Algunas ideas sobre “Rota” y cómo enfrentar el drama siendo la madre de un femicida

El director de la obra de teatro que se presenta los sábados en un teatro del Abasto, cuenta el proceso de concepción del texto escrito por Natalia Villamil y los desafíos hacia su punto de vista masculino sobre un tema tan duro

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"Rota", dirigida por Mariano Stolkiner y protagonizada por Raquel Ameri (Foto: Guido Piotrkowski)
"Rota", dirigida por Mariano Stolkiner y protagonizada por Raquel Ameri (Foto: Guido Piotrkowski)

¿Cómo se gesta una obra? ¿Por qué? ¿Para qué? Pueden ser muchas y variadas las razones que impulsan a llevar adelante un proyecto teatral. En el caso de Rota surge del deseo que encontramos con Raquel Ameri, actriz de la obra, de llevar adelante un trabajo que nos uniera. Ya lo habíamos intentado hace unos años, pero justo en el momento en el que íbamos a iniciar aquel proceso, Raquel quedó embarazada, razón por la cual la posibilidad de hacerlo iba a tener que esperar algún tiempo.

Algunos años después, recibo su llamado. Me dice que tenía ganas y que consideraba era el momento de concretarlo, no dudé en decirle que estaba de acuerdo. Junto con su propuesta llega la iniciativa de convocar a Natalia Villamil para que fuera la encargada de escribir el texto. Me seducía enormemente la idea de trabajar con estas dos mujeres talentosas y a quienes admiro, es fundamental para quienes dirigimos contar con esa motivación.

Recuerdo una primera reunión en la sala que dirijo el Teatro El Extranjero. Lo primero era encontrarnos en una idea común respecto a que íbamos a querer contar en la escena. Ambas, que vienen de años de militancia y trabajo en el campo de la defensa de los derechos de la mujer, particularmente comprometidas e involucradas en cuestiones relativas a la violencia de género, me plantean que su interés pasaba por abordar desde ese lugar. En mi caso, yo ya venía de dirigir otras obras en torno a esta temática, así que lo primero que propuse, pensando en no repetirme y contar con la posibilidad de encontrar un nuevo desafío, fue que el abordaje no se hiciera desde la voz de la mujer golpeada, me interesaba encontrarle una vuelta de tuerca que pudiera poner en discusión otro tipo de tensiones. De ahí me surgió la propuesta de que el foco del discurso estuviera puesto en la voz de una mujer, en este caso madre de un femicida. Trabajar sobre esa contradicción, el lugar que le tocaba ocupar como mujer en una sociedad, todavía dirigida por lineamientos machistas, y por otro su rol de madre en torno al amor que podía sentir por su hijo, incluso frente a las circunstancias abominables a las cuales se había tenido que enfrentar.

Raquel Ameri en "Rota" (Foto: Guido Piotrkowski)
Raquel Ameri en "Rota" (Foto: Guido Piotrkowski)

Enseguida hubo acuerdo y empezamos a investigar y tirar ideas, hasta que luego de algunos encuentros Natalia sintió que ya tenía el material suficiente como para retirarse y escribir la obra en soledad. Habrán pasado apenas un par de meses y un día nos envió el texto que ya estaba escrito. Fue sorprendente, no solo por la calidad de su prosa, sino por algunos elementos que había introducido y le daban a la historia una profundidad y contradicción aún mucho mayor. La principal, la aparición del hecho de que este hijo había, una vez cometido el asesinato de su novia, decidido pegarse un tiro terminando también con su propia vida, cosa muy común en estos casos. El nombre de la obra, Rota, no podía tener más significancia y valor. ¿Cómo no podía esta mujer, esta madre, no quedar completamente rota con semejante desenlace?

Hasta acá lo que fue el embrión, la unión de tres artistas que desde diferentes roles podían y encontraban el deseo de llevar adelante un trabajo en común. Lo que siguió fue el comienzo de los ensayos, atravesado por un conjunto de circunstancias propias del estar vivos. Es uno de los grandes valores que tiene el teatro, nunca se mecaniza, transcurre como la vida misma acompañando las circunstancias que se presentan, es ahí donde el teatro encuentra su mayor alimento y fuerza creativa. Nos tocó, como al mundo entero, atravesar la pandemia, así que no nos quedó otra que seguir el proceso encontrándonos a través de esas camaritas a las que ya tanto nos hemos acostumbrado. Pero el teatro es cuerpo en el espacio y esta obra lo necesitaba para poder avanzar en su proceso, así que no nos quedó otra que esperar.

