Un libro para la reposera: “Las aventuras de la China Iron”, de Gabriela Cabezón Cámara

Durante el verano, diferentes personalidades de la cultura, el espectáculo, la sociedad y la política recomiendan lecturas para disfrutar en los días de descanso

"Las aventuras de la China Iron” (Literatura Random House), de Gabriela Cabezón Cámara, recomendado por Julia Coria

En la playa hay vendedores ambulantes, chicos que se pierden y despiertan masivos aplausos, silbidos de los guardavidas, parlantes furtivos, juegos de paleta, perros mojados; arena en todas las cosas y la humedad de los toallones diseminada en los bolsos. Me pregunto cómo es que somos capaces de leer en un lugar así. Es cierto que la oportunidad de descanso multiplica las ocasiones de lectura, pero no puedo imaginar un hábitat más hostil ¿Cómo es que logramos leer en la playa? El mérito no es nuestro sino de los autores y autoras que consiguen abducirnos con sus textos, que la música de las páginas suene más fuerte que la de los paradores, que sus aromas resulten más cautivantes que el de los churros, que la frescura de sus paisajes sea, al menos por un rato, más atractiva que el mar.

Las aventuras de la China Iron de Gabriela Cabezón Cámara es una seria competencia a cualquier cosa que la más bella playa paradisíaca tenga para ofrecer. Cuenta las peripecias de quien fuera la mujer del gaucho Martín Fierro una vez que se queda sin él, lo que es decir sola (aunque aún con los hijos), lo que será decir, novela mediante, libre. El camino de la China comienza cuando se sube al carro de una inglesa que va llanura adentro por motivos propios, una especie de road movie pampeana en la que, adentrándose en escenarios telúricos completamente desestereotipados descritos en XD, las dos mujeres van al encuentro del deseo. Con el libro en mis manos estuve con ellas bajo un cielo estrellado como no lo vi nunca, me excité con sus besos, me dejé emborrachar.

Lo que hace Gabriela con algunas de las figuras más emblemáticas del panteón de hombres (onvres) de la patria (el propio Fierro, el propio Hernández) tiene un tinte lúdico-reparatorio que me hace sugerir este libro no solo para la reposera sino también para el aula: el día en que ingrese al canon literario escolar habremos comenzado a cambiar el mundo.

* Julia Coria es socióloga, escritora y tallerista. Su novela Todo nos sale bien va por su cuarta reimpresión, y se acaba de reeditar su primer libro de cuentos, Permiso para quererte.

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