Elvira Sastre: “La poesía en otras lenguas alimenta la nuestra”

En esta nota, la joven escritora española habla de “Baluarte”, su reciente poemario. Además, quiénes son sus referentes en el género y cómo fue el proceso para darle vida

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Elvira Sastre (Télam)
Elvira Sastre (Télam)

Además de ser el segundo libro de poemas de la segoviana Elvira Sastre, Baluarte es también el emergente de un fenómeno editorial que se originó y crece en las redes sociales pero también llena teatros de jóvenes ávidos por escuchar a la autora recitar sus propios versos: “La poesía es un lenguaje universal y común. Por eso funciona: nos habla de cosas que nos pasan y que o bien desconocíamos o bien no sabíamos expresar con claridad”, dice.

La autora, que es filóloga y traductora, apenas tiene 29 años, pero ya lleva más de un lustro publicando poemas y textos breves en sus redes sociales. Solo en su perfil de Instagram (@elvirasastre) tiene más de medio millón de seguidores. Durante la pandemia también participó de lecturas en vivo, y solo en Instagram supera el medio millón de seguidores. Sin embargo, también publicó con regularidad, desde su primer libro de poemas Cuarenta y tres maneras de soltarse el pelo y la novela Días sin ti, que mereció el premio Biblioteca Breve en 2019.

En la vida de la escritora fue primero el verso, ya que a los 12 años ya había compuesto su primer poema y disfrutaba registrando sus emociones en una libreta. A los 15, la bitácora adoptó la forma de un blog y su obra se viralizó. “Encontré un mundo virtual en el que me sentí comprendida, me ayudaron, me aconsejaron mucho y me fueron dando un poco de seguridad. Del blog llegaron las redes sociales y así fue como contactó la primera editorial conmigo”, describió la autora por entonces.

"Baluarte" (Seix Barral), de Elvira
"Baluarte" (Seix Barral), de Elvira Sastre, fue editado originalmente por Valparaíso

“La gente en América Latina es ultracariñosa, mucho más que en España, es muy efusiva y es algo a lo que me ha costado acostumbrarme, porque yo soy muy castellana, muy segoviana”, admite riendo tras su participación en el Hay Festival de Segovia.

Baluarte, que editó Valparaíso en 2014 y ahora publica Penguin Random House, transforma en palabras el dolor y el desamor, pero a lo largo de los poemas, el yo poético sufre una evolución y alcanza el olvido. Este devenir entre el desgarro y la desmemoria está marcado por los días sin amor. “Dos personas olvidándose// solo están queriéndose de otra manera// El olvido llega con la soledad// cuando uno es solo uno// y no hay hueco para otro”.

En esa búsqueda la palabra se constituye como lo opuesto a la vida: “Escribir es de cobardes//pura valentía, el amor.// Todo junto, poesía”, enuncia la voz poética. “La vida es para quien se conforma// La poesía// para quien sueña y desea//… y no tiene miedo de contarlo”, reflexiona también.

Sobre la experiencia de transformar la angustia y la emoción en poesía y la proyección que le dan las redes sociales a su obra conversó Elvira Sastre. A continuación, los párrafos principales de esa charla.

Elvira Sastre (Foto: Maxi Luna)
Elvira Sastre (Foto: Maxi Luna)

—Alguna vez te definiste como una “soñadora de lo ingenuo”, ¿hay lugar en un mundo tan escéptico como el actual para la emoción y la ingenuidad?

—Esa frase que entrecomillo en mi blog desde que lo abrí la leí en internet, en uno de los numerosos blogs que seguía como lectora. Nunca conseguí saber de quién era, pero en ese momento me definía a la perfección y creo que es algo que de alguna manera se mantiene. Y claro, por supuesto que hay hueco. Las personas somos seres emocionales, una hipérbole sentimental, dijo alguien. Y dentro de ese espectro emocional caben la ingenuidad, la tristeza, el amor, la rabia, el miedo… Es lo que nos define.

—¿Dónde encontraron inspiración los poemas de Baluarte?

