Los 40 mejores libros de no ficción de 2021

En esta nota, una selección de las obras más destacadas del año: crónicas, biografías, diarios, cartas, cómics, compilaciones de artículos, entrevistas y ensayos literarios

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¿Cuáles son los 40 mejores
¿Cuáles son los 40 mejores libros de no ficción de 2021?

Biografías, memorias, compilaciones de artículos, epistolarios, comics, entrevistas, investigaciones históricas, memoirs, libros sin género definido. La no ficción puede adoptar muchas formas. Y esta lista, algo caprichosa, recorre los que se publicaron en 2021. La lista de todos los años, con las aclaraciones de siempre. Es un juego, un catálogo de entusiasmos, de pasiones lectoras. Predominan las obsesiones de su autor: los libros sobre escritores y sobre la escritura, los de música, los epistolarios. Faltan muchos otros. Los que el autor no pudo leer, los que escapan a su zona de interés (los libros científicos, los políticos, y tantos otros), los que salieron en las últimas semanas y tantos más. Este año de pandemia se han editado excelentes libros de no ficción. Estos son algunos de ellos:

40) Sin disfraz. Federico Moura: entrevistas esenciales. Damián Carcacha (compilador) (Vademecum)

"Sin disfraz. Federico Moura: entrevistas
"Sin disfraz. Federico Moura: entrevistas esenciales" (Vademecum), Damián Carcacha (compilador)

La editorial Vademecum está armando un gran catálogo de libros musicales. El año pasado integró esta lista el García, de Riera y Sánchez y sus diálogos con Charly a lo largo de 15 años. Este año también editaron el tomo 2 de Luisito, de Jorge Kasparian; conversaciones con músicos y personajes vinculados a Luis Alberto Spinetta, que supera largamente a la primera entrega, ya que estos diálogos, en vez de ser transcripciones de charlas radiales, fueron realizados especialmente para el libro, lo que le da mayor cohesión y elimina dispersiones. Sin disfraz recopila entrevistas a Federico Moura. Seis años de apariciones públicas con toma de postura política, definiciones estéticas e historias. Un trabajo arqueológico necesario para entender a una figura clave del rock nacional de los ochenta. El primer capítulo, una historia oral elaborada por Carcacha, en el que se reconstruye la vida de Federico antes de Virus, es muy interesante.

39) Escribir en el agua: Cartas (1930-1992). John Cage (Caja negra)

"Escribir en el agua: Cartas
"Escribir en el agua: Cartas (1930-1992)", de John Cage (Caja negra)

Este año hubo varios epistolarios de creadores que llegaron a las librerías. El de las cartas personales es un género que a fuerza de tecnología –llamadas absolutamente accesibles, videollamadas, whatsapps, han hecho envejecer hasta al mail–está destinado a extinguirse. En esta correspondencia mantenida a lo largo de más de seis décadas vemos las obsesiones de Cage, su evolución y cómo se contactaba con su época y lo que sucedía a su alrededor. A través de las cartas se descubre cómo durante la segunda mitad del siglo XX la música se fue transformando en otra cosa. Morton Feldman, Pierre Boulez, McLuhan, los Beatles, Mao, los problemas de cómo un artista se gana la vida, los dolores personales y los debates culturales de esos años aparecen en estas páginas como interlocutores o como temas. En esta colección, Caja negra reeditó Ningún lugar adonde ir, los extraordinarios diarios de Jonas Mekas.

38) Hitler y las teorías de la conspiración: El Tercer Reich y la imaginación paranoide. Richard J. Evans (Crítica)

"Hitler y las teorías de
"Hitler y las teorías de la conspiración: el Tercer Reich y la imaginación paranoide" (Crítica), de Richard Evans

En 2021 se publicaron dos libros del gran investigador inglés. El otro es una profusa biografía de Eric Hosbawn. En este, Evans, con gran rigor y una variedad enorme de fuentes se interna en cinco mitos del nazismo y los demuele con paciencia y argumentos. Desde Los protocolos de los Sabios de Sion al vuelo de Hess, de la quema del Reichstag a la fuga de Hitler y su vida en la Argentina. En cada uno de los casos busca el origen del rumor, rastrea la manera en que se difundió y los ataca hasta hacerlos sucumbir con un cúmulo de pruebas contundentes. Evans también analiza por qué esta época es tan fértil para las teorías conspirativas, por qué son muchos los que prefieren creer esas versiones alternativas y paranoides y basarse en sus ganas y creencias antes que en los hechos y pruebas. También indaga en el motivo por el cual los temas relacionados con el nazismo siguen generando interés.

37) Buenos Aires en pelotas. Gustavo Sala (Sudamericana)

“Buenos Aires en pelotas” (Sudamericana),
“Buenos Aires en pelotas” (Sudamericana), de Gustavo Sala

¿Un libro humorístico en la lista? ¿De viñetas? Por supuesto, ¿por qué no?

Ya desde el título Sala muestra el linaje de esta obra, el Buenos Aires en camiseta, de Calé. También cómo se para ante él. Sin solemnidad, con mucha gracia en la mayoría de los casos, con una mirada de rayos X, Sala disecciona a la ciudad y a sus habitantes. Incómodo, inteligente, más sutil de lo que parece a simple vista, Buenos Aires en pelotas se suma a esa tradición no tan profusa de libros que describen la ciudad. Las pizzerías, las librerías de Corrientes, el transporte, los taxis, los mitos, la gente: una radiografía en clave cómica. Una mirada ácida (o en ácido) de lo porteño. Tal vez ese tono cáustico y potente y las risas que provoca hacen más digerible lo que Sala ve y nos muestra.

