Los homenajes a Dante Alighieri continúan en el mundo. Este año se cumplieron 700 años de su muerte y ahora se suma el Museo Nacional de Bellas Artes con una muestra del gran pintor Carlos Alonso, en la que recorre las imágenes del “sumo poeta” y su obra inmoral, la Divina Comedia.
A partir de mañana, 4 de diciembre, los visitantes pueden recorrer la muestra Dante x Alonso, que reúne 47 trabajos en papel, que van de dibujos, collages, grabados, acuarelas y tintas que el artista dedicó al escritor en dos períodos distantes de su trayectoria: las primeras, de los años 60 –muchas de ellas creadas en Italia, en 1968– son mayormente retratos en pequeño formato, mientras que el segundo conjunto seleccionado está fechado entre 2000 y 2009.
“Estas obras conectan dos épocas lejanas y nos demuestran que los horrores siguen replicándose y alimentando las imaginaciones actuales. Al igual que en otros momentos de su producción, Alonso opera sobre un clásico para desplegar su descarnada mirada crítica, dando visibilidad a las múltiples problemáticas e injusticias que ocurren en nuestros días”, explicó Andrés Duprat, curador de la exhibición y director del Bellas Artes.
Los trabajos exhibidos en la muestra provienen de la colección personal del artista, del Museo Carlos Alonso-Mansión Stoppel, ubicado en la provincia de Mendoza, y de colecciones particulares, por lo que la oportunidad de apreciarlos no solo es una rareza, sino también un evento único.
En marzo de 1968, Alonso viajó a Florencia, donde residió por seis meses con el objetivo llevar de ingresar al mundo del Dante para, justamente, realizar una serie de trabajos inspirados en su figura y su obra. La idea original era que aquellos trabajos ilustraran una nueva edición en español de la Divina Comedia, algo que jamás sucedió.
Entonces, su indagación se centró en replicar la vivencia del autor y asu vez realizar una traslación de su figura a la vida cotidiana. Ante la pregunta cuál sería a mirada del Dante hoy sobre el mundo contemporáneo, Alonso realizó más de 250 obras, entre dibujos y collages, con las que se inscribió en la larga y prestigiosa lista de artistas que se interesaron e inspiraron en el gran poema universal, como Sandro Botticelli, Gustave Doré, Auguste Rodin, Edgar Degas, Giorgio de Chirico, Eugène Delacroix y Salvador Dalí.
“Alonso coloca a Dante, al igual que sucede en la Divina Comedia, como testigo de situaciones críticas, cruzadas por la estética pop y la efervescencia que en esos años se vivía en Europa —por el Mayo francés—, plena de reclamos, consignas y protestas. Realizadas en pequeño formato, las obras presentan múltiples versiones del retrato del poeta florentino replicado por medio de diversas técnicas, así como escenas inspiradas en diferentes pasajes del poema, traídos al presente como prueba de que esos horrores siguen ocurriendo bajo nuevas apariencias y formatos”, escribió Duprat en el texto curatorial.
En su regreso al país, la empresa Olivetti adquirió varios de esos trabajos, que fueron divididos en las series El Dante y La divina comedia para ser impresos en publicaciones numeradas de edición limitada, con prólogo del escritor Ernesto Sabato.
En 1969, se realizó una exposición en Art Gallery de Buenos Aires con un montaje singular, ya que se trataba de una gran instalación en forma de un laberinto que recorría el Infierno y el Purgatorio, hasta llegar al Paraíso. En 1971, las series se presentaron en la galería Giulia de Roma y, en 1972, en la galería Eidos de Milán.
En el nuevo milenio, ya sobre el segundo corpus de obra que compone la muestra, Alonso inició una serie de piezas sobre papel que denominó Carlos Alonso en el infierno, y en 2008 realizó un grupo de obras tridimensionales en torno al rostro del poeta.
“En la serie Carlos Alonso en el infierno vuelve a reinterpretar distintos momentos del poema para señalar lo ominoso, lo siniestro, la violencia y los prejuicios que nos habitan. Algunas de estas piezas presentan escenas apocalípticas, multitudinarias y complejas, al estilo del Bosco, en las que en ocasiones está presente el propio Dante”, sumó Duprat.
Y agregó: “Pero hay sin duda mayor énfasis en su crítica al presente. Pues entre aquel momento inicial, pleno de esperanza emancipatoria, y el nuevo contexto de crisis, ha sucedido la tragedia de la dictadura en la Argentina, de la que Alonso fue víctima y por la cual, como Dante, conoció el exilio, que sin duda tensó y resignificó su visión de los infiernos contemporáneos. De ese modo, sus obras conectan dos épocas lejanas y nos demuestran que los horrores siguen replicándose y alimentando las imaginaciones actuales. Al igual que en otros momentos de su producción, Carlos Alonso opera sobre un clásico para desplegar su descarnada mirada crítica, dando visibilidad a las múltiples problemáticas e injusticias que ocurren en nuestros días”.
Dante x Alonso es posible gracias al trabajo conjunto del Museo Nacional de Bellas Artes con el Instituto Italiano de Cultura de Buenos Aires y podrá verse hasta el 27 de febrero de 2022 en la sala 33 del primer piso del museo. Durante 2022, está previsto, además, que la exposición itinere por museos de las provincias del país.
Acompañando la muestra, el Museo editará un catálogo español-italiano, que incluye el texto curatorial de Duprat, el cuerpo de obra, el prólogo a la primera edición de obras de Alonso sobre la “Divina Comedia” escrito por Ernesto Sabato, fragmentos de una entrevista al artista realizada por Diana Wechsler y José Emilio Burucúa, y una cronología sobre Alonso. La publicación estará a la venta en la Tienda Bellas Artes, y también podrá leerse en línea o descargarse en versión digital.
*Dante x Alonso, en el Museo Nacional de Bellas Artes, Av. del Libertador 1473. De martes a domingos, de 11:00 a 19:00, hasta el 27 de febrero de 2022. Entrada gratuita
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