que estuvo el proceso causó que se estirara hasta febrero de 1997. Como resultado, el director acortó la versión oficial del film a una hora y media de duración, pero, en realidad, el primer corte que jamás salió a la luz dura alrededor de tres horas.

Una escena de "Happy Together", película de 1997 de Wong Kar-wai, que se presentará con una copia restaurada en el Bafici 2022 (Crédito: MUBI)

Más de quince argentinos fueron convocados para ser parte de la producción. Entre ellos, Ignacio Barbé, que se desenvolvió como el location manager, es decir como el encargado de buscar los escenarios puntuales que pedía el director para la filmación de cada escena. Desde Irlanda, en donde reside hace ya 25 años, el hombre de 53 años dialogó con Infobae Cultura y reconoció que Happy Together fue un antes y un después en su vida, para la cual terminó trabajando luego de no haber quedado seleccionado para el rodaje de Siete años en el Tibet, con Brad Pitt.

Ahora, se desempeña en el mundo del cine como productor, director de arte, fotografía, y también trabaja para Subversiva Producciones, una compañía audiovisual argentina junto a Enrique García Siedner, un director que realiza comerciales. Todo se lo atribuye al cineasta oriundo de Hong Kong.

“Yo sabía muy poco de Wong Kar-wai, vi Chungking Express en los días previos al inicio de la filmación para saber cómo era la onda que ellos manejaban”, comentó. Además, reconoce que de no haber sido por la producción del film, hoy no estaría en el lugar que ocupa: años más tarde participó de los rodajes de Sing Street, Love, Rosie, decenas de programas de televisión para Europa, y previo a Happy Together fue parte de la producción de la versión cinematográfica de Evita, dirigida por Alan Parker y con Madonna en su rol protagónico.

“Estoy muy feliz de haber trabajado con ellos. Al final, Happy Together ganó una Palma en Cannes, y Siete años en el Tibet no llegó a nada. Fue una muy linda película para trabajar. Son todos una maravilla de personas. No tengo nada malo para decir de nadie”, contó. Ignacio, o Nacho, como es apodado, participó de todo el proceso de filmación en Ushuaia, Ciudad del Este, las Cataratas, la cancha de Boca, San Telmo, los baños públicos de la estación de Constitución y hasta el Hospital Fernández y un albergue transitorio.

Uno de los primeros recuerdos que tiene Barbé de esa época de su vida es el director de fotografía de la película, Christopher Doyle, conocido por desenvolverse en la gran mayoría de la filmografía de Kar-wai y en Paranoid Park de Gus Van Sant, llegando al mismo lugar en el que estaba él, saca de su mochila dos latas de cerveza Quilmes, una se la da a Ignacio, y le dice “Salud”, mientras alzaba la suya en el aire.

Una escena de "Happy Together", película de 1997 de Wong Kar-wai, que se presentará con una copia restaurada en el Bafici 2022

Wong Kar-wai filmó en Argentina todo lo que se le dio la gana. La falta de un esquema de filmación organizado por parte del cineasta hizo que quedaran eliminadas muchas escenas grabadas en todas esas locaciones seleccionadas por el equipo. “Prácticamente se hizo otra película de todo lo que se filmó”, reveló el argentino.

“Una noche en Ushuaia nos quedamos sin material, filmábamos con Kodak Echtachrome. No llegaba más de Buenos Aires y había que filmar. Me voy a todas las ópticas de Ushuaia a comprar rollos, compré todo el stock de Kodak de la provincia y nos pasamos toda la noche pegándolos con cinta y cargando chasis. Todo eso se filmó y hay cosas que yo sé que se filmaron, y quedó perdido en algún lado, y es alucinante”, recordó.

Entre momentos de mucho trabajo y responsabilidades, el fotógrafo mencionó algunas anécdotas insólitas que hasta el día de hoy conserva en su mente: “Un día terminamos de grabar tipo 5 de la mañana y Wong Kar-wai me dijo que en un rato quería filmar en un telo. Así que tuvimos que salir a buscar un lugar donde pudiéramos grabar esa escena en algún rincón de la ciudad”.

“Un día Wong Kar-wai me dice ‘Quiero filmar en el boliche Ave Porco’. Era un viernes a la noche y no habíamos avisado nada. No pude terminar de negociar con los seguridad e igual Christopher Doyle se mandó con la cámara, así que a los pibes de la puerta les puse cien dólares y pasamos directo. No podían decir nada porque veían a cinco, seis chinos con una cámara que querían filmar”, también recordó Barbé.

Tampoco pudo obviar el momento en el que, en una de escenas, el personaje de Tony Leung le da una trompada a un espejo y, cuando la cámara dejó de rodar, debió acompañarlo al Hospital Fernández porque se había abierto la mano. En el lugar se quedó con él haciéndole compañía mientras le curaban el puño, y destacó el buen trato y la amistad pasajera que pudo desarrollar con él.