36) Un minuto cuarenta y nueve segundos. Riss (Libros del Zorzal)

"Un minuto cuarenta y nueve
"Un minuto cuarenta y nueve segundos" (Libros del Zorzal), de Riss

La historia del atentado contra la redacción de Charlie Hebdo visto desde dentro. Riss es el director de la revista y uno de los que fue alcanzado por las balas de los terroristas pero logró sobrevivir. Según sus palabras no es sobreviviente ni víctima, es inocente. Él divide la cuestión entre los culpables y los inocentes. No solo cuenta la mañana trágica de ese 7 de enero, sino que Riss, sin caer en el lamento, en el grito vengativo, en la súplica autocondescendiente, reflexiona sobre la libertad de prensa, sobre la autocensura y sobre cómo la sociedad ha aceptado que muchas de sus libertades se restrinjan. Del Zorzal publicó varias obras de autores franceses en este sentido, libros de gran valor, valientes y que se obligan a pensar fuera de la norma: Generación ofendida, de Caroline Fourest, y Reflexiones sobre la cuestión antisemita, de Delphine Horvilleur.

35) Vida, obra y milagros de Marcelo Fox. Matías Raia y Agustín Conde de Boeck (Borde Perdido Editora)

“Vida, obra y milagros de
“Vida, obra y milagros de Marcelo Fox” (Borde Perdido Editora), de Matías Raia y Agustín Conde de Boeck

Una biografía de un poeta que era solo un nombre y dos libritos perdidos, que era personaje secundario en obras de Fogwill y Laiseca, que era un ítem más en la enumeración de los beats locales. Raia y Conde de Boeck van tras este fantasma y lo traen a la vida. ¿Era genio o tan solo un loco? ¿Un provocador? ¿Un nazi? A su leyenda se suma una muerte trágica, debajo de un tren. “Siempre digo que Fox no tenía ningún talento: tenía exclusivamente genio, nada más que genio, solo genio”, dijo Laiseca sobre él.

34) Amor crónico: Talking Heads / Tom Tom Club/ Tina. Memorias de Chris Frantz (Libros del Kultrum)

“Amor crónico: Talking Heads /
“Amor crónico: Talking Heads / Tom Tom Club/ Tina. Memorias de Chris Frantz” (Libros del Kultrum), de Chris Frantz

El baterista y fundador de Talking Heads, Chris Frantz narra sus días en la banda. También, por supuesto, cuenta sobre Tom Tom Club, su otro grupo, y sobre su matrimonio con Tina Weymouth (integrante de las dos bandas). Chris y Tina forman una de las bases rítmicas más famosas del rock. Los años del CBGB, los primeros discos de los Talking Heads, David Byrne, la aparición de Eno como productor, la película Stop Making Sense, la manera en que los egos van comiendo los cimientos de una de las grandes bandas de los ochenta, cómo es integrar un grupo de rock con su esposa, el proyecto paralelo con el Tom Tom Club, la disolución tras las peleas con Byrne. Los capítulos dedicados a la vida en el underground de Nueva York y a los primeros discos hasta Remain in Light son los que mayor interés generan. Una objeción: la traducción repleta de ripios no hace sencilla la lectura.

33) Mi madre ríe. Chantal Akerman (Zindo y Gafuri)

“Mi madre ríe” (Zindo y
“Mi madre ríe” (Zindo y Gafuri), de Chantal Akerman

Una hija escribiendo sobre su madre. Un gesto, un género, un hábito que brindó uno de los libros del año, El corazón del daño, de María Negroni (esta lista es laxa en cuanto al concepto de no ficción, pero le faltó coraje para incorporar al de Negroni como parte del género). Chantal Akerman, la cineasta belga, habla en estas páginas de su madre. “La escucho reír. Se ríe por nada. Esa nada, es mucho. También a veces por la mañana, se ríe. Se levanta cansada pero se levanta y empieza el día”, escribe. También habla de su familia, de ella, de las mujeres que amó. Un texto que alterna la ternura con lo inquietante, que es emotivo pero preciso. Hay algo implacable cuando habla de ella misma, cuando se describe como una nena vieja que nunca supo crecer. Páginas que leídas a la luz (o a la sombra) de su final se interpretan de manera diferente.

32) Siempre estoy llegando: El legado de Aníbal Troilo. Javier Cohen y Fernando Vicente (Libros Del Zorzal)

"Siempre estoy llegando: El legado
"Siempre estoy llegando: El legado de Aníbal Troilo" (Libros Del Zorzal), de Javier Cohen y Fernando Vicente

Una obra notable sobre uno de los grandes de la cultura popular argentina. El paso del tiempo tiende a borrar la magnitud que tuvo Troilo durante casi cuatro décadas. La bibliografía sobre él no es demasiado abundante. Cohen y Vicente trabajan sobre dos ejes. Por un lado analizan cada una de sus grabaciones y muestran cómo se construyó su obra. Por el otro recorren su vida (un personaje extraordinario, una catedral porteña) y las distintas etapas musicales que tuvo su carrera. Pichuco se merecía una obra actual escrita a la luz de su música y de su influencia en la música popular pero sin el aura de mitificación que suele rodear su figura.

