Madrid, 25 feb (EFE).- Nikolái Gógol, escritor de la primera novela rusa moderna, nació en territorio ucraniano, igual que otros íconos de la cultura rusa como el literato Mijaíl Bulgákov, el músico Serguéi Prokófiev, el bailarín Nijinsky o el pintor Malévich, y su legado es otra de las ramificaciones del enfrentamiento entre ambas naciones.
La historia común se remonta a la Edad Media (Kiev es el origen histórico de Rusia), y lo que hoy es Ucrania ha sido parte del imperio zarista o de la URSS la mayor parte del siglo XIX y XX, con lo que no es extraño que personalidades clave en la cultura rusa y universal nacieran en una Ucrania bajo la dominación de Moscú.
Pero la independencia de Ucrania ha hecho florecer un movimiento que busca reivindicar el origen territorial de estos grandes artistas, a cuya memoria no está dispuesto a renunciar su poderoso vecino del Este.
Fue significativo el segundo centenario del nacimiento de Gógol (Soróchintsi, Ucrania 1809-Moscú 1848), en el que hubo controversia sobre el origen del autor de Almas muertas, o al menos sobre la necesidad de destacar su papel en la construcción de la imagen de Ucrania.
También levantó ampollas una traducción del ruso original al ucraniano de Tarás Bulba en la que se eliminaron referencias a “Rusia” y a la “patria rusa”.
Es una novela en la que Gógol narra las guerras entre cosacos y polacos en tierra hoy ucraniana, una historia para la que el autor se inspiró en su tatarabuelo.
“No nos cabe ninguna duda de que Gógol era ucraniano porque sus raíces se remontan a los cosacos ucranianos”, decía el presidente de aquel país entre 2005 y 2010, Viktor Yushchenko, al respecto.
El político –que fue supuestamente envenenado en campaña electoral, según él seguramente por orden del Kremlin– también reivindicó la procedencia ucraniana de Chéjov, por lo que fue muy criticado.
El maestro del relato nació en la ciudad fronteriza de Taganrog en 1860, que hoy es Rusia, pero en algún momento de su historia fue Ucrania.
En el caso de Bulgákov, en Kiev se puede visitar la casa natal del autor de la inmortal El maestro y Margarita, un museo abierto en 1991, precisamente el año en que Ucrania declara su independencia por última vez.
El médico y escritor nació en 1891 en el Imperio Ruso y murió en 1940 en la Unión Soviética, a la que criticó veladamente en su obra, motivo por el que fue prohibido y denostado, aunque mantuvo su vida y su libertad gracias a una relación particular y persecutoria con Stalin, con el que en ocasiones se carteaba.
Otro ucraniano de nacimiento, el compositor Serguéi Prokófiev (Sóntsovka, 1891) fue también proscrito por constituir un “ejemplo del artista que compone su obra en una torre de marfil”, y murió el mismo día que Stalin, el 5 de marzo de 1953, y a pocas calles de distancia.
Precisamente la ciudad del autor de Romeo y Julieta se sitúa en el Óblast de Donetsk, una de las regiones rebeldes cuya independencia ha reconocido Moscú, junto a Luhansk.
El bailarín Vaslav Nijinsky y el pintor abstracto Kazimir Malévich también vinieron al mundo en Kiev, capital ucraniana, aunque en una muestra de la complicada estructura identitaria de estos territorios ambos se consideraban polacos al ser parte de esta comunidad proveniente del país que hace frontera al oeste con Ucrania.
Fuente: EFE
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