Imagine Van Gogh, la primera muestra inmersiva en llegar al país, abrió sus puertas en el Pabellón Frers de la Rural. La exposición dedicada a Vincent Van Gogh invita a zambullirse en algunos de los más espectaculares paisajes de la historia del arte, como La Noche estrellada o Los girasoles.
A través de una secuencia de miles de imágenes que giran, se deslizan, aumentan de tamaño o disminuyen en claridad, y una coreografía sincronizada con reconocidos exponentes de la música clásica, que en conjunto provocan un torbellino de estímulos a los sentidos.
La exhibición recorre los dos últimos años de la vida del genio neerlandés, entre 1888 cuando se traslada a Arles en el sur de Francia, hasta su muerte en Auvers-sur-Oise en 1890: un momento esencial de su vida creativa, a tal punto que muchos de los cuadros que más se le celebran fueron realizados en esa época.
La muestra en principio iba a extenderse hasta el 17 de abril, pero desde la organización confirmaron que debido al éxito cerrará sus puertas el 1° de mayo. En ese sentido, se vendieron por anticipado 150 mil entradas.
“Siento que generamos mucha expectativa y estoy orgulloso porque estamos a la altura de lo esperado. Fue tal el éxito de convocatoria que la muestra se extenderá hasta el 1 de mayo y sumará funciones los fines de semana por la noche”, dijo el bproductor cultural Daniel Grinbank.
Pese a que febrero estaba completamente agotado, se acaban de agregar funciones de noche, todos los viernes y sábados, (hasta las 23.30) a partir de este fin de semana y desde mañana sumarán -ante el pedido de muchos colegios- excursiones escolares, solo en los horarios matutinos, añadió Grinbank.
Cada entrada -asignada para un día y horario específico-, es un código QR que habrá que pasar por un lector, junto a un molinete. Una vez dentro, luego de atravesar un pasillo a oscuras, casi en penumbras, como ocurrirá una vez dentro del salón, la expectativa crece. Hay personas que adquirieron su ticket en diciembre del año pasado.
La muestra que itinera por el mundo desde el año 2008 y que se adapta a cada ciudad a la que viaja, ocupa una única sala del predio ferial (el pabellón Frers) donde se despliegan las monumentales velas, como se conoce a este tipo de pantallas -o telones- de ocho metros de altura provenientes de Canadá, donde se reflectan las más de 200 obras gracias a los 46 proyectores que vienen de Francia.
Imagine van Gogh está compuesta por la proyección simultánea de unas tres mil imágenes en las paredes, el suelo y en lienzos de más de ocho metros de altura, y posee una presentación adaptada a la estructura del pabellón.
La puesta se realiza a través de 48 proyectores de video láser de alta definición que transmiten 30 minutos de imágenes y audio sincronizadas en bucle.
“No hay que pensar a esta muestra como un filme corto, con un comienzo, un clímax y un final. Por el contrario, se trata sencillamente de ir a lo más profundo, de bucear en la obra. Van Gogh no quería mostrarte la realidad, él quería darte emociones. Y esta muestra es una magnificación de esos sentimientos, de esas emociones”, explica el productor francés Pascal Bernardin, director de Encore Productions, empresa productora de la muestra en el mundo.
La Noche estrellada, Los girasoles, Los Lirios, Dormitorio en Arles, Ramas de un almendro en flor, El camino a Saint-Remy, y muchísima más aparecen enteras y en detalles, donde se puede disfrutar la pincelada ondulante del genio neerlandés.
La impresionante selección de obras proyectadas aquí no podría coincidir físicamente en el mismo lugar y al mismo tiempo: se trata de piezas que forman parte de prestigiosas colecciones de museos como el Museo d’Orsay de París, la Galería Nacional de Arte de Londres, el Museo Van Gogh de Ámsterdam, el Museo de Arte Moderno MoMA y el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York.
La tecnología utilizada en “Imagine Van Gogh” -presentada en Buenos Aires por S2BN, DGE y DF Group-, que permite apreciar hasta el más pequeño detalle de estas obras, se conoce como “Imagen Total”, un concepto desarrollado por Annabelle Mauger y Julien Baron, que se presentó por primera vez en 2008 en La Cathédrale d’Images, en Francia. Desde entonces, ha itinerado por 50 ciudades del mundo y la han visto un millón de personas.
“Cada muestra es diferente en cada ciudad. Pero en esencia, no agregamos nada extra a las obras, ni luces, ni efectos, ni videoclips. Son las pinturas, solas, sin el marco. Queremos que las creaciones de Van Gogh vivan aquí sin nada extra. Y eso es lo que genera más emoción. Es una buena manera de entender la emocionalidad en Van Gogh”, dice el productor francés, tal vez intentando diferenciarse de otras inmersivas de Van Gogh, como por ejemplo la del Atelier Des Lumieres, que muchos comentaron estos días por aparecer en un episodio de la serie “Emily in Paris”.
En muchas de las cartas que Vincent escribió a su hermano Theo describe en detalle qué emociones quería reflejar en cada pintura en la que se encontraba trabajando: “sugerir el reposo o el sueño en general” es lo que buscaba el pintor con Dormitorio en Arles, con sus sábanas y almohadas en limón verde muy claro; la colcha rojo escarlata; la ventana verde.
También volcó en una misiva lo que pretendía para la famosa “Noche estrellada”, donde estaba convencido de que no alcanzaba con poner manchas blancas en un fondo negro para pintarla: “Me parece que la noche tiene aún más colores que el día, teñidos de violetas, azules y verdes más intensos. Si miras con atención, verás que algunas estrellas son de color limón, otras tienen un brillo rosa, verde, nomeolvides, no azul”, detallaba el artista sobre la obra que pintó en el pueblo de Saint-Remy, en el sur de Francia, donde pasó un año en un hospital psiquiátrico.
Al final del recorrido, ya una vez fuera del pabellón pero aún en el territorio de La Rural, se ubica un colorido café, idéntico a aquel que Van Gogh pintó en Café Terrace de la Place Du Forum, en la ciudad de Arles en 1888.
*“Imagine Van Gogh” permanecerá hasta el 1 de mayo en La Rural, Pabellón Frers, sobre avenida Santa Fe 4363. Las entradas se venden -en la site La Rural y la organización- en bloques de media hora con aforo limitado, aunque la permanencia en la exhibición no tiene un tiempo preestablecido. El precio de la entrada es de $ 3.000 por persona, $2.000 para menores de 12 años. Hay un pack familiar para dos adultos y dos menores de 12 años por 8.000 pesos y los niños de hasta tres años no abonan entrada. No se pedirá pase sanitario pero se exige el uso barbijo todo el tiempo, indicaron los organizadores.
Con información de Télam
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