31) El Flaco: Un retrato de Ricardo Zelarrayán. Inés Busquets (Entre Ríos)

“El Flaco: Un retrato de
“El Flaco: Un retrato de Ricardo Zelarrayán” (Entre Ríos), de Inés Busquets

Un viaje a un misterio, a un mito, a un poeta que es nombrado pero no tan leído que perduró a través de los testimonios de los más jóvenes. Inés Busquets construye una excelente biografía de Zelarrayán. Se interna en su vida y en su obra. Lee sus textos, bucea en sus papeles privados y cartas, escucha a los que lo conocieron, recorre sus circunstancias biográficas. Y reconoce en esos apartados de digresiones también lo imposible de la empresa “escribir una biografía”: “Escribir sobre Zelarrayán es inabarcable. Es una red infinita. Es Joyce, es Macedonio otra vez. Siempre vuelve esa figura excéntrica que no se deja escribir”. O en categorías del propio poeta: Zelarrayán es una lata difícil de peinar.

En la misma colección, y también con una preciosa tapa de María Luque, Walter Lezcano publicó un abordaje sobre César Aira.

30) Wilcock. Adolfo Bioy Casares (Emecé)

"Wilcock" (Emecé), de Adolfo Bioy
"Wilcock" (Emecé), de Adolfo Bioy Casares. Edición al cuidado de Daniel Martino

No es el Borges de Bioy. Imposible que lo sea. Wilcock no es Borges y Bioy no tuvo la misma relación (y admiración) con los dos. Lo que es similar es el mecanismo. Daniel Martino extracta de los diarios de Bioy todas las menciones sobre el escritor argentino que se radicó en Italia. A eso le suma la correspondencia entre ambos. Desde la amistad inicial con Silvina hasta la muerte en Italia y el dolor que lo provoca a ABC. Vacaciones en Mar del Plata, viajes a Roma, peleas, indiscreciones, gestiones para publicar la obra de ABC en Italia, Silvina como amiga y como esposa y muchas cosas más. Es desparejo, no tiene momentos geniales como el Borges, pero es un aporte más para conocer a un escritor necesario como J.R. Wilcock.

29) El ocaso de la democracia: La seducción del autoritarismo. Anne Applebaum (Debate)

“El ocaso de la democracia:
“El ocaso de la democracia: La seducción del autoritarismo” (Debate), de Anne Applebaum

La escritora polaca ganadora de varios premios internacionales por sus monumentales investigaciones sobre la Gran Hambruna y sobre los Gulag, publicó hace un par de años una larga nota sobre cómo “la grieta” afectó sus relaciones en Polonia. Y cómo la discusión pública se fue erosionando hasta hacerse imposible. Con este trabajo, que casi no circuló en América Latina todavía, ahonda en la cuestión. Es lúcida e implacable. No teme polemizar, pero ninguna de sus argumentaciones es lanzada al viento alegremente. Brinda argumentos, fundamenta con pasión, utiliza su historia personal para mostrar el devenir de los hechos. La gran pregunta que se hace es cómo ese grupo de personas que celebró junta la caída del comunismo se pudo separar tanto. Su blanco favorito son los nacionalismos reaccionarios que atentan contra la esencia democrática de las naciones occidentales y que se permiten todo tipo de excesos, infracciones y delitos en nombre de un bien superior que nunca llega a los ciudadanos comunes.

28) «The Paris Review»: Entrevistas (1953-2012). Autores varios (Acantilado)

“«The Paris Review»: Entrevistas (1953-2012)”
“«The Paris Review»: Entrevistas (1953-2012)” (Acantilado), de Autores varios

En dos tomos monumentales, Acantilado compiló decenas de entrevistas de la revista The Paris Review a los más grandes novelistas, cuentistas, poetas, dramaturgos, guionistas y críticos de las últimas seis décadas. La enumeración se hace imposible. Todos los grandes nombres están en estas páginas.

Entrevistas exhaustivas e imbatibles sobre el oficio. Sobre cómo trabajan, cómo crean (pocos géneros más interesantes que el de alguien articulado hablando sobre su actividad, explicando cómo la lleva a cabo: desde las conversaciones del Actor’s Studio a un carpintero que cuenta como trabaja la madera y crea un mueble). No es un libro editado este año pero recién ahora circuló en Argentina. La edición es cara pero hermosa (el autor de esta nota cambió de década este año y la familia en honor al número redondo le hizo este gran regalo). Muchas de estas conversaciones se consiguen en la colección que editó en los noventas El Ateneo y se pueden comprar todavía en saldo o en librerías de usados.

27) Iluminada. Mary Karr (Periférica y Errata Naturae)

“Iluminada” (Periférica y Errata Naturae),
“Iluminada” (Periférica y Errata Naturae), de Mary Karr

Mary Karr es casi desconocida en el mundo de habla hispana. En Estados Unidos es un enorme best seller. Su género son las memoirs. Es una de las grandes exponentes de este –hasta publicó un pequeño tratado sobre cómo escribir escritos personales: The Art of Memoir–.

Hace unos años se publicó en español El club de las mentirosas, el libro que marcó su despegue. En Iluminada Karr nos cuenta su lucha contra el alcoholismo. Y lo hace con verdad, sentido del humor y esquivando la autocondescendencia. Pero como todos los grandes libros habla de muchas otras cosas: de la pareja, del amor, de la maternidad, del dolor, de los infiernos personales. El comienzo, esa carta abierta a su hijo, planta el tono del texto y se asegura que el lector ya no soltará Iluminada hasta llegar al final.

