Anticipo de “Solo nosotros: Una conversación estadounidense”, de Claudia Rankine

Este ensayo de corte cotidiano integra el nuevo libro de la poeta y autora jamaicana, sobre el estado de situación de las relaciones raciales en los Estados Unidos del siglo XXI

"Solo nosotros: Una conversación estadounidense" (Eterna Cadencia), de Claudia Rankine

Alto

Mientras voy en busca de mi abrigo, me detengo en el pasillo de la casa de otra persona y en ese momento un hombre se acerca para decirme que piensa que su mayor privilegio es su altura. Hay un debate sobre quién es el más alto, y en este momento está bloqueando pasivamente el paso, así que sí. Pero quién es mejor no importa. Como era de esperar, digo, creo que tu blanquitud es tu mayor privilegio. Al escucharme, pivota y me informa que, a diferencia de otros blancos que le han confesado que les tienen miedo a las personas negras, él se siente cómodo con ellas porque jugaba al básquet. No dice con hombres negros porque eso está implícito. No sé por qué razón, salvo, quizás, siguiendo la lógica ridícula de que si te gusta tanto algo, bien podrías casarte con eso, le pregunto, ¿estás casado con una mujer negra? ¿Qué?, dice, no, mi esposa es judía.

Después de una pausa, agrega, ella es blanca. No le pregunto por sus amigos más cercanos, sus colegas, sus vecinos, los amigos de su esposa, sus instituciones, nuestras instituciones, el racismo estructural, el racismo armado, el racismo ignorante, el racismo internalizado, el prejuicio inconsciente… Simplemente decido, ya que nada más sucede, ya que no hay ninguna nueva interacción social, ni se producen nuevas declaraciones de su parte o de la mía, ya que ambos estamos dentro de fantasías predeterminadas, simplemente decido dejar de inclinar la cabeza para mirar hacia arriba.

Protesta del movimiento Black Lives Matter en Huntington Beach, California, Estados Unidos (Reuters/ Ringo Chiu)

Nuevamente he alcanzado el límite de la espera. ¿Qué dijo la teórica Saidiya Hartman? “Educar a los blancos sobre el racismo ha fracasado”. ¿O era que “los pasillos son zonas liminales en las que no deberíamos dejar de ver lo que es posible”? De cualquier manera, y aun así, durante todo el camino a casa, la imagen del hombre alto permanece en mi mente de forma ineludible. Y luego llega la cita de Hartman que estoy buscando: “Una de las cosas que creo que es verdad, que es una forma de pensar sobre la vida después de la muerte de la esclavitud con respecto a cómo habitamos el tiempo histórico, es la sensación de enredo temporal, donde el pasado, el presente y el futuro no son discretos y aislados el uno del otro, sino que vivimos la simultaneidad de ese entrelazamiento. Esto es casi de sentido común para la gente negra. ¿Cómo se narra eso?”. Su pregunta es un aro que nos rodea.

SEGUIR LEYENDO