Después de Nada se opone a la noche, De Vigan entró a mi lista de favoritas. Aquella fue una novela que me impactó por su complejidad, las miles de capas que la construyen, lo sólida que es esa mixtura documental edificada sobre herramientas de la ficción. Las gratitudes es entonces un libro esperado y deseado, el último en traducirse de esta escritora francesa que nació en 1966.
La novela se apoya en la alternancia de voces de Jérôme y Marie: el hilo que van tejiendo juntos, sin conocerse, va a dar su última puntada al final. Mientras tanto ellos son la única compañía de Michka, una mujer que de niña sobrevivió a la ocupación alemana gracias a que su madre la dejó en una casa al azar, de gente desconocida para ella, que la cuidó durante tres años. Cuando Michka envejece y empieza a fallar su relación con el lenguaje y los recuerdos se hicieron vívidos, quiere buscarlos para darles las gracias.
Jérôme y Marie van a ser claves en esa búsqueda, y en ella se trenza el miedo a lo desconocido (que es la vejez pero también la muerte, los hijos y los vínculos amorosos) y la importancia (relativa) de las palabras para dar sentido a las identidades cuando se van apagando.
* Flor Monfort es periodista, escritora, autora de Luna Plutón (Caleta Olivia), Las rusas (Rosa Iceberg) y Quiero estar con vos (Caleta Olivia). Coordina talleres de lectura y escritura.
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