26) Hay cosas peores que estar solo. Federico Anzardi (Gourmet Musical)

"Hay cosas peores que estar
"Hay cosas peores que estar solo" (Gourmet Musical), de Federico Anzardi

Año a año esta lista se llena de libros y merecidos elogios a la labor de Leandro Donozo y su editorial Gourmet Musical. 2021 no fue la excepción. Alimentó el catálogo con el libro de Abel Gilbert sobre la música y la ESMA, el de Nicolás Igarzábal sobre los discos grabados en los Estudios Panda y otro de Abel Gilbert junto con Pablo Alabarces sobre Palito Ortega (que parece muy prometedor pero que este cronista no llegó a leer todavía). También completó un trabajo monumental con el segundo tomo de Esta noche toca Charly, el recorrido por todas las presentaciones en vivo de García, aunque los años del volumen 2 sean los del descontrol, la enfermedad y las actuaciones erráticas (los primeros ejemplares se vendían con un mapa ilustrado que es una pequeña maravilla).

Pero vayamos a este libro de Anzardi, que se mete de lleno en el disco maldito de Fito, en Ciudad de pobres corazones. Está la cuestión policial con el asesinato de la tía y la abuela de Páez, los tiempos de oscuridad personal, la composición de los temas (entre ellos, “Ámbar Violeta”, tal vez lo mejor de Páez), la grabación, las repercusiones mediáticas. La historia detrás de un gran disco merecía ser contada en un gran libro.

25) Autorretrato. Celia Paul (Chai Editora)

"Autorretrato" (Chai Editora), de Celia
"Autorretrato" (Chai Editora), de Celia Paul

El último libro del año de Chai mantiene el milagroso nivel del resto de sus publicaciones. Es el libro número 14 que editaron desde su aparición. Autores fuera del canon, en los márgenes, que no son traducidos por los grandes grupos y que se han vuelto imprescindibles en poco tiempo, como Peter Orner, Ammy Fusselman o Deborah Einsenberg. Especializados en ficción, tienen en su catálogo algunos títulos de no ficción. Estas memorias de la artista plástica Celia Paul muestran la escena artística londinense de los ochenta, su relación con Lucien Freud, sus comienzos en el ambiente de la pintura, pero principalmente hablan del lugar de la mujer en ese mundo en el que se supone que desbordado de artistas, la sensibilidad será mayor pero ocurre lo contrario. Habla de las dificultades por abrirse paso, por ser respetada, por ser algo más que la mujer de, por poder ejercer la maternidad y al mismo tiempo su vocación artística.

24) El Método Borges. Daniel Balderston (Ampersand)

"El Método Borges" (Ampersand), de
"El Método Borges" (Ampersand), de Daniel Balderston

Siempre hay un Borges nuevo. En este caso es la obra de alguien que se pasó más de cuatro décadas estudiando su obra y que intenta desentrañar sus procesos de escritura a través del trabajo sobre los manuscritos. Analiza correcciones, reescrituras, coteja versiones, reinterpreta tachaduras, busca el origen de citas para determinar si se tratan de atribuciones apócrifas o reales. Una labor detectivesca y fascinante. Otro Borges que apareció este año fue Borges: el misterio esencial que reúne sus charlas en las universidades norteamericanas (y en la TV) en sus años finales, cuando ya era Borges Superstar. A fin de año, Martín Hadis, el traductor y responsable de las notas de este último volumen, publicó una biografía (todavía pendiente de lectura) sobre Leonor Acevedo, la madre del autor argentino.

23) Formas propias: Diario de un cuerpo en guerra. Matías Fernández Burzaco (Tusquets)

“Formas propias: Diario de un
“Formas propias: Diario de un cuerpo en guerra” (Tusquets), de Matías Fernández Burzaco

Matías Fernández Burzaco es muy joven y padece fibromatosis hialina, una enfermedad que transforma su cuerpo. Formas propias es de una contundencia apabullante. Es honesto, valiente, tiene humor. Fernández Burzaco cuenta lo que nadie puede contar. Lo hace sin afectación, sin velos y con una potencia extraordinaria. Dolores, padecimientos, la mirada ajena, amores, erotismo, amistad, soledad. A nada le escapa el autor, que sostiene el ritmo en cada página que narra su historia, una historia excepcional en un cuerpo excepcional.

22) Yoga. Emmanuel Carrère (Anagrama)

"Yoga" (Anagrama), de Emmanuel Carrère
"Yoga" (Anagrama), de Emmanuel Carrère

Uno de los libros más esperados y discutidos del año. Lo que empezó tratando de ser un pequeño y apacible libro sobra el yoga se transformó en otra cosa devorado por el tsunami de la vida personal del autor. ¿Cuál es el truco de Carrère para mantenernos pegados al libro sin importar lo que cuente? Su habilidad narrativa es extraordinaria. Aquí enfrenta una restricción. La ex esposa le prohíbe escribir sobre ella y sobre su separación. Hay que adivinar lo que falta. Este veto y el colapso personal de Carrère convierten a Yoga en una obra más deshilachada, con menor cohesión, que el resto de sus trabajos, pero que igual logra atraer nuestra atención y fascinarnos con sus procedimientos narrativos.

21) La obligación de ser genial. Betina González (Gog y Magog)

"La obligación de ser genial"
"La obligación de ser genial" (Gog y Magog), de Betina González

Una compilación de ensayos literarios que van contra la corriente. El primero de ellos, que habla de la emoción en la literatura y la opone a lo sentimental, es asombroso. Está construido delicadamente, y cada uno de sus argumentos es bello y convincente. Todos aquellos que dan talleres literarios, todos aquellos que desean escribir (sobre lo que sea) harían bien en leerlo. Habla también del oficio de escritor, de las dificultades que enfrenta ante la página, de la lengua, de la construcción de ficciones y de la otra parte: los viajes, las conferencias, lo que se hace mientras no se escribe.

