El lunes 1 de marzo de 2021 quedará en mi memoria por mucho tiempo. Ese día se desencadenaba, en Argentina, España y México, el mismo mecanismo de distribución en librerías de los primeros cuatro de libros de una nueva editorial, que en plena pandemia, yo estaba fundando, con un empecinamiento que por momentos me hacía dudar si no estar cometiendo una triple locura.
Ha pasado un año, el barco salió del puerto y si consideramos los tres viajes como uno solo, ya se está manteniendo a flote. Así es con una empresa que nace: la primera meta es lograr su equilibrio, como un niño que empieza a caminar. Lo estamos logrando más rápido en España y algo más lento en Argentina y México. Las cosas sucedieron de manera muy diferente a nuestro plan, y eso que nos tomamos (mi pequeño gran equipo y yo) dos años completos para planificar, contratar todos los libros del primer año, negociar los acuerdos de distribución, y enviar los primeros libros a imprenta.
La primera buena sorpresa fue descubrir que teníamos un best seller entre esos primeros cuatro libros: La chica que se llevaron, de Charlie Donlea, un autor americano que arma unas tramas increíbles, como un artesano de los giros de argumentos y finales inesperados. Fue el libro más vendido para nosotros en todo el año, con dos reimpresiones para no quebrar stock. El gran escollo fue la pandemia y las restricciones obligadas: muchas librerías no pudieron abrir el horario completo, todo el año corrido: el mes de mayo por ejemplo, fue un mes a media marcha para todos, y para nosotros fue aún más delicado.
Y hay quizás hubo otra sorpresa más de fondo. Yo hacía 3 años que estaba dedicada a trabajar para la industria, organizando el Coloquio El Futuro de la Edición, la Escuela de Editores y el proyecto Mujeres que Leen. Ahora he vuelto al ruedo del mercado, apostando y arriesgando con un catálogo nuevo y con libros impresos (que pagamos mucho antes de que se vendan y los cobremos) y digitales. En este tiempo hubiera imaginado que estaríamos frente a un nuevo panorama en todo lo digital: más e-commerce, más venta de e-books. Sin embargo, y aun con el aumento enorme del hábito de comprar on line, y de leer en soportes digitales, que todos experimentamos durante la pandemia, los libros se siguen vendiendo más que nada en librerías, arriba del 90% y las ventas de e-books siguen abajo del 10% del total.
Como si de alguna manera, en Argentina aun no hubiera impactado la revolución que en otros mercados ya está instalada, incluso con el empujón de los meses de cierres de librerías. También aquí nos pusimos a leer más, como en todo el mundo, pero fuimos a buscar nuestros libros a un take away barrial de las librerías independientes, o los recibimos en delivery, o leímos de bibliotecas, o también –esto sí es una novedad que viene creciendo, al igual que en otros países –nos suscribimos a algún Club de lectura. Pero no adoptamos masivamente la compra on line. Creo que aquí falta que nuestras tiendas virtuales de libros se conviertan en una necesidad cotidiana, en un hábito más normal para todos. Podemos hacerles algunas críticas a los servicios, a la experiencia del usuario, pero hay un enorme escollo en nuestros grandes territorios: el costo de envío.
Nosotros inauguramos desde el primer día un carrito de compras desde nuestro sitio web. El 95% de las compras son de lectoras y lectores del interior, de pueblos y ciudades donde casi no hay librerías. Y esto es inmensamente importante: constatamos lo que muchos editores sabemos, y en cierta forma nos desespera: hay miles y miles de lectoras y lectores en todo nuestro interior con muy mal acceso a los libros, con pocas librerías, y con servicios de e-commerce que aun no garantizan esa fluidez que el usuario necesita, y puede exigir.
Tampoco aun el e-book despega como alternativa al libro impreso. La piratería digital es la razón actual, pero sabemos que cuando el mercado madura y los precios son los adecuados, eso va dejando lugar a las descargas de sitios oficiales. En mi opinión, tanto la compra de libros on line, como la adopción “por derecha” de la lectura de e-books, son tendencias gigantescas que solo irán creciendo.
Pero también comprobamos algo que en Argentina debemos recordar siempre, y es nuestro orgullo: somos un país de lectores. Y abrir una editorial en medio de una pandemia aquí no es ninguna locura. Estamos para atender en nuestro caso, a una forma de leer, para mi la primordial: leer como entretenimiento.
Este año nos concentraremos aun más en autores de esos que no se pueden soltar. Y solo doy dos avances especiales: No salgas de noche, de Stacy Willingham (próxima serie con Emma Stone) y Maldito Asfalto, de S.A. Cosby (próxima película de los productores de La La Land).
Somos un equipo chico, no tenemos oficinas, hacemos zooms internacionales todos los días entre nosotros, creemos en el proyecto, y miramos el horizonte con buena cara. No es poco.
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