La literatura infantil y juvenil proporciona múltiples posibilidades metodológicas que permiten abordar, desde perspectivas diversas, la construcción cultural y la creación de modelos rígidos arbitrarios que generan desigualdades ya desde la infancia.
Una de las sagas que, en las últimas décadas, han tenido más relevancia dentro de esta literatura ha sido la de Harry Potter, de J. K. Rowling. Su éxito, acrecentado por el que tuvieron los libros al llevarlos al cine, hizo que se convirtieran en obras con una gran influencia e impacto en el público infantil y juvenil, siendo todo un fenómeno de masas que generaba interminables colas para hacerse con los nuevos volúmenes que salían o que daba pie a reuniones o estudios solo con su temática.
Desde la piedra filosofal
Si se tiene en cuenta esta influencia y la premisa de la que se partía, analizar, desde una perspectiva de género, cuáles pueden ser los posibles estereotipos de esta índole que aparecen en la obra, tanto en sus diálogos como en sus descripciones, puede aportar datos interesantes para abordar con el público más joven. Para ello, y teniendo en cuenta que es el volumen en el que se presenta a los personajes protagonistas, se tomará el primero de la saga: Harry Potter y la piedra filosofal.
El diálogo, en esta obra, se emplea de forma constante para darle más realismo a la historia, al tiempo que involucra más directamente en la acción al público lector. Es, a través de ellos y de descripciones, como la autora va presentando a los protagonistas de la historia.
No hay una única opinión sobre la caracterización de Hermione y Harry. En algunos estudios se considera que Rowling supo crear unos personajes que, dependiendo de la circunstancia, asumen roles activos o valientes, lo que hace que Hermione posea características que superan los tradicionales roles de género.
Sin embargo, son muchas más las investigaciones en las que se apunta que con el personaje de Hermione la autora creó a una chica que en el fondo necesita ser salvada, o unas profesoras de Howgarts que nunca llegarán a ser tan sabias como Dumbledore.
Hablando de Hermione
Es cierto que, en muchas ocasiones, Hermione no puede considerarse un estereotipo femenino positivo porque no aparece ni tan fuerte ni tan segura de sí misma como sería deseable y eso, además, se le achaca a su carácter y a su falta de control emocional, que se presentan como signos de debilidad frente a la supuesta entereza o control de Harry o Ron. Este rasgo se señala como algo recurrente en la obra de Rowling, que usa un discurso y una terminología más vinculados a lo racional para los personajes masculinos, mientras que para los femeninos suele ligarlos a lo emocional e irracional.
En Harry Potter y la piedra filosofal, J. K. Rowling deja claro, desde el inicio, que Hermione es mucho más estudiosa e inteligente que Harry y Ron, y esto le supone el rechazo de sus compañeros, que no la incluyen hasta que necesita ser salvada del trol. Es entonces cuando, una vez mostrada y demostrada la debilidad de la joven, pasa a ser parte del grupo: “(…) Desde aquel momento Hermione Granger se convirtió en su amiga” (Rowling, 2000: 151).
Esta acción reproduce lo que Marta Roqueta denomina el tropo de la dama en peligro, que nos explica cómo esa joven que parecía tan segura y que era tan inteligente necesita la protección y el cuidado del personaje masculino de la historia que, de esta forma, recupera su protagonismo, dejando a Hermione como una compañera del verdadero héroe que es Harry Potter.
Este tipo de caracterización se vincula también con lo que otros autores llaman el “Síndrome de Trinity” y que muestra cómo en la literatura infantil y juvenil actual aparecen personajes femeninos muy competentes, inteligentes y valientes que hacen que sea más dificultoso encontrar los sesgos de género y que esconde, en realidad, una trampa, ya que estas jóvenes aparecen de forma activa y por ello, cuando comenten errores, necesitan la intervención del personaje masculino y esto las posiciona, de nuevo, en inferioridad con respecto a ellos.
Conclusiones
Pese a esta caracterización del personaje de Hermione frente al de Harry, se puede observar que esta obra muestra los avances que se están produciendo en la composición de obras de literatura infantil y juvenil con respecto a “la superación de los géneros y la búsqueda de la igualdad”. No hay apenas referencias que aludan a estereotipos físicos, y a Hermione se la caracteriza como una chica inteligente y decidida, aunque esto sea una sutil trampa que hace que después el personaje aparezca como dependiente de Harry.
Harry Potter forma ya parte del imaginario colectivo de las últimas generaciones. Por ello, abordarlo desde una perspectiva de género es clave para destruir estereotipos que generan y acentúan la desigualdad.
*Lucía Rodríguez Olay es Profesora Asociada de la Facultad de Formación del Profesorado y Educación en el Departamento de Ciencias de la Educación área de Didáctica de la Lengua y la Literatura, Universidad de Oviedo
Publicado originalmente en The Conversation
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