Por fin llegó el momento donde pudimos volver a la presencialidad y, ahí sí, sin muchas ideas de por dónde debía dirigirse la escena empezamos a investigar y probar diferentes cosas. Siempre digo que es la obra la que debe revelarse frente a uno, como una suerte de tesoro escondido, y no uno quien debe imponer su forma. Para dirigir es dejar actuar, ofrecer algunas ideas que sirvan como disparadores iniciales y que, en este caso, la actriz pueda ir haciendo su propio proceso de búsqueda. Mi trabajo es observar y elegir, como el lema que lleva mi sala, “Teatro en contemplación activa”: estar ahí presente para capturar el acontecimiento que es lo que le va dando forma a la imagen. Todos los elementos de puesta son circunstancias que se articulan para acompañar al cuerpo de quienes actúan. Por supuesto que no son arbitrarios, aunque sí en muchos casos pueden resultar azarosos, estar atento al suceso y dejar lugar para el accidente, para la revelación de aquello que no estaba en los planes. Vuelvo a decirlo, como la vida misma, que se torna mucho más interesante cuando estamos abiertos a que nos sorprenda.

Mariano Stolkiner
Mariano Stolkiner

En el caso de esta obra tuvimos el privilegio de recibir el Premio a la Producción del CTBA+Banco Ciudad, circunstancia no menor ya que nos daba una garantía de financiación posible, cosa con la que siempre tenemos que lidiar quienes trabajamos como artistas en el campo de la creación autogestiva. Hace años vengo trabajando con el mismo equipo creativo, Eleonora Di Bello es mi asistente, Rafael Sucheras, quien compone la música y el diseño sonoro, Julio López, el diseño lumínico y Magali Acha, la escenografía y en el caso de este trabajo, también el vestuario. Contar con esos recursos nos dio una gran libertad creativa, y si bien siempre digo que lo importante detrás de una obra está en su proceso de creación, esa libertad, en este caso, también puede verse plasmada en el resultado, actoral, dramatúrgico, visual y sonoro.

Como hombre, para mí supone toda una responsabilidad tratar una temática como la que contiene esta obra. Fueron la crianza de mi madre, el amor por mis dos hermanas, el sol que es mi hija, lo más importante que tengo en mi vida, las mujeres que tuve la fortuna que me acompañaran como parejas, tantas amigas y las mujeres con quienes inicié este proceso más las que se sumaron después que me dejé guiar, sino quizás no me hubiera atrevido.

Por fuera de esto y más allá de la temática que elija o me toque abordar en cada trabajo, siempre intento que las obras mantengan una impronta personal asociada a una identidad en torno al modo de entender el teatro. Puede ser crudo, directo y hasta perturbador, pero nunca debe dejar de resultar atractivo y atrapante, a eso le dedico especial atención, de modo que el espacio de encuentro pueda funcionar en los espectadores como un lugar abierto a la reflexión y la emoción, pero que además les ofrezca la chance de salir de la sala haciéndolos sentir que estuvieron frente a una obra de arte, quizás suene un tanto pretencioso, pero es lo que busco.

Raquel Dameri protagoniza "Rota", y encarna a la madre de un femicida (Foto: Guido Piotrkowski)
Raquel Dameri protagoniza "Rota", y encarna a la madre de un femicida (Foto: Guido Piotrkowski)

En el caso de Rota, pensando en aquel inicio que nos motivó a llevar adelante este proceso, siento que como equipo creativo debemos estar más que satisfechos, lo estamos, ya que logramos conjugar el abordaje de una temática que nos compromete y sensibiliza, acompañándola de una puesta en escena vital, bella y lo suficientemente cuidada como para que ustedes ahora puedan acercarse a disfrutarla. Mientras, nos seguiremos proponiendo que el arte se mantenga al servicio de hacernos mejores personas, quizás en esto último pueda resumir algo de aquellas preguntas que daban comienzo a estas palabras.

Rota se pone en escena los sábados a las 20 en el Teatro El Extranjero, Valentín Gómez 3380, C. A. B. A.

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