Dice que hoy no podría escribir para un diario, pero en los años 60 innovó la práctica de su oficio. Desde ese lugar, contribuyó a la creación del “nuevo periodismo”, un género que combinó crónica y literatura de no ficción, con un estilo directo y preciso basado en la observación atenta de todo lo que sucede en los márgenes. Así dejó su huella en generaciones de periodistas alrededor del mundo. Con su prosa y estilo, Talese y otros colegas como Tom Wolfe, Joan Didion, Norman Mailer, Truman Capote y Hunter Thompson, enriquecieron las páginas de publicaciones como Esquire, New Yorker, Harper’s, pero por sobre todo ampliaron la mirada de sus lectores. Una de sus piezas de aquellos años, “Frank Sinatra tiene un resfrío”, es considerada una obra maestra del periodismo.
Gay Talese nació un 7 de febrero de 1932 en Ocean City, un balneario de la costa de Nueva Jersey. Hijo de sastres italianos, dijo que su oficio lo aprendió en la tienda de sus padres, donde pasaba las tardes observando a la clientela detrás del mostrador. Hizo sus primeras armas en el periodismo deportivo en las páginas del New York Times, en donde trabajó durante una década -de 1956 a 1965- y del que aún se siente parte. Luego comenzó a escribir en la revista Esquire y en otras publicaciones que por entonces eran el sueño de todo cronista por el espacio y el tiempo -y la paga- que ofrecían.
“En aquellos días, los escritores contemporáneos que yo admiraba solían dedicar semanas y meses a la investigación y la organización, a la escritura y a la reescritura, antes de que nuestros artículos fueran considerados dignos de ocupar el espacio de la revista que hoy llenan muchos de nuestros sucesores en una décima parte del tiempo. Y en el pasado, además, las revistas parecían más liberales que ahora en cuanto a los gastos de investigación”, dijo en una entrevista reciente.
Talese es reconocido por sus crónicas memorables sobre figuras de la talla de Sinatra, Muhammad Ali o Joe Di Maggio, pero lo que sobresale de esos trabajos son las sombras de los héroes. También retrató mucho a los personajes anónimos que habitan la ciudad, quienes le despertaban mayor curiosidad. Sus libros abarcan una variedad de temas como el detrás de escena de la redacción de The New York Times (El reino y el poder), la cotidianeidad de la Mafia (Honrarás a tu padre), las costumbres sexuales de los estadounidenses (La mujer de tu prójimo) o la construcción del puente de Verrazano que une Brooklyn con Staten Island y de las Torres Gemelas (El puente). Su obra más reciente es El motel del voyeur (2016), que se vio envuelta en una polémica por su temática -la historia del dueño de un hotel en Colorado que espiaba a sus huéspedes teniendo sexo- y sus métodos.
A continuación, diez máximas sobre el oficio del periodismo que brindó en el marco del festival Basado en hechos reales en 2017.
1- “El periodismo se trata de estar ahí, mirar a la gente, mirarla a los ojos; no creer en lo que te dicen. No hay que creer en lo primero que te dicen. Hay que preguntar una, dos, tres veces, cuatro veces. Siempre hacerlos parte de la conversación”.
2- “Yo como periodista soy, en primer lugar, paciente, de movimientos lentos, deliberado, y cuando hago una pregunta y me dan una respuesta, no la acepto, pregunto: ‘¿qué quisiste decir con esto, qué con aquello?’ Vuelvo sobre las cosas, empiezo un diálogo”.
3- “En mi formación, a mí siempre me dijeron: no queremos que la atención recaiga sobre el periodista; nosotros no hacemos las noticias, nosotros las cubrimos. No quiero hacer una crítica, pero también me gustaría decir que como viejo ciudadano del periodismo estoy preocupado por la profesión. Creo que perdió parte del orgullo con el que yo me identificaba cuando me estaba formando. En el periodismo actual es difícil saber quién es el periodista. Tenemos tanta gente alrededor con smartphones y cámaras y cierto tipo de ‘credencial’ sobre sus carreras. Blogueros, lo que sea. Y estos periodistas están interesados en crear noticias, en crear situaciones ‘visuales’, que llamen la atención”.
4- “Los periodistas hoy son como una especie de hormigas picoteando a un solo elefante. Y nos estamos perdiendo historias importantes, porque el espacio es limitado”.
5- “Como lector, ya no leo más política, estoy cansado de ella, aburrido. Leo la sección cultural, la sección literaria, la de deportes”.
6- “El periodismo deportivo es el único periodismo honesto que existe. Yo fui periodista deportivo. Lo que me gusta de este periodismo es que no están permitidas las mentiras. En política todo es mentira. En el deporte no hay mentira porque escribes sobre lo que ves.”
7- “En política solo tenemos rumores de fuentes anónimas. La política hoy se trata de fuentes anónimas”.
8- “El periodismo se desarrolla y prospera a partir de los errores. Se desarrolla cuando la gente no dice exactamente lo correcto. Se desarrolla cuando la gente no hace lo correcto. Los periodistas se han situado a sí mismos en un escenario de corrección política y santurronería, y tenemos una especie de Inquisición”.
9- “Los periodistas actuales no tienen ninguna tentación por ser reconocidos como estilistas de la prosa, como narradores con las técnicas de los escritores de ficción”.
10- “El primer consejo que le daría a un joven periodista es leer ficción. Le diría que no lea periodismo, que lea a los grandes escritores; a los rusos, a los franceses, a los españoles. Escritores de ficción o poetas o ensayistas. No lean periodismo, menos ahora, que se perdió toda pretensión literaria”.
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