La reconocida artista suiza de origen judío Miriam Cahn decidió que no quiere que sus obras sean exhibidas en el museo Kunsthaus de Zúrich (Suiza) donde se encuentra exhibida la Colección Emile Bührle, sospechosa de contar con piezas producto del expolio nazi y la persecución de judíos durante el régimen nacionalsocialista de Alemania (1933-1945).
“Ya no quiero estar representada en ‘ese’ Kunsthaus”, expresó Cahn en una carta publicada en el semanario judío Tachles, donde acusa al museo de “ceguera histórica” por asignar una sala a la colección de arte moderno del alemán nacionalizado suizo Emil Georg Bührle (1890-1956).
La decisión de la artista se originó luego de la apertura y presentación el pasado 9 de octubre de la ampliación del museo diseñado por el arquitecto David Chipperfield, que tiene un espacio especial para la colección cuestionada representada por la Fundación E.G. Bührle, transformándolo en el mayor museo de arte de Suiza.
Según una nota del medio Tachles de Suiza, esta postura de Cahn es una repercusión de su lectura de las declaraciones antisemitas dadas en una conferencia de prensa por representantes del museo Kunsthaus Zürich y el presidente de la Fundación E. G. Bührle, Alexander Jolles. La crítica de la artista también llega al museo, al gobierno de la ciudad y a los académicos por este convenio a quienes acusa de estar “ciegos ante la historia” y afirma que “coleccionar arte no te hace mejor persona”, en referencia al caso Bührle, el empresario dedicado a la industria bélica.
En la colección de arte que se exhibe en el museo hay cuadros de Manet, Degas, Cézanne, Corot, Monet, Renoir, Gauguin, Van Gogh, Picasso y Braque, obras compradas a marchantes suizos en su mayoría, aunque algunas de estas debieron ser regresadas por considerarse de dudosa procedencia como parte del expolio nazi o vendidas de urgencia por sus propietarios para huir de Alemania.
El alemán Emil Bührle se mudó en 1937 a Zurich e hizo su fortuna durante la Segunda Guerra Mundial vendiendo armas a la Alemania nazi, llegando a convertirse en el hombre más rico de Suiza, consigna la agencia AFP. En tanto industrial, coleccionista y mecenas sigue siendo una figura controvertida hasta hoy. Bührle transformó la fábrica de herramientas Oerlikon Bührle & Co. (WOB) en una empresa armamentística de dimensiones internacionales durante y luego de la Segunda Guerra, explica el museo en un capítulo dedicado a su figura.
El coleccionista comenzó a comprar obras en 1936 y adquirió hasta 1945 unas 150, de las cuales 13 fueron identificadas como arte saqueado tras la Segunda Guerra Mundial, por lo que tuvo que devolverlas a sus legítimos propietarios, y posteriormente llegó a comprar nueve de ellas. También participó, aunque sin mucho éxito, en la subasta de “arte degenerado” impulsado por el nazismo, según refiere la Fundación que lleva su nombre.
El edificio principal del museo diseñado en 1910 inauguró en junio de 1958 la gran sala de exposiciones del Kunsthaus Zurich -un aporte del coleccionista que fue miembro del comité de la colección del museo suizo desde 1940-, con una exposición que incluía gran parte de la colección que tenía en ese momento: 563 de las 598 obras que Bührle dejó a su muerte de un total de 633 obras de arte que había adquirido en total.
La exposición actual está ordenada cronológicamente desde la Edad Media hasta Monet y se centra en las grandes obras maestras del impresionismo francés y el postimpresionismo, que constituye el núcleo de la colección, informa el museo que tiene en préstamo desde este otoño unas 170 obras de arte de la colección privada de la fundación.
En su carta, Cahn (Basilea, Suiza, 1949), conocida por sus pinturas de siluetas diáfanas y espectrales de carácter biográfico y con una obra presente en los principales museos del mundo como el MoMA de Nueva York, manifestó su intención de retirar todas sus obras que se encuentran desde 1980 del Kunsthaus: “las volveré a comprar al precio de venta”.
Por su lado, el museo prefirió no manifestarse sobre la carta que le envió la artista: “Por el momento no nos ha comunicado su intención de ‘retirar’ o ‘volver a comprar’ sus obras”, indicó Björn Quellenberg, responsable de comunicación del museo, cita AFP. La decisión de exponer la colección fue tras un estudio encargado por el museo a la Universidad de Zúrich a petición de las autoridades suizas, una investigación que será revisada por un grupo de expertos, anunció el museo.
Por otro lado, Tachles señala que la de Cahn no es la única crítica hacia un caso que atenta contra la memoria e intenta separar los objetos de lo que fue una política antisemita en una Suiza neutral durante la guerra y el Holocausto judío, en la carta abierta dirigida a la presidenta de la ciudad, Corine Mauch, escrita por Guy Bollag, hijo de un galerista de Zúrich.
Fuente: Télam
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