Berthe Morisot, la impresionista que desafió a su tiempo

La prolífica artista francesa se impuso a los designios de su padre y del canon del arte del momento. Su encuentro con Edouard Manet fue un hito determinante en su vida

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Fragmento del "Retrato de Berthe
Fragmento del "Retrato de Berthe Morisot con un ramo de violetas", pintado por Edouard Manet. Wikimedia Commons

Berthe Morisot nació el 14 de enero de 1841 en Bourges, Francia. Se cumplieron 181 años de la aparición de esta gran artista que logró hacerse un lugar entre los pintores impresionistas (Monet, Renoir, Degas…) y exponer con ellos.

La familia Morisot educó a sus tres hijas en las artes de la música y la pintura, siguiendo la tradición burguesa del momento. Tanto Berthe como su hermana Edma destacaron con los pinceles y entraron como copistas en el Louvre en 1858. Su entrada en la École de Beaux Arts estaba prohibida por ser mujeres, pero en el museo pudieron conocer a otros pintores e intercambiar opiniones y puntos de vista.

Uno de sus maestros, Joseph-Benoît Guichard, vislumbró rápidamente el talento de Berthe, así que se vio en la obligación de advertir a su madre: “¿Está usted segura de que no llegará a lamentar el día en el que permitió que el arte entrara en su casa, hoy un lugar respetable y apacible? ¿Se da cuenta de que el arte puede llegar a regir el destino de sus dos hijas?”. Sin duda, eso podía llegar a ser una catástrofe en la vida de una mujer a mediados del siglo XIX. ¡Qué osadía!, pretender ganarse la vida pintando…

Berthe Morisot pintada por su
Berthe Morisot pintada por su hermana, Edma Morisot. Wikimedia Commons

Otro que vio su talento fue el famoso Camille Corot, que influyó en los impresionistas con sus paisajes. Dejó sus cuadros para que las Morisot los copiasen y las invitó a pintar en su casa durante el verano de 1861.

Encuentro con Manet

Las dos hermanas presentaron varios cuadros que fueron aceptados para ser expuestos en el Salón oficial de París en 1864. Este hecho las animó a continuar en su empeño de dedicarse a la pintura profesionalmente.

Mientras copiaba un “Rubens” en el Louvre, Berthe fue presentada al pintor Edouard Manet, a quien admiraba, pues había visto sus pinturas en los Salones parisinos. Corría el año 1868 y ahí empezó una gran amistad que luego se convertiría en relación familiar, ya que el 1874 ella se casó con Eugene Manet, hermano de Edouard. Morisot fue modelo de Manet (la podemos ver, por ejemplo, en su cuadro El Balcón) y fue él quien le presentó a los que después formarían el grupo impresionista. Siempre acompañada de su madre, intercambió con él puntos de vista, opiniones y consejos sobre la pintura y el arte. Cuando Edouard Manet falleció en 1883, Morisot y sus amigos Émile Zola, Stéphane Mallarmé y Marcel Proust organizaron una exposición en su honor.

"El balcón", de Edouard Manet.
"El balcón", de Edouard Manet. Berthe Morisot fue modelo de la figura sentada. Wikimedia Commons

Afortunadamente para Berthe Morisot, el matrimonio no significó el abandono de la pintura, como en cambio sí lo fue para su hermana Edma, quien, al casarse en 1869, dejó los pinceles. La correspondencia entre las dos refleja cómo Edma echaba de menos pintar y cómo tenía envidia (sana) de los éxitos de Berthe: “Tu vida debe ser maravillosa en estos momentos, poder hablar con Degas mientras le ves dibujar, reír con Manet y filosofar con Puvis de Chavannes”.

Los impresionistas

Cuando en 1873 el Salón oficial de París se comportó de forma excesivamente conservadora, un grupo de pintores, cuyos cuadros habían sido rechazados, decidió hacer una exposición por su cuenta. Nacía así el grupo de los impresionistas. Edgar Degas invitó a Morisot a participar. Fue en 1874 y ella presentó cuatro óleos, formando parte pues del gran escándalo que significó esta exposición para los académicos.

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"Vista de París en los alrededores del Trocadero", de Berthe Morisot (1871-73). Wikimedia Commons

Su antiguo maestro Guichard, sin poder entender la modernidad que se presentaba, escribió a la madre: “Como pintor, amigo y médico, yo le recomendaría que (Berthe) fuese al Louvre dos veces por semana, y que permaneciera de pie tres horas frente a Coreggio, pidiéndole perdón por haber intentado expresar en un óleo lo que sólo se puede expresar en una acuarela”. Sin darse cuenta, el pintor tradicional y conservador declara con acierto la técnica impresionista: una pintura al óleo pero rápida y difusa como una acuarela. Pero era demasiado tarde: Berthe se sentía como pez en el agua entre estos pintores a los que la gente tildaba de locos. Nunca más volvió a exponer en los salones tradicionales.

"La cuna", de Berthe Morisot.
"La cuna", de Berthe Morisot. Wikimedia Commons

En la segunda exposición presentó 14 cuadros y así fue consolidándose como pintora impresionista. A partir de 1877, Degas introdujo en el grupo a la americana Mary Cassatt (1844-1926), que se convirtió en inseparable de Berthe. Morisot expuso en todas las exposiciones impresionistas menos en la de 1879, pues acababa de tener a su hija Julie.

Como mujeres, Morisot y Cassatt no podían ir a las tertulias de los pintores en los cafés. Los impresionistas se reunían en el Café Guerbois y, ante la imposibilidad de asistir, Morisot organizó en casa de sus padres un encuentro cada martes en el que podía estar con ellos, discutir sobre arte y enterarse de las últimas novedades de primera mano.

"Delante del espejo", de Berthe
"Delante del espejo", de Berthe Morisot. Wikimedia Commons

El estilo Morisot

Berthe Morisot demostró un gran dominio de la técnica al óleo prescindiendo del dibujo y la línea y construyendo las figuras de sus cuadros a partir de pinceladas gruesas, sueltas. No fue la única técnica que cultivó, pues también realizó pastel, carboncillo y grabados.

En cuanto a temática, dedicó muchas de sus pinturas a interiores domésticos y a la representación de la figura femenina: su madre, su hermana, su hija, sus sobrinos, leyendo, cosiendo, jugando…

También salió a pintar fuera del taller, al aire libre (plein air) como reivindicaban los impresionistas (un buen ejemplo de ello es el bote que Claude Monet utilizaba como atelier). Berthe pintó paisajes y supo captar a la perfección la atmósfera, la luz, el color, los reflejos en el agua… siendo una de las mejores representantes del impresionismo. Además de exponer en París, lo hizo también en Londres, Bruselas y Nueva York.

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"Julie Manet y su labrador", de Berthe Morisot (1893). Wikimedia Commons

Berthe Morisot murió en 1895. El poeta Stéphane Mallarmé, su gran amigo desde 1874, se convirtió en el tutor de su hija Julie, pues Eugene Manet había fallecido tres años antes. El mismo Mallarmé escribió el prefacio del catálogo de la primera exposición póstuma que se le dedicó a la pintora en 1896.

Actualmente, el Musée Marmottan Monet es el que alberga un mayor número de obras de la artista por expreso deseo de la familia: 25 pinturas y 65 acuarelas, así como pasteles y dibujos. También el Museo d’Orsay custodia diez de sus telas. El resto de su obra está diseminada en museos de todo el mundo y en colecciones privadas.

*Judith Urbano Lorente es decana de la Facultad de Humanidades y Dra. en Historia del Arte, Universitat Internacional de Catalunya.

Publicado originalmente en The Conversation

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