En el marco de las actividades de conmemoración del trigésimo aniversario del atentado a la Embajada de Israel en Buenos Aires, el 17 de marzo de 1992, la sede diplomática realizó el evento Testigos de la memoria, 30 años en el Teatro Colón, donde el músico Alejandro Lerner interpretó en vivo “Un día como cualquier día”, que compuso especialmente para recordar la fatídica fecha, a las 29 víctimas y a los sobrevivientes. Luego, la Orquesta Académica del Teatro Colón realizó un homenaje con un programa especial.
Antes de tocar la canción solo en el piano sobre el escenario del mítico teatro porteño, Lerner dijo que escribirla fue “una tarea muy difícil” porque implicó “documentar, desde la mirada de un artista argentino y judío, qué es lo que se siente con lo que pasó treinta años atrás y cómo hacer de eso un testimonio que mantenga viva la búsqueda de los responsables y de que lo que pasó no vuelva a suceder nunca más”. “Es la memoria la que mantiene vivo el recuerdo y la necesidad de que la justicia haga su trabajo”, agregó.
En el Colón, lo despojado de su interpretación hizo que el pedido por el esclarecimiento del atentado, que a 30 años todavía no tiene responsables, sonara aún más fuerte. Dice su estribillo: “Libertad, ¿dónde estás? Somos muchos esperando que un día se haga realidad, que la luz de la justicia nos acerque a la verdad”.
En cuanto a su composición, el músico, que el 8 de abril iniciará una gira por la Argentina, Europa e Israel, explicó: “Pasó un tiempo hasta que en un momento me di cuenta de que la canción tenía que ver con un tictac del reloj, que iba lento y que, de pronto, en un instante de un día como cualquier día, iba a cambiar la vida de los que estaban ahí y la de todos nosotros”. “No podía dejar de hacerlo desde lo humano”, admitió sobre la propuesta que le llegó de la Embajada para escribirla.
“Un día como cualquier día” es la primera canción que publica el compositor de “Todo a pulmón” desde “Puro sentimiento”, una colaboración con el guitarrista Carlos Santana que salió el año pasado, y fue dada a conocer ayer horas antes del acto central. Lerner también estuvo a cargo de los arreglos, la dirección musical y la mezcla. Su esposa, Marcela Lerner, y el cantante argentino israelí Pablo Rosenberg lo acompañan en las voces. El artista, nacido en Rosario, emigró con su familia a Israel cuando tenía 6 años y desarrolló una carrera musical de más de 30 años, primero con una banda llamada Stella Maris y luego como solista.
En piano y teclados lo acompañó Idan Raichel, líder de The Idan Raichel Project, una banda que fusiona el jazz, la electrónica y la world music, como ritmos sefaradíes y etíopes. Actualmente es uno de los artistas israelíes más reconocidos en todo el mundo y visitó la Argentina en dos oportunidades. De hecho, el año pasado editó un álbum con sus grandes éxitos en versión sinfónica grabado en vivo en Buenos Aires junto al Ensamble Sinfónico 21 durante los shows que dio en 2018 en el Teatro Coliseo.
Testigos de la memoria, 30 años abrió con las palabras del ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, Enrique Avogadro, que destacó la importancia de reforzar la memoria en la sociedad, haciendo alusión a la pieza audiovisual que la Embajada elaboró como material pedagógico para las escuelas secundarias de todo el país.
Luego hablaron la embajadora de Israel en la Argentina, Galit Ronen, que llamó a seguir fortaleciendo los vínculos entre ambos países e hizo un llamado a la paz y la justicia, y el viceprimer ministro y ministro de Justicia de Israel, Gideon Sa’ar, que encabeza la comitiva israelí que vino a la conmemoración. El funcionario remarcó que el atentado fue un hecho trágico para ambas naciones.
El programa siguió con un flashmob organizado por el coro del Colón, cuyos miembros empezaron a cantar desde diferentes puntos del teatro, mezclados entre el público. Bajo la dirección de Sergio Feferovich, el tema elegido fue el clásico “Como la cigarra” de María Elena Walsh.
Tal como lo expresó Ronen, el evento fue pensado como una ocasión íntima para que los familiares de las víctimas pudieran tener un momento para recordar a sus seres queridos. De hecho, hubo algunos homenajes sobre el escenario, como el de Martín Goldberg, sobreviviente del ataque contra la Embajada, que interpretó junto al cantor litúrgico Oscar Fleischer “Shema Israel”, una de las canciones más populares de la artista más importante de Israel, Sarit Hadad.
El cierre estuvo a cargo de la Orquesta Académica del Teatro Colón que, dirigida por Ezequiel Silberstein, hizo una selección especial de cuatro piezas. Abrió con “Elegía”, una composición que el inglés Edward Elgar escribió en 1909 para recordar a los miembros fallecidos de la Worshipful Company of Musicians de Londres. Es un tributo a los que ya no están. Luego siguió con “La meditación”, un intermezzo de la ópera Thaïs de Jules Massenet, que incluyó un solo de violín.
La tercera obra elegida fue el adagio para violonchelo y orquesta del “Kol Nidrei” de Max Bruch. La composición del maestro alemán está inspirada en canciones tradicionales judías y debe su título a una de las oraciones más importantes que se recitan al comienzo del servicio religioso de Yom Kipur. Para el final sonó la Obertura “La gruta de Fingal” de Felix Mendelssohn para luego terminar con el Himno Nacional Argentino y el “Hatikva”, himno nacional de Israel.
Además de Testigos de la memoria, 30 años y el acto central, que se hizo ayer a las 14.50 en la plaza seca de la calle Arroyo donde estaba el edificio de la Embajada, la sede diplomática impulsó la campaña de recordación audiovisual llamada “El terrorismo deja huellas”, que organizada por Casa Kiev pudo verse en las redes sociales y en la vía pública.
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