20) Palabras en el aire. Elizabeth Bishop y Robert Lowell (Vaso Roto)

"Palabras en el aire" (Vaso
"Palabras en el aire" (Vaso Roto), de Elizabeth Bishop y Robert Lowell

Un año de grandes epistolarios. Además del de John Cage, están las cartas de Bukowski sobre el oficio de escribir, La enfermedad de escribir, y las de Walsh con Donald Yates. Este libro hermoso y contundente (más de mil páginas) compila la correspondencia de los dos poetas a lo largo de treinta años, de 1947 a 1977. Allí hablan de todo. De sus vidas y amores, de la enfermedad mental de Lowell, de sus colegas, de sus obras. Contiene también una de las grandes cartas entre escritores de la historia. Lowell había publicado El delfín, un poemario consagratorio. Pero en sus sonetos había utilizado citas de las cartas de su ex esposa, Elizabeth Hardwick. Bishop le dice que el libro es extraordinario, pero con una honestidad notable le reprocha (lo acusa de cruel) que haya traicionado de esa manera la confianza de su ex esposa. Luego de una serie de argumentos desplegados con firmeza, plantea en una frase uno de las grandes debates éticos de la escritura: “El arte simplemente no vale tanto”, dice.

19) ¿Cómo fue que todo salió bien? Al Alvarez (Entropía)

“¿Cómo fue que todo salió
“¿Cómo fue que todo salió bien?” (Entropía), de Al Alvarez

Los libros de Al Alvarez tardaron en llegar al español. Hasta hace unos años solo se conseguía su extraordinario El Dios salvaje, el estudio sobre el suicidio y sobre Sylvia Plath. En el último tiempo todas sus obras se tradujeron y circulan. Hace un tiempo se publicó su diario de nadador, En el estanque, y el libro dedicado a la noche. Este año le tocó el turno a Alimentar a la bestia (Libros del Asteroide) sobre alpinismo y sobre la vida de Mo Anthoine. Y a sus memorias, un grueso volumen en el que recorre su vida. No teme mostrar sus debilidades mientras vemos cómo se construye el hombre de letras. Pero sin dudas lo más interesante de esta autobiografía son sus encuentros (y los perfiles correspondientes) con los grandes poetas de buena parte del siglo XX: Plath, Hughes, Berryman, Lowell y muchos otros.

18) Cómo ordenar una biblioteca. Roberto Calasso (Anagrama)

“Cómo ordenar una biblioteca” (Anagrama),
“Cómo ordenar una biblioteca” (Anagrama), de Roberto Calasso

Una compilación de ensayos del italiano Roberto Calasso, acaso el editor más importante de los últimos cincuenta años. El que da título al libro es un canto de amor a los libros: “El libro, como la cuchara, pertenece a esa clase de objetos que son inventados de una vez y para siempre”. Habla en estos ensayos breves de bibliotecas, de colecciones, de librerías, de revistas literarias, de reseñas y del mercado del libro, y nos da también una gran excusa a los compradores compulsivos, a los acumuladores: “Es esencial comprar libros que no vayan a ser leídos enseguida. Al cabo de uno o dos años, o acaso de cinco, diez, veinte, treinta, cuarenta años, llegará el momento en que se sentirá la necesidad de leer precisamente ese libro”.

17) Sontag: Vida y obra. Benjamin Moser (Anagrama)

"Sontag: Vida y obra" (Anagrama),
"Sontag: Vida y obra" (Anagrama), de Benjamin Moser

En esta época de libros chiquitos, escuálidos, que se leen de una sentada, sigo disfrutando de los mamotretos, de esos textos largos que nos obligan a pasar una temporada con ellos. Que despliegan recursos, que nos muestran un mundo de manera profunda, tridimensional. Y de una biografía eso es lo que se pretende como lector. Mucho más de una figura que fue tan influyente en la vida cultural de la segunda mitad del siglo XX. Moser cumple con el título. Nos muestra vida y obra de Sontag. No es una hagiografía. Se interna en las contradicciones, rebusca en los pliegues de Sontag. Esa incursión en los matices hace que la intelectual tome mayor relevancia y que podamos comprender mejor a la mujer.

16) Por qué nos creemos los cuentos. Pablo Maurette (Capital intelectual)

“Por qué nos creemos los
“Por qué nos creemos los cuentos” (Capital intelectual), de Pablo Maurette

Pablo Maurette, en poco tiempo, se ha convertido en el mejor ensayista en español. Erudición, gran escritura, asociaciones inesperadas, textos que deslumbran y sorprenden, que hacen preguntar al lector cómo llegó hasta ahí. Acá con lucidez va contra uno de los gestos de época. Mientras todos (esta larga lista, por ejemplo) reivindican la no ficción por sobre las creaciones literarias y mientras auguran la muerte del artificio, Maurette muestra cómo y por qué funcionan las ficciones y de qué manera se constituyen en máquinas de verdad. Las citas son profusas, siempre atinadas e inesperadas. El autor se puede valer de clásicos griegos, ensayistas contemporáneos como Sontag, cuentos de autores latinoamericanos o un film de Tarantino.