Todas esas vivencias que tuvo Ignacio con el equipo de filmación de Happy Together lo llevaron a que, una noche, entre toma y toma, Wong Kar-wai se acercara a él y le agradeciera por su hospitalidad, su calidez y su profesionalismo. Un detalle muy importante al respecto: a diferencia de él, algunos habían intentado estafarlos o cobrarles más precio por ser un extranjero en Argentina.

El Bar Sur, La Boca y la mafia china

Las jornadas de filmación en el barrio porteño ubicado en el sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tomaron un color un poco más serio, en donde estuvieron expuestos a disturbios, personas armadas, y hasta enterarse de que la mafia china había negociado con los barrabravas de Boca para poder entrar a la Bombonera a filmar unas escenas.

“A altas horas de la madrugada venía alguna que otra persona que quería pasar y les pedíamos que aguardaran porque estábamos filmando y no se podía. Un día uno me puso un fierro en la panza, me doy vuelta y tuve que frenar todo”, contó el location manager del film.

Por otro lado, el dueño del Bar Sur, Ricardo Montesino, también recuerda con mucha claridad toda esa semana en la que Wong Kar-wai y su equipo acudieron al lugar ubicado en las calles Estados Unidos y Balcarce para filmar algunas escenas. Contó cómo fue el proceso de grabación de la película en su espacio: “Yo había estado hablando con ellos sin saber quiénes eran. Les había gustado mucho el boliche”.

Una escena de "Happy Together", película de 1997 de Wong Kar-wai, que se presentará con una copia restaurada en el Bafici 2022

Si bien considera esas jornadas como “un despiole” debido a la cantidad de gente que estaba presente en el lugar, el trabajador de la cultura tuvo una buena impresión del director: “Lo recuerdo como una persona correcta. Una persona normal y suelta. Fue un trato entre dos bohemios”.

Montesino no se guardó su sentido del humor, y un día, se dirigió al cineasta para hacerle un comentario en chiste. “Los fines de semana las jornadas se cobran doble, acá y en China”, dijo entre risas.

“Vamos a ver cómo dirige un director de Hong Kong”

Si bien poco se conocía de Wong Kar-wai en el país, algunos ya lo tenían de sus otros trabajos.”’La película de los chinos’ era como le decían los que andaban dando vueltas”, reveló el productor de cine Axel Kuschevatzky, que para ese momento ya había visto Chungking Express, el tercer largometraje del director, y tuvo la oportunidad de presenciar el rodaje una noche en el Bar Sur. “Lo llamo a Santiago Calori y le digo ‘Che, vamos a ver cómo dirige un director de Hong Kong”, contó.

Aun así, el ahora productor admitió que al llegar al lugar fue “una cosa un poco extraña”, ya que el ambiente estaba colmado de fans de Tony Leung que lo esperaban con flores y osos de peluche, como así también algunas personas que insultaban al equipo de Hong Kong. Si bien, tanto él como Calori lo recuerdan “como algo muy vergonzoso”, fue la destreza del director de cinematografía de la película, Christopher Doyle, lo que los cautivó por completo mientras usaba una steadycam para filmar.

“El tipo mismo llevaba la cámara de acá para allá, algo que en Argentina en esa época no lo teníamos tan visto. Muy rápido, era todo muy rápido. Ensayaban una y otra vez de acá para allá. Y eso nos dio la pauta de eso que habíamos escuchado: que en Hong Kong se filmaba muy rápido”, agregó Kuschevatzky a Infobae.

“Nosotros, que vimos más o menos de quién se trataba, estábamos fascinados con esto que no se parecía a nada a lo que habíamos visto alguna vez en Argentina”, concluyó.

Recepción del público

El film se exhibió por primera vez en el Festival Internacional de Cine de Cannes de 1997, en donde estuvo nominado a la Palma de Oro junto con otros 19 títulos y compartió la terna con cineastas como Michael Haneke con Funny Games y El final de la violencia, de Wim Wenders, pero perdió contra El sabor de las cerezas, de Abbas Kiarostami. Sin embargo, Wong Kar-wai se llevó a casa el premio a la mejor dirección.

En Argentina fue estrenada en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata de ese mismo año, y fue a salas comerciales en abril de 1998. En total, el largometraje recaudó 320.319 mil dólares alrededor de todo el mundo y se consagró hasta hoy en día como uno de los proyectos más importantes dentro de la cinefilia y el mundo del séptimo arte.

Wong Kar Wai en el set de “Con ánimos de amar” y un regalo que mimó su pasión por el fútbol argentino

Si bien el director no pudo ganar el premio mayor en Cannes, tres años más tarde obtendría la revancha consagrándose con la Palma de Oro por Con ánimos de amar (conocida como In the Mood for Love), su película romántica protagonizada por un Tony Leung más maduro que en Happy Together junto con Maggie Cheung, que catapultaron al largometraje como un elemento bisagra entre los dos milenios y la forma de hacer cine.

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