El productor y distribuidor de cine Pascual Condito, personaje entrañable y querido de la industria cinematográfica local, falleció este jueves a los 73 años, informaron sus familiares. Condito estaba internado en el Cemic (Centro de Educación Médica e Investigaciones Clínicas) del barrio de Saavedra, aquejado por un cáncer de colon.
Distribuidor, coprodutor, defensor incansable y gran promotor del cine argentino, Condito, nacido en Catanzaro, Calabria, en 1948, como Pascual Condito Gioma, llegó al país cinco años más tarde. Era considerado una de las memorias vivas del cine local desde la recuperación democrática hasta la actualidad.
El Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) emitió anoche un comunicado lamentando el deceso y destacó como “fundamental su aporte a la distribución de cine internacional y, sobre todo, nacional, donde concentró sus esfuerzos desde 2001″.
Su distribuidora, Primer Plano, con sede en Riobamba y Lavalle, “fue una marca registrada en esa época, donde las distribuidoras se concentraban en esa zona, el barrio del cine”, agregó la comunicación del Incaa.
“Para el entrañable Pascual ese barrio era su mundo, su ciudad. Si no lo encontraban en la distribuidora, seguro estaba en el bar de la equina tomando un café, acompañado por alguien del sector y revisando la cartelera o las críticas en los diarios en papel”, reseñó el documento.
También expresaron su pésame la Asociación Argentina de Actores, el Museo del Cine de Buenos Aires y el Ministerio de Cultura de la Nación a través de sus redes sociales.
“Distribuidor de cine argentino cuyas películas Cinemateca estrenó y con el que Martínez Carril hacía los acuerdos más delirantes para que las copias 35 milímetros quedaran en nuestro archivo. No habrá otro como él”, mencionó también la Cinemateca Uruguaya en su cuenta de Twitter.
Con apariciones menores en más de 50 películas, producto del cariño que despertaba y como homenaje a la labor que desarrollaba, Condito estuvo en la industria del cine desde 1980 hasta la actualidad, en una doble función de ida y vuelta a través de su empresa productora y distribuidora Primer Plano.
Por un lado traía al país destacados títulos de cine europeo y mundial que eran apuestas comerciales de riesgo alto y medio, independientes de las majors, y, por otro, exportaba al exterior películas argentinas.
Así, fue el distribuidor en Argentina de títulos como Trainspoting, de Danny Boyle; El juego de las lágrimas, Neil Jordan; Secretos y mentiras, Mike Leigh; El sabor de las cerezas, de Abbas Kiarostami; Buena Vista Social Club, de Wim Wenders, y Recursos humanos, de Laurent Cantet, entre muchos títulos.
Y, en sentido inverso, distribuyó en Europa créditos argentinos como Garage Olimpo, de Marco Bechis; Esperando al mesías, de Daniel Burman; e Historias mínimas, de Carlos Sorín, entre otros.
Como coproductor participó en películas como Las mantenidas sin sueños, de Vera Fogwill y Martín de Salvo; El viento se llevó lo que, de Alejandro Agresti; El frasco, de Alberto Lecchi; y Conversaciones con mamá, de Santiago Carlos Oves, entre más.
Desde 2002, Primer Plano se convirtió en la más importante distribuidora internacional de cine argentino desde la década 90 a la actualidad con cerca de 150 títulos locales.
Como actor acredita 37 títulos, el más destacado en El perro, de Sorín, además de apariciones menores en otros como Sofacama, Ulises Rosell; Vino para robar, de Ariel Winograd, o El rey del Once, Burman.
Su vida y su labor inspiraron la miniserie Vida de película, donde estuvo personificado por Luis Machín y que se vio a lo largo de 13 capítulos por la Televisión Pública en 2017, en un envío escrito por Jorge Maestro y Federico Barenboin, que además produjo.
También dio pie y protagoniza el documental biográfico sobre su vida y trabajo Tras la pantalla, de Marcos Martínez de 2015.
“Por eso quizás soy demente, soy fanático, yo les pido a todos los que estamos acá que luchemos para tener nuestro espacio de cine argentino en las salas de cine y en la televisión”, dijo al recibir el Cóndor de Plata a la Trayectoria de la Asociación de Cronistas Cinematográficos, en una escena que registra la película.
Fuente: Télam S.E.
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