15) Las pequeñas virtudes. Natalia Ginzburg (Acantilado)

“Las pequeñas virtudes” (Acantilado), de
“Las pequeñas virtudes” (Acantilado), de Natalia Ginzburg

En ediciones locales, lo que hizo que fueran más accesibles, se editaron dos no ficciones de la gran autora italiana. Domingo trae crónicas, recuerdos y algunos apuntes. Las pequeñas virtudes, ya convertido en clásico, traen ensayos y crónicas que desbordan de reflexiones, historias y profundidad nada afectada. En esta lista, por novedosos, deberían haber prevalecido las cónicas y recuerdos de Domingo. Pero se impuso el otro por ser inexpugnable, por su capacidad para derrotar al tiempo y porque contiene “Mi oficio”, ese ensayo insuperable sobre escribir.

14) Pequeñas labores. Rivka Galchen (Antílope - Huerders- Zindo y Gafuri)

“Pequeñas labores” (Antilope - Huerders-
“Pequeñas labores” (Antilope - Huerders- Zindo y Gafuri), de Rivka Galchen

Un libro sin género. Un híbrido inteligente, por momentos desconcertante, engañosamente fragmentario, del que no sabemos qué esperar al pasar la siguiente página. Su tema más evidente es la maternidad. Hay múltiples referencias culturales, narraciones, pequeños ensayos, ideas, citas, listas, asociaciones arbitrarias, definiciones ingeniosas, aforismos falaces. En la contratapa se hace referencia a El libro de la aalmohada. Eso me hace recomendar otro extraordinario libro publicado por Zindo y Gafuri: Un libro de la almohada, de Suzanne Buffam. Es un cover de El libro de la almohada, de Shei Shonagon, a la manera de los Me acuerdo que aparecieron, de Perec a Kohan, pasando por Margo Glantz, después de Joe Brainard. La traducción, como si hiciera faltar sumar algo, pertenece a Alejandro Zambra y Jazmina Barrera (que ya volverá a aparecer en el ranking).

13) Las señoritas: Historia de las maestras estadounidenses que Sarmiento trajo a la Argentina en el siglo XIX. Laura Ramos (Lumen)

“Las señoritas: Historia de las
“Las señoritas: Historia de las maestras estadounidenses que Sarmiento trajo a la Argentina en el siglo XIX” (Lumen), de Laura Ramos

Una de las investigaciones del año. El boca a boca lo convirtió, también, en un éxito de ventas. Laura Ramos lo volvió a hacer. Si Buenos Aires me mata es el libro que mejor retrata una parte de los años ochenta e Infernales es una biografía apasionante de las Brontë, Las señoritas es un nuevo hito. Es, tal como se informa en desde la tapa, la historia de esas maestras norteamericanas que Sarmiento hizo traer a Argentina hace más de 140 años. Una investigación muy rigurosa que al mismo tiempo presta atención a cada recurso narrativo. Si se conocían los esfuerzos civilizatorios de Sarmiento y sus grandes movimientos y gestos, Ramos nos devela la dimensión humana de la aventura. No solo conocemos el plan de Estado, nos lleva de la mano y nos muestra la vida de estas maestras que educan en jurisdicción extraña y de qué manera se desarrollan sus vidas en su nuevo destino. Nos muestra vidas, una época, un país.

12) Ruta de escape. Philippe Sands (Anagrama)

“Ruta de escape” (Anagrama), de
“Ruta de escape” (Anagrama), de Philippe Sands

Philippe Sands lo hizo de nuevo. Después de Calle Este-Oeste, otra vez logra cautivar con Ruta de escape. Crónica, investigación, novela de espías retorcida, nazismo. Una mirada al pasado que interesa al presente. Sands mantiene el misterio, hace preguntas, revuelve en el pasado tratando de entender. Y siempre lo hace confiando en la investigación rigurosa y en el poder de las historias. Otra de sus grandes virtudes es la honestidad. No se deja ganar por sus preconceptos y se sorprende junto al lector a medida que avanza en la investigación sobre la vida de Otto von Wachter, jerarca nazi y criminal de guerra. Sands indaga en la actuación pública del personaje y en su vida privada. Y muestra cómo lo ven (y qué ven y qué no) sus descendientes. El título original es más gráfico, contundente y preciso. En vez del genérico Ruta de escape, lo que hace es nombrar esa ruta: Ratline, El camino de las ratas.

11) Parte de la felicidad. Dolores Gil (Vinilo)

“Parte de la felicidad” (Vinilo),
“Parte de la felicidad” (Vinilo), de Dolores Gil

Parte de la felicidad es uno de los cuatro lanzamientos con los que se dio a conocer la editorial Vinilo, una especie de Dream Team integrado por su fundadora, Joana D’Alessio, el editor de esta colección Mauro Libertella (espero ansioso su nuevo libro) y uno de los pocos –tal vez el único– genio de nuestra industria editorial, el diseñador Max Rompo. El concepto es sencillo: libros breves de no ficción. Hay una colección de obituarios de Matías Serra Bradford (con el prólogo más inteligente del año), una autoficción de Paula Mariasch y una compilación de exquisitos artículos-ensayos de Roberto Merino sobre paternidad.

En Estados Unidos nadie dudaría sobre cuál es el género de Parte de la felicidad: una memoir. Es una historia fuerte y dolorosa, contada con una enorme honestidad y con una prosa elaborada y repleta de hallazgos. Dolores Gil nos agarra del cuello desde el primer párrafo y no nos suelta hasta el final. Al terminar de leer este texto breve a nadie le puede caber la menor duda de dos cosas: esta obra va a perdurar y con Dolores Gil ha nacido una nueva voz, una escritora.