—Es uno de mis libros más importantes. Venía de publicar Cuarenta y tres maneras de soltarse el pelo, mi primer libro y el más inocente, quizá, pues yo era mucho más joven cuando escribí esos poemas. Pasó poco tiempo entre uno y otro. pero dentro de mí cambió mucho. Durante esa época leí mucha más poesía, descubrí nuevos poetas que me entusiasmaban y el libro pasó un proceso de corrección más exhaustivo. Además, viví mucho más y más intensamente, con más consciencia de las cosas. El primer libro pensaba que sería el único. Cuando publiqué Baluarte, me di cuenta de que esta podía ser mi vida.

—Has logrado llenar teatros en los encuentros en los que leías poesía. ¿Puede la poesía ser un fenómeno masivo?

—Claro, ¿por qué no? La poesía te habla directamente, se hace un hueco dentro de uno con facilidad porque se dirige a sitios específicos de nuestro interior. Es un lenguaje universal y común. Por eso la poesía funciona: nos habla de cosas que nos pasan y que o bien desconocíamos o bien no sabíamos expresar con claridad. La poesía es una amiga.

—Al mismo tiempo durante la pandemia participaste en lecturas vía Instagram, ¿también fue una forma de acompañamiento o resistencia? Sirven las redes para difundir el arte?

—Nos quedamos a las puertas de tomar un avión que nos llevaba de gira a Ecuador y Colombia. Pensamos entonces en hacer algo virtual para compensar a la gente que se quedó sin vernos y a nosotras mismas, y entonces Inma Cuesta (maravillosa actriz española) se puso en contacto conmigo para mejorar la idea. Así surgió “Poesía en tu sofá”, un festival virtual en el que durante tres semanas seguidas estuvimos llenando las casas de la gente de poesía. Contamos con grandes figuras de la literatura pero también de otras artes que nos compartieron en directo la lectura de sus poetas favoritos. Fue mágico y la convocatoria fue mayúscula, de hecho se replicó en muchos otros países de América Latina. Fue un trabajo a cuatro con Andrea Valbuena, Fran Barreno y Miranda Maltagliati. Nos quedamos muy satisfechas, y para nosotras también fue un alivio –y una ocupación– durante esas primeras semanas tan angustiosas.

Elvira Sastre (Foto: Maxi Luna)
Elvira Sastre (Foto: Maxi Luna)

—La mayoría de los poemas de Baluarte hablan sobre el amor, ¿concebís al poema como el mejor modo de expresar ese sentimiento?

—Hablan sobre el amor en todas sus formas, sí. Creo que cualquier arte es óptimo para expresar los sentimientos. Para mí, la poesía es el modo en el que más cómoda me encuentro con diferencia haciéndolo.

—Desde tu experiencia como traductora y filóloga, ¿es posible trasladar el verso a otro idioma?

—Cuando empecé el máster de Traducción Literaria, alguien dijo: “Es imposible traducir poesía”. Ahí fue cuando decidí que yo lo haría. Llevo media vida luchando contra los estereotipos que rodean a este género y no me canso de hacerlo. La poesía en otras lenguas alimenta la nuestra. ¿Cómo se puede dudar de la capacidad de hacerlo? ¿Qué sería de Cervantes sin Shakespeare y viceversa? Esto aplica a todo. Detesto las barreras.

—Tu público es esencialmente joven, ¿qué creés que los atrae de tu poesía?

—Mi público ha ido creciendo conmigo, lo que es una suerte. Empezaron siendo muy jóvenes, de mi edad, y poco a poco he visto cómo han ido entremezclándose gente de distintas edades y condiciones. Es una maravilla. Me hace sentir muy bien porque aspiro a contar cosas con las que se pueda identificar todo el mundo.

—En Baluarte el amor es homoerótico, es una provocación o un modo de reivindicar que el amor no tiene sexo.

—No es ni una ni otra. Es normalización, no es algo que considere que deba ser destacado, a no ser que sea para hablar del bien que le puede hacer a alguien leerlo.

—¿Quiénes son tus referentes en la poesía? Pienso en la recientemente galardonada Cristina Peri Rossi que también tiene poemas revindicando el amor homoerótico.

—Me alegré muchísimo cuando vi que le concedían el Cervantes, Peri Rossi es una de mis favoritas y me ha servido como recordatorio para volver a leerla. Admiro a muchos y a muchas poetas por suerte. Benjamín Prado, Idea Vilariño, Andrea Valbuena, Luis García Montero, Raquel Lanseros, Karmelo C. Iribarren, Alejandra Pizarnik… La lista es infinita.

Fuente: Télam.

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