10) Ensayos I. Lydia Davis (Eterna Cadencia)

“Ensayos I” (Eterna Cadencia), de
“Ensayos I” (Eterna Cadencia), de Lydia Davis

Los textos de este volumen fueron escritos a lo largo de décadas. Son artículos periodísticos largos, conferencias, capítulos de libros colectivos, algún prólogo. Pero ese origen heterogéneo no se percibe a lo largo de las casi 500 páginas sin importar la variedad temática que abarca: Lucia Berlin, Flaubert, Jane Bowles, artes plásticas, la música de Joni Mitchell, fotografía, su vida en Buenos Aires, sus influencias, sus comienzos y, muy especialmente, su relación con la escritura. Los une la pasión, una inteligencia voraz, que siempre sorprende, y, por supuesto, una voz inconfundible. Un libro de ensayos que está entre las grandes producciones del género, que, por la lucidez y original, en una biblioteca de afinidades podría estar pegado a los volúmenes ensayísticos de Cinthya Ozick que publicó Mar dulce hace unos años.

9) Un lugar guardado para algo. Luciana Cáncer (Ediciones B)

“Un lugar guardado para algo”
“Un lugar guardado para algo” (Ediciones B), de Luciana Cáncer

Estos últimos años la escritura en primera persona ha ganado lugar. Tiene sus detractores y también sus defensores a ultranza. La discusión es estéril. Hay buenos libros y otros que no los son. Y Un lugar guardado para algo es un gran libro. Es honesto, duro, repleto de verdad, hermosamente estructurado y escrito con una fe –envidiable– en la literatura. Es la historia de la autora con su anorexia, pero también la de un amor incompleto y la de la búsqueda infructuosa del padre. Un primer libro de alguien que ya es escritora. No tiene ninguno de los vicios de las óperas primas: no se deja ganar por la ansiedad, no trata de mostrar al lector todo lo que sabe, no mete en él todo lo que escribió. Un texto con una arquitectura precisa que potencia su historia.

8) Yo recordaré por ustedes. Juan Forn (Emecé)

“Yo recordaré por ustedes” (Emecé),
“Yo recordaré por ustedes” (Emecé), de Juan Forn

La Summa de Forn, de sus contratapas, de sus Viernes. Ese género que inventó, casi imperceptiblemente, cuando casi se retiró del medio. Textos que superaron sus ambiciones iniciales. Las lecturas de las vidas y vicisitudes de escritores, pintores, músicos y demás artistas condensadas en tres gestos, en algunos pocos momentos. Hay tensión, prosa afilada y un uso supremo de la elipsis. Algunos de estos textos aparecieron primero en Ningún hombre es una isla y luego en la tetralogía de Los viernes. Pero Yo recordaré por ustedes es una gran condensación, la versión definitiva de las contratapas. Las historias se resignifican con esta ilación, con esta nueva arquitectura. Cuentista, novelista, descomunal e intenso editor, Juan Forn será recordado por estos textos. El autor entregó el manuscrito a su editora dos días antes de morir.

7) Un verdor terrible. Benjamín Labatut (Anagrama)

"Un verdor terrible" (Anagrama), de
"Un verdor terrible" (Anagrama), de Benjamín Labatut

Un marciano literario. ¿Es literatura? ¿Es ensayo? ¿Es divulgación científica? Un verdor terrible es todo eso a la vez (y algunas cosas más) y lo logra con una elegancia extrema.

Un libro que desborda de ideas y de historias, que logra acercar al lector temas complejos, que a priori parecen difíciles de comprender, sin ceder a la tentación de la simplificación, sin perder rigor. El lector puede encontrar a Einstein y la teoría de la relatividad en las trincheras de la Primera Guerra Mundial, Goering y el Zyklon B, un genio abrumado que se recluye y deja de ejercer su genialidad, entre muchas otras cosas. Labatut demuestra una enorme inteligencia y erudición. A eso se le debe sumar el talento literario. Innegable. A fin de año Anagrama publicó dos pequeños ensayos del autor en un libro llamado La piedra de la locura.

6) El Di Tella: Historia íntima de un fenómeno cultural. Fernando García (Planeta)

“El Di Tella: Historia íntima
“El Di Tella: Historia íntima de un fenómeno cultural” (Paidós), de Fernando García

Un trabajo de los que no suelen hacerse en el mercado local. Eso ocurre por varios motivos: porque los libros cada vez son más delgados, con menos caracteres; porque ya nadie decide dedicar años de su vida a estudiar algo; porque las editoriales argentinas no pueden pagar ese trabajo de años. García nos cuenta la apasionante historia de un fenómeno, del Instituto Di Tella. Sus grandes nombres, sus momentos estelares, las obras inolvidables. Y consigue aquello que lo emparenta con los grandes investigadores o historiadores, algo a lo que todos los que se dedican a eso aspiran (pero que por prudencia y/o elegancia no dicen en voz alta): a partir de ahora, a partir de la publicación de este libro, el hecho, la época, el fenómeno cultural, en fin, el Di Tella será visto con sus ojos. De acá en adelante será imposible obviar los descubrimientos y miradas de este texto.

5) Desmorir: Una reflexión sobre la enfermedad en un mundo capitalista. Anne Boyer (Sexto Piso)

“Desmorir: Una reflexión sobre la
“Desmorir: Una reflexión sobre la enfermedad en un mundo capitalista” (Sexto Piso), de Anne Boyer

El año pasado Anne Boyer ganó el Premio Pulitzer a mejor libro de no ficción con Desmorir. Poco después de cumplir 41 años a la autora le detectan un cáncer de mama avanzado. Ella, poeta y ensayista, narra su enfermedad, su convalecencia. Pero Desmorir es mucho más que un texto memorialístico. Ella se enfrenta al cáncer en todas sus facetas. En la visión de los otros, en la industria farmacéutica, los tratamientos invasivos, la falta de humanidad de algunos médicos. Escruta el sistema de salud desde dentro: ella está enferma y considera que es la más adecuada para plantear las contradicciones del sistema y sus inequidades. Nada más lejos de la autoayuda que Desmorir. Boyer mira y se mira, no tiene compasión de ella misma, pero se permite enojarse y revelarse. Sabe que lidia con la muerte y con varias cosas más. Y nos muestra al desnudo, con una voz que es como un conjuro, esa batalla desigual.

4) Cuaderno de faros. Jazmina Barrera (Alto Pogo)

“Cuaderno de faros” (Alto Pogo),
“Cuaderno de faros” (Alto Pogo), de Jazmina Barrera

Pocas cosas, o nada, me es más ajeno que lo referido a los faros. No sé (no sabía) nada sobre ellos, nunca me generaron interés alguno. Sin embargo, este Cuaderno de la mexicana Jazmina Barrera es uno de los grandes libros de este año. Absolutamente hipnótico. La autora despliega una especie de conjuro que nos imanta a su texto. Recorre faros de todo el mundo, pasea por las citas literarias y artísticas en los cuales aparecen. Pero, más allá de las apariencias, este Cuaderno no trata solo sobre faros. Ese es el dispositivo que Barrera encontró para contar. Y escribir (y leer) muchas veces es sumergirnos en las obsesiones ajenas. Lamentamos que el libro termine, queremos seguir acompañados por la voz de Barrera. Una gran sorpresa que descubrí por las recomendaciones en redes sociales de una gran lectora que también está en esta lista: Luciana Cáncer.

3) Se vive y se traduce. Laura Wittner (Entropía)

“Se vive y se traduce”
“Se vive y se traduce” (Entropía), de Laura Wittner

La poeta, traductora y autora infantil Laura Wittner escribió el libro más elegante del año. Engañosamente fragmentario seduce al lector párrafo a párrafo. A priori parecería destinado solo a traductores. Pero no hay que dejarse engañar por esta ilusionista. Cada vez que aparece la palabra ‘traducir’ se puede reemplazar por escribir. Es un pequeño pero inmenso tratado sobre la creación literaria, sobre sus problemas, sus manías, sus hábitos. Sobre el lenguaje y el sentido. Las citas son perfectas y las intervenciones de sus colegas, en vez de funcionar como relleno o en plan exhibicionista, presentan otras miradas. Se vive y se traduce encabezó un ranking personal al que le prestó mucha atención: es mi libro más subrayado del año.

2) Diario de una temporada en el quinto piso: Episodios de política económica en los años de Alfonsín. Juan Carlos Torre (Edhasa)

"Diario de una temporada en
"Diario de una temporada en el quinto piso: Episodios de política económica en los años de Alfonsín", de Juan Carlos Torre (Edhasa)

La gran sorpresa del año. Si uno hubiera descubierto esta obra de Torre en esas listas de fin de año que anuncian las novedades del siguiente (hasta pudiendo ver el subtítulo: Episodios de política económica en los años de Alfonsín) no habría apostado por él. Hubiéramos imaginado un típico libro de sociólogo sobre análisis de situaciones, de reacciones, de titulares de diarios. Pero luego del comienzo, con unas cartas enviadas en esos años, estas memorias se vuelven adictivas. Torre grabó sus impresiones diariamente y tomó algunos apuntes. Décadas después los rescató y armó este libro. La lucha entre los especialistas y los políticos, la necesidad de trabajar a largo plazo enfrentadas con las urgencias del momento. Pero este libro que podría estar hablando de un pasado ya lejano, de algo que quedó sepultado tres décadas atrás, tiene una actualidad que sorprende (y espanta). La lógica de los que deciden vista desde adentro, con las tensiones, las luchas de poder y las inevitables defecciones. Las decepciones y el desencanto ganan la partida. Un libro para entender una época, un libro para entender un país.

1) La ola que lee: Artículos y reseñas. César Aira (Literatura Random House)

"La ola que lee: Artículos
"La ola que lee: Artículos y reseñas" (Literatura Random House), de César Aira

Un acontecimiento. Acostumbrados a su obras narrativas que pertinazmente aparecen de a varias y diseminadas por distintas editoriales, los ensayos de Aira a veces pasan desapercibidos (Continuación de ideas diversas, mezcla de apuntes con diarios es una obra maestra). La capacidad para mirar de manera oblicua, para que su erudición no sea solo un destello, sino que siempre aporte algo nuevo, y la forma única de que los temas deriven hacia otro sin que nos demos cuenta hacen que estos textos de Aira no tengan con qué ser comparados. Estos artículos y reseñas que fueron escritos entre 1981 y 2010 nos demuestran que desde sus inicios César Aira, aunque nosotros todavía no los supiéramos, era César Aira. Fueron rastreados en hemerotecas y en ejemplares ya sepia. La edición, a cargo de María Belén Rivero (que también escribe un certero prólogo), incluye opiniones contundentes como esta de 1981: “Ricardo Piglia logra con Respiración artificial (Pomaire, 1980) una de las peores novelas de su generación gracias, en parte, a esta sordidez profesional que en él deriva del temor infantil de que no lo comparen con Arlt (la otra cara de esta identificación es la escritura vigilada hasta la aridez, por temor de que sí lo comparen con Arlt). En realidad Piglia no proviene en absoluto de Arlt, que fue un verdadero novelista, como todo lo que ese término implica de invención miliunanochesca. Su maestro es Sabato”.

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